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Escuchó a alguien tocar la puerta de mi habitación, no respondo.

—Boruto, te están buscando — no tengo ganas de ver a nadie —Boruto.

—Diles que estoy dormido.

—Te escuche — me rio por el tono de voz, me levantó y abro la puerta— gracias.

—De nada.

— A ti no a tú mamá — Sumire y  mi mamá se ríen.

— Estaré en la sala si necesitan algo.

Los dos damos las gracias y nos sentamos en mi cama.

— ¿Qué haces?

— Estaba acostado, a punto de dormirme, pero arruinaste mis planes.

—Tonto, no me refiero a eso, ¿qué haces aquí lamentandote? Ve y conquistala.

— Como que fuera tan fácil.

— Ni si quiera lo has intentado Boruto.

— ¿Para qué? Su silencio fue demasiado obvio, no hablamos hace ya varias semanas y tú misma me la dijiste, el silencio otorga.

— Eso lo dije en una situación diferente a esta, aquí aplicaría. El silencio puede significar varias cosas.

— Hablo en serio, ella no me quiere de la misma manera.

—Tal vez esta confundida y no sabe lo que quiere.

— Cuando se lo dije, solo se fue y ahora ni siquiera me mira, seamos claros, lo arruine.

— Boruto por favor, ¿por qué te das vencido tan fácilmente? ¿ya no la quieres? Él Boruto de antes no se hubiera rendido.

—Porque ya me le declare, me dijo que no, tampoco pienso rogarle tengo dignidad y por su puesto que la quiero, por eso es mejor dejarlo hasta aquí y ya.

— No te dijo que no.

— ¿Solo eso escuchaste?

— No, pero no sirve de nada que te diga que luches si ya te diste por vencido.

—Solo quiero que ella sea feliz, tal vez esta enamorada de alguien más.

— Lo dudó y mucho.

—No quiero incomodarla y ella me evita dime entonces ¿qué hago? Eso ya es bastante claro.

— Él que la esta evitando eres tú.

— Solo quiero darle tiempo.

— ¿Para qué se enamore de otro?

— Gracias por los ánimos, si solo vienes a eso, mejor vete ya me duele lo suficiente como para que me hagas sentir más miserable.

— Es la verdad — ella agarra mi cara– tú solo eliges estar así — estoy apuntó de protestar— te quiero y no quiero verte así tan triste — ella me abraza, correspondo al abrazó, me recuesto en su hombro, ella acaricia mi cabello.

— Creo que siempre será mi primer amor, no sabes cuanto la amo.

— Lo sé.

— ¿Y tú?

— ¿Yo qué?

— Tu amor imposible ¿ya dejo de serlo?

—No hablemos de él, me rompió el corazón— dejo de abrazarla y la miro.

— ¿Qué te hizo? Si te hizo algo malo...

—No me hizo nada, solo no me correspondio.

—Más te vale no estarme mintiendo— ella se ríe, se tira para atrás, hago lo mismo, nuestras cabezas quedan juntas — como que el amor no es para nosotros.

—Te diré algo, si Sarada y tú, tienen que estar juntos lo estaran tal vez no ahora pero tal vez más adelante si.

—Gracias, te agradezco que me escuches, eres una gran amiga Sumire, sabes que te quiero ¿no?

— Lo sé.

— Tengo hambre.

— Tu mamá esta haciendo algo delicioso en la cocina.

— Entonces ¿qué estamos esperando?

Salimos de la habitación y definitivamente, mamá esta haciendo algo delicioso.

Suspiro y miro a Sumire ayudar a mi mamá, espero que tenga razón. Si no es ahora tal vez más adelante.

¿Por qué ella? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora