Chapter 17: The Notice.

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Ey, odio las hormonas.

Enredé mis pies en la cintura de Nash, ayudándolo a soportar mi peso. Me estremecí al notar el frío de la pared contra mi espalda, cosa que me hizo acercarme más a él. Se rió de mi comportamiento y yo solo le golpeé el brazo. Reí y me calló con un beso, el cual fue correspondido.

Noté que su mano subía de mis muslos a mi ingle, así que decidí pararlo. –Como me metas eso te parto la cara. –Rió y asintió, colocó su mano en mi muslo y me volvió a besar. Noté como su ''cocodrilo'' se colocaba en mi ''cueva'' y entraba lentamente. Gemí y le arañé la espalda, haciéndolo sisear. Me disculpé con una sonrisa y un ''lo siento'' bajo, a lo que supuse que aceptó, ya que comenzó con las embestidas.

El frío de la pared había desaparecido, ahora notaba que éramos solo él y yo. Esto se podría denominar romántico, pero, no y menos si es en un baño de una discoteca. ¿Y si hay cámaras? Separé mi mirada de la de él y miré por todos lados, el paró con las embestidas y me miró con la ceja alzada. –¿Qué haces? –Preguntó con voz ronca, la cual me provocó un escalofrío.

–Comprobar si hay cámaras o no. –Murmuré, mientras acercaba mi boca a su cuello, para así morder y dejar una marca.

–¿Y eso? –Gimió una vez volvió con las embestidas.

–Así todos saben que eres solo mi compañero de sexo. Creo. –Reí y negué con la cabeza, acerqué mis labios a los suyos y los besé. 

Me abracé al cuerpo de Nash al llegar al clímax total. Respiré unos segundos y me volví para besarlo, pues todavía él no había llegado. Acaricié su pecho y besé su cuello, soltando uno o dos gemidos debido a las embestidas de mi amigo. Al escuchar mi nombre sobre su boca, supe que había llegado. Se apoyó contra mí y descansamos unos segundos. 

(. . .)

–Yo pienso que Nash te gusta. –Dijo María, una vez llegamos a casa.

–¡No! Él es mi mejor amigo... –Murmuré roja.

–¡Sí, te gusta! ¡Estás roja! ¡Que tierna! –Rió y me señaló, la aparté la mano y reí junto a ella. –Un poco aunque sea, ¡se nota!

–Agh ya, tal vez un poco, pero no más.

–Mucho más. Me la jugaría a que te estás enamorando.

–Mierda, no. –Dije mientras me tumbaba en mi cama. –Estoy realmente cansada, hablamos mañana. Ahora vete, coño. –La eché divertida, mientras ella se hacía la indignada.

Cerró la puerta y yo los ojos, pensando en lo que me había dicho mi amiga. ¿Será verdad, y me estoy enamorando de él? 

Across The Street. |Nash Grier.| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora