Capitulo 2

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Capitulo 2:

Pasé el resto del día tratando de sacarme de la cabeza las palabras de Eric y la presión de Wolf sobre mi piel. Y con eso, quiero decir, que me acurruqué en la biblioteca. Mi santuario. Mi lugar seguro.

La biblioteca de Lakecrest era un hermoso edificio de cristal, con mesas de madera clara y bancos apilados con cómodas almohadas. Superaba toda la escuela, que en aquel entonces pensaba que era increíble. Todavía lo es, los edificios son todos de ladrillos viejos cubiertos de hiedra, con pilares romanos y jardines bien cuidados y pasillos de un libro de cuentos, con enrejados cubiertos de flores. La mayoría de las flores se marchitaban en este punto, dado que en octubre el aire se va volviendo frío. La biblioteca era el lugar en el que me alejaba de todos los demás, con sus ostentosos autos y joyas y charla incesante por sus nuevos iPhone y quién tendría una fiesta en la casa ese fin de semana.

Me enojé, y pasé una página de mi libro, clavando mi trasero más profudamente en la silla acolchada. Sabía que este lugar era para gente rica cuando presenté mi solicitud, pero no sabía que era tan malo. Estaba cegada por las increíbles credenciales de los maestros y la tasa de aceptación que los estudiantes habían obtenido en grandes universidades. A diferencia de la mayoría de mis compañeros, sabía exactamente lo que quería de la secundaria: una universidad mejor. No quería unirme a un club ni asistir a fiestas. Quería buenas notas y salir tan pronto como fuera humanamente posible.

Mi teléfono sonó en mi bolsillo, y lo saqué. Era un Samsung barato, pero hacía lo único que quería de un teléfono: llamar a las personas y tal vez enviarles mensaje de texto, si mamá podía pagar la factura ese mes.

—Hola, papá —susurré—. Estoy en la biblioteca.

—Oh, lo siento, pensé que la escuela había terminado. —Su voz sonó tan pequeña, ese día—. Te llamaré de nuevo…

—No, está bien, ya terminé, solo estoy recogiendo algunos libros antes de irme a casa.

—Estoy tan orgulloso de ti, ¿lo sabes? —Pude escuchar la sonrisa en sus palabras—. No puedo dejar de alardear de ti con los vecinos. Mi hija, yendo a Lakecrest, de todos los lugares.
Me reí.

—Lo sé. ¿Cómo estuvo tu día?
Se aclaró la garganta.

—¿Sabes cuándo volverás a casa?

Cambio de tema. Mi estómago se revolvió. Eso nunca era una buena señal.

—Como en media hora, ¿cómo suena eso?

—Genial, creo que comeremos espagueti esta noche, así que no hay prisa.

—¡Spaghetti al respecto! —dije con acento italiano. Papá se rió un poco de nuestro viejo chiste, pero estaba tan cansado que apenas lo escuché.

—Hasta pronto, Bee.

—Nos vemos.

Tenía que llegar a casa, lo sabía. Papá no sonaba tan bien, y mamá no estaría en casa por otras setenta y dos horas, ya que su turno en el hospital esta semana era doble. Necesitaba a alguien allí con él, y era la única.

Por mucho que quisiera quedarme y ver la puesta de sol sobre el terreno, me levanté, arrojé mis libros en mi bolso y los revisé con la bibliotecaria.

—Ah. —Se subió las gafas en su nariz—. Eres la estudiante con la beca McCaroll, ¿no?

—Sí. —Me moví incómoda—. ¿Realmente me destaco tanto?

—Eres una de las tres estudiantes de esta escuela sin bolso de diseñador.

Nos reímos, y ella volvió a hablar.

Quemar Antes De Leer - Burn Before Reading (By Sara Wolf) [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora