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Las manos del pelinegro recorrían los muslos blanquecinos del japonés, mientras que éste soltaba pequeños jadeos sordos.

Estaban lejos pero a la vez cerca, sus cuerpos necesitaban estar cerca y así lo hicieron. TaeYong tomó los muslos de Yuta y le acercó hasta quedar sentado a horcadas sobre su cuerpo.

Un gemido salió de los finos labios del castaño, los lentos movimientos comenzaron y así el agua comenzó a menearse al compás.

Los cabellos de Yuta se encontraban pegados a su frente sudorosa y húmeda, una de las manos del coreano hizo hacia atrás estos. Las delgadas manos del japonés apretaron los hombros de su contrario, mientras que éste aceleraba apenas un poco sus embestidas.

Gruñidos y gemidos salían de sus bocas, el agua que tenía también propiedades del sudor de ambos mojaba una y otra vez sus cuerpos. Las piernas del más bajo rodeaba el torso de su novio para apegarse más hacia él, sintiendo aún más sus movimientos.

Su cabeza se dirigió hacia atrás con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, acto seguido sus uñas se clavaron sobre la piel clara del pelinegro, haciendo que éste soltara un gruñido de dolor y placer mezclándose.

Colocó a Yuta en donde estaba anteriormente y él sobre el cuerpo del castaño. Así, movió más su cuerpo contra el frágil del japonés.

Ahora veía sus expresiones mejor, sus labios abiertos, sus ojos llorosos por el placer que le inundaba, su sudorosa frente. Podía oírle mejor, podía oír su nombre, aquellas clemencias por más, aquella rapidez que el chico pedía, le prendía más.

Salió con cuidado de él y de la bañera, le tomó en brazos y se dirigió esta vez hacia su habitación. Se recostaron sobre las sábanas que se encontraban ahora en el piso y volvió a hundirse en él, llenándolo por completo.

Ésta vez sus movimientos eran más rápidos, mientras que su novio jalaba sus cabellos no tan suavemente. Estaban acostumbrados a ser salvajes en la intimidad.

Pero, por alguna razón hoy, la violencia no hacía tanta presencia en ellos.

Por primera vez sus labios se volvieron a probar, sus lenguas después de mucho tiempo se encontraron y jugaron entre ellas. Sus salivas se mezclaron, sus labios se mordieron aún con el objetivo de hacerse daño, pero por alguna extraña razón sólo sentían un suave cosquilleo en sus belfos.

Después de unos minutos el clímax llegó en ambos, quedando cansados y abrazándose, durmieron. Sólo cubiertos por una sábana delgada, casi transparente.

Era domingo por la mañana, día de descanso y como siempre un día aburrido. Yuta se levantó primero, como siempre.

Buscó ropa interior limpia y se la colocó, así como un polerón café que le llegaba a medio muslo. Se dirigió hacia la cocina no sin antes tomar su móvil y revisar mensajes de sus chats pendientes.

Un número desconocido le había mandado un archivo adjunto, sin ninguna descripción. Solamente la imagen.

En ella se encontraba una silueta junto a otra, bastante cerca. Había luces rojas y la casa se le hacía familiar.

Click. Era la casa de Mark, y al estar en la casa de Mark no había nadie que le importara más que su novio. Otro click, era TaeYong. Pero, ¿con quién?

De repente recordó que antes de que bailara con él, estaba bailando con alguien más. Tercer click, bailaba con Ten. En la foto besaba a alguien.

TaeYong besó a Chittaphon.

Bloqueó su móvil y se quedó en medio de la sala, a unos pasos de la cocina, pero también a unos escalones para la recámara.

Subió la escalera para así tomar sus cosas más importante, colocarse unos jeans, sus converse negros. Bajó nuevamente de manera sigilosa y tomó su maleta y mochila para guardar sus cosas y salir de ahí.

Sus lágrimas por alguna extraña razón no salían de sus ojos, no se estaba haciendo el fuerte. Ahora era normal ya no llorar por alguien que ya no merecía sus lágrimas, y era lo mismo siempre.

Cuando piensa que ha dado un paso más, retrocede otros cinco y cada vez es más difícil salir de aquel túnel sin salida.

Pero ya no quería seguir manteniendo una relación que le hacía daño. Por mucho que haya durado, ya no valía la pena.

Se dirigió hacia la casa de HanSol, puesto que no quería causar molestias con SiCheng y Kun, tampoco quería que su amigo fuera a golpear la cara de TaeYong.

Después de unos minutos de caminata había llegado, tocó el timbre y segundos bastaron para que el rubio saliera a recibirlo.

Entraron ambos al hogar del coreano, tomando asiento.

— Bien, ¿vas a decirme el por qué de esa maleta? — preguntó el rubio con una sonrisa, a lo que Yuta rió con levedad.

— Pues aquí traigo mi cámara, mis cascos, cargador. Muchas cosas —. Explicó el castaño dejando la gran mochila a un lado, sin borrar su sonrisa.

— Yuta, te conozco demasiado bien. Te cuesta mucho mentirme —. Le miró preocupado. El susodicho sólo bajó la cabeza.

Lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, empapando su rostro. Un llanto salvaje se apoderó de sus ojos.

— No sé por qué hasta ahora lloro de ésta manera. Sólo sé que entre TaeYong y yo ya no queda nada, más que rencor, odio y enojo —. Soltó sin más mientras trataba de secar sus lágrimas.

HanSol se dirigió hacia él y le abrazó cariñosamente, sólo procurando que dejara de llorar. Yuta correspondió el abrazo y se dedicó a desahogar su dolor por medio del llanto, sollozando de manera fuerte y sin pudor alguno.

Todos estos años sobrellevando los malos tratos de su novio, las infidelidades por parte de él y desequilibrio en dar amor le habían echo mucho daño. Ya no era el Yuta sonriente, el Yuta que hablaba de TaeYong como si fuera la octava maravilla. Ya no le creía nada y eso le hizo pudrirse poco a poco.

HanSol sólo quería que todo el dolor de su amigo japonés se acabara, y sabía que con eso conllevaría a cortar a su novio después de tres años de relación. Era duro, lo sabía, pero era más importante él que aquella relación que hacía daño a ambas partes.

Yuta debía hacerlo.

Yuta debía dejar a TaeYong.

Hey, cómo están.
Lo sé, es sorprendente ver cómo de repente actualizo tan rápido, pidan un deseo.
Ya tengo varios capítulos terminados, sin embargo haré un cambio al siguiente capítulo, tampoco quiero que esto termine tan rápido.
En fin, díganme en los comentarios si es que les gusta el fanfic, quiero sentir un poco de ánimos de parte de ustedes después de todo.
Y sin más, gracias por leer.
Nos leemos.

˗ˏˋ No manners ︔ YuTae. ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora