Obediencia: Misión Imposible

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Hoy quiero hablarles sobre un tema que, aunque puede sonar un poco aburrido, es súper importante: la obediencia. Sí, sé que no es el tema más emocionante del mundo, pero les prometo que lo abordaremos con un toque de humor y mucha reflexión.

Primero, vamos a definir qué significa obediencia. En Efesios 6:1, la Biblia nos dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo." Obedecer significa seguir las instrucciones o mandatos de alguien en autoridad, como nuestros padres, maestros, y Dios.

Ahora, seamos sinceros, ¿cuántos de nosotros hemos escuchado la frase "¡Hazlo porque yo lo digo!"? Sí, esa es una clásica. Pero detrás de esa orden suele haber una buena razón, aunque a veces no la entendamos en el momento.

Imaginemos que Dios te pide algo y lo hace al estilo de tus padres: "¡Hazlo porque Yo lo digo!" Podemos reírnos un poco de esta idea, pero la verdad es que Dios siempre sabe lo que es mejor para nosotros, incluso cuando nosotros no lo entendemos.

Obedecer a Dios es como seguir un GPS. A veces, no entendemos por qué nos hace tomar ciertos desvíos, pero debemos confiar en que Él ve el mapa completo. ¿Alguna vez has ignorado el GPS y te has perdido? Lo mismo pasa cuando no obedecemos a Dios; podemos terminar en situaciones complicadas.

Recordemos a Jonás y la ballena. Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive, pero Jonás decidió tomar un desvío. Resultado: un viaje no tan agradable dentro de una ballena. Moral de la historia: es mejor obedecer desde el principio.

La obediencia no es solo una carga, es una puerta a las bendiciones. Es como una inversión: pones esfuerzo ahora y ves los resultados después. Y además, puedes evitar muchas situaciones complicadas, como Jonás y su amigo el pez gigante.

La obediencia puede parecer una tarea difícil, especialmente cuando no entendemos el "por qué" detrás de las instrucciones. Pero, ya sea obedeciendo a nuestros padres o a Dios, siempre hay una razón y un propósito mayor.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a una tarea o regla que no entiendes, recuerda que la obediencia es un acto de fe y confianza. Y quién sabe, tal vez en el proceso descubras que obedecer no solo te lleva por el camino correcto, sino que también te proporciona algunas risas y muchas bendiciones en el camino.

El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en el, El que no me ama, no obedece mis palabras, pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino de mi Padre, que me envió.
                                                          Juan 14:23-24

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