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Dejo la mochila a un lado del escritorio y me tiro a la cama con un suspiro cansado. Aún me duele el cuerpo por la paliza de ayer y en mi cabeza se sigue repitiendo el beso con el señor Bakugo. El cual cabe mencionar que me habla lo justo y necesario. Supongo que debe estar enojado porque sigo sin dejar de decirle "señor", pero esque no puedo... No me sale no decirle señor Bakugo.

--¿Hija?-- escucho la voz de mi madre quien se asoma por la puerta del cuarto.

--¿Qué sucede?-- pregunto curiosa sentándome.

--Cariño... Tu abuela se ha puesto en contacto conmigo y me ha pedido que la vaya a ver-- explica apenada tomando asiento a mi lado.

--¿Qué quiere esa anciana?-- me quejo recordando como le ha cerrado la puerta de su casa cuando mamá más lo necesitaba.

--Hija por favor, no otra v...

--¡No... Siempre que tu necesitas algo esa vieja asquerosa se hace la desconocida, pero cuando ella necesita de alguien siempre acude a ti!... Me jode que se aproveche de ti sólo porque no tienes su maldad-- suelto al borde del llanto. --Esa vieja sólo te ha jodido la vida... Una madre no le puede pedir a su hija que abandone a su propia nieta.

--¿Cómo sabes eso?-- pregunta preocupada y se levanta.

--Las escuché... Esa vez que me llevaste contigo escuché que la abuela te pidió que me dejaras abandonada en algún lado... Sólo por ser hija de ese maldito bastardo-- me quejo desviando mis ojos de ella al verla derramar algunas lágrimas. --No vayas mamá, te lo suplico... Haré lo que quieras, empezaré a comportarme mejor pero por lo que más quieras... No vayas.

--Hija... Yo... Lo lamento en verdad-- murmura y sin más sale de la casa.

💥🌸💥

Camino por los aterradores pasillos de la vieja mansión de la abuela y en medio de toda la oscuridad logro ver una puerta semi abierta por la cual se escapa algo de luz. Me acerco levemente y escucho las voces de mi madre y abuela. Esa señora otra vez pedía la presencia de mamá y como no tenía con quien dejarme me ha tenido que traer con ella.

--¿De qué hablas?-- la voz de mi madre me trae de regreso y me quedo escondida tras la puerta para escuchar.

--Debes abandonar a esa niña... No es tu hija... Sólo déjala por ahí-- el escuchar esas palabras por parte de mi abuela realmente dolían, pero más me duele el que mi madre no diga nada. --Sabes que sólo te traerá problemas con ese bastardo... Sólo déjala en la puerta de alguna casa o de algún orfanato, olvídate de cuidarla.

--No puedo madre... Esa niña ha salido de mi vientre, me guste o no es mi hija... No... No puedo hacer tal cosa es sólo una niña-- escucho que suelta mi madre con la voz temblorosa y llena de dudas.

--Escúchame una cosa niña tonta... Si tu decides seguir con esa niña ÉL te encontrará y volverás a sufrir, no puedes dejar que vuelva a verte-- se queja mi abuela.

--¿Al menos... Puedo esperar a que crezca un poco más?... Es muy pequeña para abandonarla-- murmura mi madre a punto de llorar.

Muerdo mi labio para reprimir un sollozo y seco lo mejor que puedo mi rostro. Las lágrimas no dejan de caer y sé que mo aguantaré mucho más el llanto.

Inocente |Bakugo y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora