𝖙𝖍𝖊 𝖑𝖚𝖒𝖎𝖓𝖊𝖊𝖗 🥀 [ 𝑗𝑎𝑒𝑗𝑢𝑛 ]

𝖈𝖊𝖗𝖔

 ♡ este capítulo ha sido escrito con la pieza 𝒫𝒶𝓉𝒾ℯ𝓃𝒸ℯ, de  𝒯𝒽ℯ ℒ𝓊𝓂𝒾𝓃ℯℯ𝓇𝓈.

—ha sido una bonita ceremonia —dijo, con un fino hilo de voz —ojalá hubieras estado. 

levantó la cabeza, divisando claramente el firmamento azul marino, oscurecido por la austeridad de la noche, la luna llena acompañando tantas estrellas voraces, paliadas por la luz de las farolas amarillentas, que se extendían como un ejército de valientes soldados por toda la ciudad. solados, ¿de qué ejército?

no hubieron nubes aquel día: había sido una jornada soleada, aparentemente alegre y desinteresada, como una de todas; como uno de esos días en los que renjun se habría sentado en aquel mismo alféizar y habría dirigido la cámara hacia algún lugar. cualquiera. 

el chico volvió a agachar su cabeza, casi cegado. 

la persona a su izquierda dejó escapar una risilla apagada, divertida pero lejana. muy lejana. 

—he estado contigo —en cambio afirmó —en todo momento. sé que no es lo mismo... pero algo tiene que contar, ¿no? 

renjun unió sus frías manos, que se rozaban en un cobarde intento por esconder el temblor del cuerpo. los dedos se le atrancaron los unos contra los otros, encajando en un puzle sin gracia ni color alguno. 

no iba a contestar, pero entonces jaemin volvió a mirarlo, clavando esos ojos castaños en él. 

—no lo sé. esto no se parece a nada de lo que hubiera querido para nosotros. 

el chico del costado se acercó en un movimiento rápido, buscando un contacto que, él sabía, no iba a llegar. renjun seguía perdiéndose en la misma postura triste, y jaemin estaba seguro de que no lo sacaría de ella ni aunque lo intentara con todas sus fuerzas. 

—¿quién quiere ir a un funeral el día de su cumpleaños?

se encogió de hombros. 

—dímelo tú —entonces el chico le devolvió la mirada. 

jaemin perdió esa batalla, agrandando la sonrisa que poco antes dejó entrever, y devolviéndola a la calle decenas de metros bajo sus figuras. 

—muy agudo. 

renjun asintió, algo ido. 

incluso si era verano, un viento cálido sacudió la delgada camiseta del alto, que se revolvió molesto. 

—volvamos a casa. me estoy congelando aquí arriba —su grave voz volvió a hacerse presente.

tras decir aquello, jaemin se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta de la azotea, que permanecía abierta, a la espera de un retorno que no tardaría en llegar. sin siquiera pararse a comprobar que si contrario lo seguía, se adentró a través del umbral y comenzó lentamente a descender hasta el apartamento. 

renjun se quedó alli algunos segundos más, absorto en el pensamiento de lo bella que había sido la noche. 

solo entonces, se permitió responder a jaemin con otra pequeña sonrisa. 

—qué gracioso.

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