11

789 56 12
                                    

— Ya llegue— dejo las llaves en la mesita, me quito los zapatos y entro a mi casa.

— ¿Cómo te fue?— me pregunta mi esposa para luego darme un pequeño beso en la boca.

— Bien, hoy no fue tan agotador — le digo, no es escuchan pequeñas pisadas como todo los días — ¿ Y Saori?— Sarada suelta un suspiro.

— En su cuarto, está enojada conmigo.

— ¿Aún sigue con eso de qué quiere un hermanito?— ella afirma con la cabeza — iré a hablar con ella.

Subo las gradas y toco su puerta.

— Puedes pasar papá — entro con cuidado, no vaya a ser que vuelva a caerme de cara por uno de sus juguetes — ¿necesitas algo? — su nariz esta roja y sus ojos están hinchados, a llorado mucho.

— Hablar contigo — ella agacha su cabeza — Saori se que quieres un hermano, pero mamá ya te dijo que por ahora no.

— ¿Por qué? ¿Es muy difícil hacerlo?— estoy apunto de reírme  por su pregunta, tan inocente.

— No es eso — ella infla sus mejillas.

— ¿Entonces? Ya tengo siete años, ya podré cuidarlo o cuidarla— le doy un beso en su frente, mientras acaricio su cabeza, me separo para poder verla.

— Te prometo algo y tú me prometes algo ¿si?

— ¿Qué cosa?

— Hablare con mamá sobre el asunto — ella sonríe — pero dejaras de llorar y hacer berrinche cada vez que mamá te diga que no ¿de acuerdo? Así como ahora si hablo con ella y dice que no. No tienes que llorar.

— Está bien.

— Vamos a cenar — me extiende los brazos para que la cargue.

La cena pasa tranquila, por lo menos quedamos en un trato, nos ponemos a ver una película, Saori se duerme rápido así que la subo a su habitación, cuando regreso, Sarada me mira interrogante — ¿qué pasa?

— ¿Qué hiciste para qué dejara de llorar? Yo no lo he logrado — me siento a la par de ella, recuesta su cabeza en mi hombro.

— Le prometí que hablaría contigo sobre el asunto si me prometía que no lloraría si tu respuesta es no.

— Entiendo — es lo único que dice— ¿y tú?

— ¿Yo qué?

— ¿Quieres qué tengamos otro bebé? — su pregunta me hace sonreír.

— Yo contigo tendría muchos bebés — me golpea el brazo y levanta su cabeza para verme.

— Sabes... lo he estado considerando y yo también extraño tener un bebé.

— Lo sé —  me mira sorprendida— he notado como miras a los bebés cuando vamos a dejar a Saori al colegio.

— ¿Entonces? Me ayudas — me río, ella ni espera mi respuesta y se pone encima mio.

— Pondré de mi parte — digo para después besarla, ella desabotona mi camisa y yo levanto su blusa, rompe el beso.

— En menos de dos meses, cumpliremos diez años de casados — levanta sus brazos para que pueda quitarle por completo su blusa.

— No sabes la felicidad que me da al escuchar eso — ella besa mi cuello — tendré algo especial para ti.

— Tú siempre tienes algo especial para mi.

— Vamos a la habitación, no quiero que nuestra hija, nos encuentre haciendo a su hermano — ella solo se ríe, cuando la cargo.

Sin duda alguna si me preguntaran de nuevo ¿Por qué ella? Mi respuesta seria simple ¿Por qué no?

¿Por qué ella? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora