Carta 49

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"Pablo:

Día 49 sin ti, he escondido ya tres cartas con esta. Ayer planeaba dártelas en el desayuno, pero te fuiste. No sé qué hacer

No tengo mucho tiempo hoy, tengo que seguir organizando la fiesta de esta noche. Javier no tiene ni puta idea, y cree que han venido para un evento de freestyle. Es muy crédulo.

Sibel y yo hemos estado volteando Madrid para que todo salga perfecto.

Así que, me concentraré en ello, sin embargo. Te dejo la razón de hoy, que va ligada a la de ayer.

Y es que me negaste haber besado a Paula cuando fuimos novios, y ahora me vengo enterando que la chica que besaste en aquel bar, por la que tuvimos esa fuerte pelea... Era ella, y me lo negaste.

Total, que me has mentido una vez más y ya perdí la cuenta.

Elisa"



Pablo's pov

Había recibido un mensaje de texto de Elisa diciendo que podía ir a casa para que me cortase el cabello, así que había pedido un Uber.

Honestamente, no sabía cómo mirarla a la cara, había roto todo lazo con Paula después de lo que hizo. Pero igual no podía quitar esa imagen de la cabeza de Elisa.

La había visto y no podía hacer nada.

El Uber se detuvo en la puerta, pagué y bajé.

Me detuve antes de tocar el timbre, tenía nervios, miedo... Pero a la vez sentía que está era la oportunidad perfecta para estar con ella como la otra mañana.

Timbré, me abrió ella.

— Hey, pasa —parecia tranquila, normal.

Un pequeño gato corrió entre mis piernas y se detuvo antes de correr a la calle. Elisa lo miró enojada— Lil peace, entra a casa —caminó hasta el gatito y lo abrazó.
— Es tu gato? —pregunté, ella se puso nerviosa— por dios, es bellísimo —se lo quité de las manos— mira esta cosita —lo alcé, pude ver a Elisa sonreír un poco de lado— no puedo creer que no me gustaran, si son preciosos —soltó una risa
— lo que pasa es que eres tonto —dijo ella— venga, deja a mi gato y entremos. Que debo cortar tu cabello. —volvió a acariciar un mechon.

Mi piel se erizaba por completo ante su tacto, era cuestión de reacciones químicas.

Dejé al gato en el suelo y entré de lleno a la casa.

Elisa me dió la mano y caminó hasta el patio. Ahí, me soltó.

Tenía una silla junto a una mesa con tijeras, peines y una máquina para cortar el cabello.

— como en los viejos tiempos —le sonreí
— Así es, venga, siéntate —me volvió a tomar la mano. Me costaba mucho soltarsela. La quería tener así para siempre.

Me senté, ella pasó sus manos por mi cuello para atar mi bata, cerré mis ojos disfrutando su tacto.

Primero, con la máquina cortó los lados y luego con las tijeras hizo el resto. Reí un poco al recordar lo mucho que le gustaba cortarme el cabello.

Siempre pasaba sus dedos entre mis rulos para saber que tan largo estaba mi cabello, y me decía cuando debía cortármelo. A mí me gustaba darle el gusto de hacerlo, y siempre la dejaba.

— ¿En qué piensas? —murmuró en mi oído, mi piel se erizó
— en ti —no mentí, hablé honesto y sin miedo.

Se quedó callada, y me dolió un poco, no mentiré.

— Tus rulos aún encajan en mis dedos, como antes —susurró mientras acariciaba mi cabello
— Elisa, te quiero —solté, se detuvó.
— Pablo, no... —me puse de pie, me quité la bata y la miré.
— por favor... —me acerqué a ella, no me miraba.
— no siento lo mismo —soltó, la tomé de la cintura pegándola a la pared. Entonces me miró. La tenía cerca, la tenía bajo mi mando.
— Mírame a los ojos y repitelo, y te prometo por mi vida que te dejaré en paz... —pasó saliva— anda, dime qué no piensas en mi, que no me quieres...
— No puedo —se dió la vuelta y entró a la casa. Corrí tras ella, está vez no la dejaría ir.

Subió las escaleras, la detuve.

— Venga, hablemos bien —dije tranquilo, ella me miró. Estaba llorando— como personas maduras...
— Tengo que ir a seguir planeando la fiesta de Javier, lo haremos otro día —me safó las manos y bajó las escaleras. Tomó su chaqueta y abrió la puerta.

Salí también, cerró la puerta y me miró.

De su bolsillo sacó tres sobres. Fruncí el ceño.

— Aquí están las cartas de los últimos tres días —me entregó— te veo en la fiesta — se dió la vuelta y subió a su coche. Cuando reaccioné... Ella ya no estaba.

100 ʀᴀᴢᴏɴᴇs ~ Bʟᴏɴ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora