One shots BL Katekyo Hitman Reborn

Paraguas 5927

Era una tarde lluviosa de verano en Namimori, la mayoría de los alumnos ya se habían ido a sus casas, excepto algunos que habían olvidado su paraguas o quienes tenían aún asuntos pendientes en la escuela como clubes o el consejo estudiantil, claro que los clubes deportivos al aire libre cancelaron sus actividades ese día.

En fin, Sawada Tsunayoshi era uno de los que aún permanecían en el edificio, estaba castigado en el aula haciendo la tarea que no había hecho, solo esas cosas le pasaban a él, al menos eso pensaba y para colmo había olvidado su paraguas, al pasar los minutos logró terminar su tarea y se la iba a entregar a su profesor quien debería estar en la sala de profesores, pero dicha sala estaba completamente vacia, el condenado debió haberse ido y no le aviso ¿que más da? Estoy acostumbrado a esto pensó el castaño mientras bajaba hacia la entrada a esperar a que se parara la lluvia, al menos ese era su plan hasta que vio a alguien conocido en la entrada, su corazón latió con fuerza al ver de quien se trataba, y es que hace poco se había dado cuenta que tenía sentimientos por el que se había autoproclamado su mano derecha, debía actuar natural, después de todo sabía que nunca se daría nada porque él, solo lo veía como su jefe, el décimo de la familia Vongola y nada más, sin querer suspiró llamando la atención del italiano.

—¡Ah! Juudaime, lo estaba esperando, tardó menos de lo que pensé.

—G-gokudera-kun, no era necesario que me esperaras yo podía regresar solo.

—No diga esas cosas Juudaime, es mi deber como su mano derecha estar cuando me necesite y por lo que supongo, no tiene un paraguas y la lluvia no piensa parar, espero no le moleste compartir uno, por mi imprudencia olvidé traer uno extra para usted.

—Bueno, es cierto que no tengo uno, pero no me molesta tener que compartir, gracias por esperarme, Gokudera-kun- no tenía caso insistir, además tenía razón.

Ambos jóvenes empezaron a caminar hacia la casa de Sawada, la lluvia no paraba y las calles estaban muy mojadas, debían ir muy juntos para evitar mojarse lo menos posible, sus hombros se rozaban, eso ponía nerviososo a Tsuna, es decir, no todos los días puedes tener tan cerca a tu crush, esperaba que no lo notara, demasiado tarde.

—Juudaime, su cara está roja, déjeme ver si tiene fiebre ¿como se siente?

—Estoy bien, tal vez solo es el clima

—Aún así debo verificarlo- iba a revisar su temperatura con su mano, pero tenía ambas ocupadas, en una el paraguas y en la otra su maletin, su solución fue juntar su frente con la de su jefe.

-Pues parece estar bien, aunque su cara se puso más roja

Waaa, está muy cerca, mi corazón va a explotar, siento como si pudiera escuchar mis latidos pensaba Tsuna muy apenado.

—Será mejor apresurarnos a llegar

—Como ordene- y ambos siguieron su camino

Tsuna estaba perdido en sus pensamientos, pensaba que no podía seguir así, si con sólo su cercanía se alteraba así, terminaría causándole molestias a Hayato, tenía que decirle lo que siente, así lo rechazaría y seria mas fácil enterrar sus sentimientos, porque era obvio que iba a ser rechazado, es decir ¿por qué alguien, y más Gokudera Hayato iba a querer estar con él?

Aún así quería que su declaración fuera un poco más especial, pero ese era el momento, casi nunca estaban a solas.
El castaño estaba tan perdido en sus pensamientos que no escucho que detrás suyo venía alguien en bicicleta, por suerte su guardian de la tormenta reaccionó a tiempo.

—¡Cuidado, Juudaime! ¡Fijate por donde vas estúpido!

Todo paso tan rápido y tan lento para Tsuna, sin darse cuenta estaba acurrucado en el pecho de su amor platónico.