Tu madre a caído en coma, no sabemos cuanto puede tardar en despertar. Llevo pensando en esa maldita frase desde ayer. No he comido ni dormido nada ya que no he salido del hospital. No tengo a donde ir tampoco ya mi casa está completamente destruida.
--Señorita no puede seguir quedándose aquí-- comenta una enfermera algo apenada.
Suelto un suspiro y cojo la mochila de la academia, lo único que traía encima. Salgo del hospital y siento como un fuerte mareo me hace tambalear. Debería comer algo, pero tengo el estómago tan cerrado que con sólo pensar en comida me dan ganas de vomitar.
--Niña-- al darme la vuelta veo con sorpresa al señor Bakugo bajándose del coche.
--¿Señor Bakugo?... ¿Qué hace aquí?.
--Me han puesto como tu tutor provisional, sube-- su escasa forma de hablar me deja un tanto en blanco, pero me esfuerzo por volver en mi y hacer lo que me pide. --Te quedarás en mi piso hasta que tu situación y la de tu madre mejore, o hasta que encuentren un nuevo lugar.
--Gracias por tomarse la molestia de venir a por mi señor Bakugo pero... No es necesario.
--¿Entonces si tienes donde dormir?-- mi silencio ante su pregunta le hace sonreír con ironía y acelera un poco más. Le he echo enfadar. Soy una idiota.
--Señor Bakugo, ¿Qué sucederá de ahora en adelante?-- el desvía sus ojos en mi dirección, pero no dice nada y sigue conduciendo.
Detiene el coche en el estacionamiento de un gran edificio y ambos bajamos para meternos en el ascensor.
--Me temo que no podrás asistir a la Academia, con tu madre en coma no hay quién pueda encargarse de ti para las cosas legales de los estudios, a mi no me permitirán firmar nada sin importar que sea tu tutor provisorio-- empieza a hablar una vez las puertas se cierran. Agacho la mirada y siento como mis ojos se humedecen levemente. --Aún así, sigo insistiendo para que te dejen asistir, así que aguanta un poco.
--Muchas gracias y lamento los problemas que le estoy causando señor Bakugo-- susurro en apenas un hilo de voz. Él gruñe en respuesta y cuando las puertas se abren me hace bajar con él.
Saca un juego de llaves de su bolsillo y abre la puerta de madera oscura. Al entrar admiro el bonito recibidor. Un sofá blanco con una mesa pequeña y una tele bastante grande. Detrás hay una mesa con sus sillas y separado por un pequeño muro está la cocina. Al costado hay un pasillo que da a tres puertas y justo del lado izquierdo hay un pequeño balcón con unos cuatro asientos.
--Que bonito lugar-- murmuro asombrada.
--Ven aquí-- camino detrás del señor Bakugo y nos adentramos al pasillo para dirigirnos a la última puerta.
Dentro se logra apreciar una cama matrimonial con colchas blancas. Está equipado con un armario y un escritorio con un espejo.
--Tu ropa llegará mañana, por ahora te daré alguna remera mía y ropa interior nueva que está sin usar.
--¿Ropa? Creí que se quemó todo en el incendio-- comento sorprendida y dejo mi mochila a los pies de la cama.
--Así fue, pero la agencia para la que trabajo decidió cubrir los gastos de tus necesidades-- comenta sin darle mucha importancia.
--Gracias de nuevo, prometo no ser una molestia.
Él sólo asiente y se va, volviendo segundos después con ropa en sus manos. Cuando vuelve a dejarme sola inspecciono las prendas. Una remera negra, un boxer en su paquete y un pantalón deportivo gris. Creo que me va a ir muy grande.
Cuando salgo para ir al baño me encuentro al señor Bakugo con una toalla amarilla en sus manos.
--Aquí tienes, esta será tuya... Dentro tienes todo lo que necesitas, más tarde iremos a comprar un cepillo de dientes y lo que vayas a necesitar-- el tono en el que me habla no es para nada grosero, es más amable de lo que se ha mostrado hasta ahora. -- No vuelvas a agradecer-- suelta en un gruñido cuando quiero hablar.
Simplemente asiento y me meto al baño, tomándome mi tiempo también para pensar. Al salir el lugar está completamente en silencio y no hay rastro alguno del señor Bakugo.
--¿Hola?... ¿Señor Bakugo?-- nada.
Supongo que habrá salido a comprar algo. Me tomo el atrevimiento de sentarme en el sofá y encender la tele, dejando en el canal de noticias. Luego de esa ducha mi cuerpo pesa el triple y me cuesta mantener mis ojos abiertos.
Bakugo Katsuki ...
Termino de pagar las porquerías para la maldita sena y salgo del mercado. Ya en la calle alguna que otra mujer me queda mirando o hace rozar nuestras manos. Nunca me ha gustado ese acercamiento de ellas, me sofoca.
--Buenas tardes señor Bakugo-- saluda la chica de recepción del edifico. Asiento en respuesta y antes de que las puertas del ascensor se cierren logro escuchar un suspiro de su parte.
Ya dentro del piso me quito los zapatos y antes de llegar a la cocina diviso a la niña en el sofá. He logrado ver que tiene los ojos cerrados, debe haberse quedado dormida. Dejo las bolsas en la mesa y me acerco a ella para llevarla a su cuarto, pero antes de poder acercarme me doy cuenta que mis pantalones, los cuales le van enorme, están demasiado abajo dejando ver parte de su trasero.
--Maldita sea-- murmuro desviando mis ojos de esa parte.
Me acerco y paso su brazo por mis hombros. Al momento de querer pasar el mío por debajo de sus piernas y espalda el pantalón se baja del todo, cayendo incluso de sus pies. Gruño y sin quitar mis ojos del frente empiezo a caminar. Dentro de su cuarto me acerco a la cama y la acuesto, pero ella aún dormida enrolla sus brazos en mi cuello y una de sus piernas en mi cadera. Trato de safarme de su agarre sin despertarla, pero está ejerciendo bastante fuerza.
--Señor Bakugo-- escucho que murmura entre sueños, al ver su rostro veo una sonrisa boba y sus mejillas rojas. --Gracias... Salvarme de nuevo-- ella vuelve a abrazarme con más fuerza y su rostro queda a escasos centímetros del mío.
--¡Muere!-- suelto crando explosiones en mis manos al sentir como mi corazón se desespera. Ella salta del susto y antes de que logre saber que sucede realmente salgo del cuarto cerrando la puerta con más fuerza de la que pretendía.
Me encierro en el baño y me acerco al lava manos para mojar mi cara y nuca. Veo mi pantalón y una maldita erección se asoma. Haber, bulto ya tengo y no es por presumir, pero ahora que está algo dura aquella montaña se nota aún más.
--Espero sobrevivir.
...
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Inocente |Bakugo y tu|
FanfictionInocentemente él empezó a amarla. Ella inocentemente provocaba al chico hasta llevarlo al abismo de la locura. Ambos luchan por hacer feliz al otro, pero por distintas razones. Ella se volvió la razón de sus sonrisas y él se volvio la razón de su fo...