Capítulo 5

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Capítulo 5

Beatrix

Esto les sorprenderá, papel y lápiz, pero nunca he estado en un verdadero restaurante de lujo en mi vida.

Lo más cercano que he estado fue en Cheesecake Factory en Seattle, a veces en un fin de semana. Salir a comer no era exactamente algo que papá haría, siempre sintió como si estuviera arruinándolo para el resto de nosotros, y se oprimía bastante rápido, así que dejamos de hacerlo. Definitivamente había olvidado cuál era el tenedor para la ensalada y cómo sentarme en una silla por más de diez minutos sin retorcerme a una posición más cómoda, y definitivamente, DEFINITIVAMANTE no tenía nada que ponerme. No es que usualmente me importara impresionar a las personas, es solo que el señor Blackthorn tenía el futuro de mi beca en sus manos. Al menos tenía que tratar y verme más inteligente y mayor de lo que realmente era.

Los vestidos no son mi estilo. Me gustan los suéteres, jeans y converse, y eso es todo. Francamente todo lo demás en el mundo de la moda podría tomar un salto volador en una cascada. Con pirañas en el fondo. Mamá trató de hacerme usar un vestido de verano con flores azules una vez. Apenas me quedaba, pero era todo lo que tenía y estaba desesperada por verme mucho más que una chica de dieciséis años, perteneciente a una familia americana cerniéndose al borde de la pobreza. A duras penas entré en el vestido y me puse un suéter encima, convencida que me veía como la maestra de jardín de infancia más tonta del mundo.

Afortunadamente, mamá no estaba en casa. Solo papá y únicamente papá. Mamá definitivamente notaría que algo estaba pasando cuando caminara hacia la sala usando el vestido de verano que odio. Pero papá no tenía idea, pegado a la televisión como había estado desde que había llegado a casa. Era uno de esos días para él.

—Hola, papá. —Besé su mejilla, su barba arañándome. Una vez me dijo que odiaba las barbas, pero afeitarse había caído a un segundo plano para él—. Voy a la tienda a conseguir algunas cosas para mamá. ¿Necesitas algo?

—¿Qué? —Papá despegó sus ojos vidriosos de la TV—. No, no, estaré bien.

—Está bien. Llevo mi teléfono conmigo. Llámame si piensas en algo.

Gruñó, y caminé de puntillas hacia la puerta principal cerrándola tras de mí. Únicamente cuando estuve en el interior del auto dejé salir un suspiro de alivio. Eso pudo haber ido mucho, pero mucho peor. Por un segundo agradecí el hecho que no tuviera energía para detenerme, o siquiera prestarme atención el tiempo suficiente para darse cuenta de lo que realmente estaba pasado. Pero eso era desagradable de mi parte, y lo sabía, así que sacudí ese pensamiento como un bicho malo. Por supuesto que no estaba agradecida. Desearía que me hubiera detenido. Desearía que hubiera notado siquiera la mínima parte de mí estos días.

Ensayé un discurso para el señor Blackthorn todo el camino a Ciao Bella. No podía verme demasiado desesperada, porque incluso una becaria de clase baja como yo tenía orgullo, pero no podía dejar que cada hueso que me tirara se desperdiciara. Tenía que aceptar, sin importar lo que quisiera que hiciera. En ese punto, hubiera hecho lo que fuera, menos contrabandear con drogas, para mantener mi beca. Mientras reflexionaba sobre la lista de potenciales cosas ilegales que aceptaría y no hacer, un golpe en mi ventana me sobresaltó. Un joven, vestido de blanco, me sonrió mientras bajaba la ventana.

—Hola, señorita. ¿Puedo ser su valet parking esta noche?

Miré por encima de su cabeza solo para ver el letrero de Ciao Bella mirándome fijamente. Había estado tan profundamente en mis pensamientos que ni siquiera había notado que había llegado. Me aclaré la garganta a toda prisa.

Quemar Antes De Leer - Burn Before Reading (By Sara Wolf) [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora