A La Que Llaman Puta.

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Otra noche más.

Como cada tarde, ella se arregla, se pone el mismo vestido corto y ceñido que la hace lucir sensual. Se maquilla con esmero, aún a sabiendas de que, posiblemente regrese con el maquillaje corrido por el sudor.
Como de costumbre sale a la calle al ponerse el sol.

Sus labios teñidos de carmín invitan a ser besados, todo en ella invita a caer en la tentación. Los hombres la miran con deseo mal disimulado, es hermosa y lo sabe.
Le gusta ser deseada, sí, es esencial para su trabajo;cuantos más hombres atraiga, más dinero conseguirá.

Claro que no siempre es fácil llevar la vida que lleva, sabe que hablan mal de ella, también sabe que nunca faltará quien la señale en la calle y con desprecio la llame puta por hacer lo que hace.
Pero no importa, no es la primera ni será la última vez que alguien la juzgue, dejándose llevar por su mala reputación.

Sus pasos se detienen, como siempre, en la entrada del tugurio donde la necesidad la ha obligado a trabajar.
-Llegas tarde -increpa con mala cara el dueño del lugar,ella desestima el regaño con un displicente gesto de mano y se dirige a su camarín para cambiarse antes del espectáculo.
Estando en ése pequeño espacio que le da algo de privacidad se da prisa para alistarse y darse ánimos para salir. Suspira, está tan hastiada de la misma rutina.

Ya vestida con ese extravagante atuendo que no deja mucho a la imaginación, se mira por última vez al espejo antes de colocarse el antifaz que resguarda su rostro de ojos indiscretos.
-Es tu turno de salir- anuncia una de sus compañeras, entrando en el camarín.

Ella sale como siempre, regia e imponente al escenario que le aguarda. Una única mirada alrededor le basta para saber que esa será una buena noche, pues el lugar está lleno a reventar.

La música comienza, esa es la señal para empezar con su primera rutina de la noche.

Ése es su momento, en ese escenario ella es libre, libre de preocupaciones, ahí no le importan los prejuicios ni el que dirán. En ese momento, sólo ella importa.
Su cuerpo se mueve cadencioso al compás de la música, sus movimientos son tan hipnóticos que todas las miradas se posan sobre ella. Se desliza con delicadeza sobre el tubo de metal, de tal forma que muchos hombres se han acercado para tratar de tocarla, creyendo quizás, que tanta sensualidad y tanto erotismo son una alucinación, producto del alcohol consumido.
Ella, adivinando las intenciones de aquellos que le rodean los aparta con elegancia, para después terminar su baile, haciendo una reverencia se retira entre los aplausos y vítores de un público enardecido.

Por fin ha terminado ¡Vaya que ha sido una noche movida! Cuando sale, recién se da cuenta de que son pasadas las cinco de la mañana ¡con razón está tan cansada!
Apenas le dará tiempo de ir a su casa a dormir una hora a lo sumo, darse un baño e irse al hospital, pero al menos se siente satisfecha.

- Buen día, dormilona -saluda al entrar en la inmaculada habitación del sanatorio.
-¡Sí veniste! - exclama la niña que está postrada en la cama, sonriendo, a pesar de estar aletargada por los fuertes medicamentos que le suministran para aliviar, aunque sea un poco su dolor.
- Claro que sí, chiquita. No te iba a dejar sola en un día tan difícil - responde ella en un tono maternal, aunque en sus ojos se refleja la preocupación.
Esa pequeña es lo más importante de su vida, desde la muerte de su madre, ella juró que haría hasta lo imposible por que a su hermanita jamás le faltara nada y desde entonces, ella se ha esforzado porque así sea.
-Ojalá que esto termine pronto ya quiero irme de aquí -suspira la chiquilla con impaciencia.
- Bueno, la doctora me dijo que ya sólo faltan tres quimioterapias más y si todo sale bien, es probable que te dé de alta en unas semanas.
- ¿De verdad? - pregunta emocionada la pequeña.
- Sí, así que mejórate pronto enana, para que salgas de aquí, además te traje algo para que no te aburras tanto -dice mientras le entrega un libro y un pequeño paquete de crayolas.
-¡Gracias, eres la mejor hermana del mundo! - exclama la niña sonriendo alegremente mientras la abraza.

Al ver la sonrisa de su hermanita ella se da cuenta de que todo ha valido la pena.

Ya no le importa ser llamada puta por el trabajo que desempeña.

Voten y comenten.
Regards and kisses para todos
😘😘😘

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