Steve soltó un suspiro mientras sentía como su corazón volvía a rebosar de felicidad a tal punto que creyó que iba a estallar. Sus manos se pegaron a la cuna en donde uno de sus pequeños dormía tan plácidamente mientras el otro casi cerraba sus ojitos entre los brazos de su otro padre. El alfa le sonrió a su omega que se mecía suavemente en la silla tratando de que su otro pequeñito por fin se durmiera.
Tony se levantó tratando de no hacer movimientos bruscos que pudieran despertar su bebé y con cuidado lo acostó en la otra cuna. Sus gemelos parecían angelitos cuando dormían pero cuando estaban despiertos sí que hacían de las suyas.
El omega le hizo señas con las manos al contrario para que saliera de la habitación y Steve así lo hizo, con cuidado de no echar a perder todo el esfuerzo que ambos pusieron para que sus niños al fin se quedaran dormidos.
"Tenemos al menos dos horas para nosotros solos." Tony le dijo en voz baja una vez que estuvieron fuera de la habitación.
"Deberíamos aprovecharlas muy bien." El alfa abrazó por la cintura a su omega y depositó un suave beso en sus labios que fue correspondido al instante.
"Estoy de acuerdo." Tony le contestó a la par que comenzaba a arrastrarlo entre pequeños besos y suaves caricias a la habitación que compartían.
A Steve no le tomó mucho empeño en seguirlo, nunca iba a rechazar el cariño de su esposo y el día que lo hiciera que alguien llamara a la policía porque ese no podía ser él.
Tanto alfa y omega se hundieron en su burbuja de felicidad y por supuesto que aprovecharon el tiempo que los niños les dejaban para ellos solos de la única manera que se les ocurrió en esos instantes... durmiendo.
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El alfa se levantó sobresaltado en medio de la noche gracias a una pesadilla que no había tenido desde hacía mucho tiempo. Tony se removió a su lado y Steve se aseguró de que su esposo no se hubiese despertado, cuidar de los recién nacidos lo dejaba bastante exhausto. Steve supo que no se iba a poder dormir de nuevo así que sin hacer mucho ruido ni moverse mucho, se levantó de la cama con la única intención de ir a echarles un vistazo a sus pequeños.
Con cuidado abrió la puerta de la habitación y se acercó a la cuna de Peter, el mayor de los dos bebés. Un pequeñito tan dulce que hasta dormido irradiaba ternura. Con unos preciosos ojos color chocolate y una motita de cabello castaño, él niño le había robado el corazón desde su primer aliento. Y por otro lado estaba Harley, su pequeño guerrero de ojos azules y un cabello castaño claro que rozaba al rubio casi como el suyo, ese pedacito de su ser que lo hacía sentir completo. Lo mejor de dos mundos, lo mejor que había nacido del amor que tenían Tony y él.
Steve se sentó en la mecedora en donde Tony se sentaba para hacerlos dormir o darles de comer y su mente vagó a su propia infancia, a los incontables días del padre en donde en la escuela los obligaban a hacer algún presente para regalarles a sus padres, el único detalle es que Steve nunca tuvo uno. Ni siquiera lo había conocido y siempre se preguntó qué había pasado con él. Su madre a veces inventaba una historia de que el hombre se había ido a trabajar muy lejos pero de seguro siempre pensaba en ellos, lo cierto era que simplemente los abandonó un par de días después de que su madre dio a luz.
Muchas veces trató de entender la razón por la que su padre se había ido pero ahora que él era padre de dos preciosos niños y el alfa de un maravilloso omega, la simple idea de separarse de ellos le dolía en lo más profundo de su ser.
Así que no cabía duda alguna de que su padre, si es que podía llamarle así, había sido un completo imbécil y la peor basura del universo.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el pequeño llanto de Harley así que sin más, se acercó casi corriendo a tomar a su bebé entre sus brazos para apapacharlo.
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Sarah había llegado a visitar a su familia para asegurarse de que las cosas estuvieran en orden, tanto con los niños como con la pareja. Si cuidar a un bebé era un inmenso trabajo, no se imaginaba tener que lidiar con dos a la vez.
"Todo está en orden mamá." Tony le había dicho mientras sostenía a Peter con uno de sus brazos y con el otro comenzaba a agitar el biberón. "Como vez soy un experto, además criaste a un caballero y ese grandote de allá no me ha dejado solo." El omega rió y Sarah volteó a ver a su hijo que estaba tratando de hacer reír a Harley con caras divertidas sin tener éxito alguno.
"Peter ya tuvo su primera sonrisa... este niño no quiere cooperar." Steve rió y Sarah soltó un suspiro al ver lo felices que eran los cuatro.
"Estoy segura que en algún momento te vas a llevar una sorpresa." La omega dijo con calma.
"¿Quieres cargarlo?" Tony le preguntó a su suegra y esta no dudó en extender los brazos para tomar a su nietecito entre ellos. El omega se lo entregó con cuidado y también le dio el biberón. "Voy a aprovechar para tomar una ducha, estos pequeños demonios no me sueltan ni un ratito."
"Tony... ¿qué dijimos de esos apodos?" Steve dijo con tono severo pero lejos de sonar enojado, solo fue un pequeño reproche.
"Que solo los puedo usar de vez en cuando." Tony se rió y Steve no tuvo más remedio que hacerlo también. "Ya regreso suegrita, estás en tu casa." El omega le giñó un ojo y se fue casi corriendo al baño.
"Son perfectos..." Sarah dijo con una inmensa sonrisa mientras Peter se tomaba el biberón tan enérgicamente.
"¿Verdad que si? ¿No solo soy yo? Mis bebés son perfectos." El alfa dijo y se acercó a besar la frente de su pequeñito que estaba más entretenido mirando al techo que en todo lo que estaba pasando a su alrededor así que Steve lo dejó en paz para acercarse hasta donde se encontraba su madre con su otro cachorro.
"No mi vida, no solo eres tú... realmente lo son." Sarah sentía que las lágrimas se le iban a desbordar de sus ojos al sentirse tan plena y feliz en esos momentos. "Has hecho un buen trabajo mi niño." La omega le echó un vistazo a Peter y luego a Steve y recordó aquellos momentos en los que su bebé fue su fuerza para seguir adelante día con día. "Se parece mucho a ti, dormías y comías de lo más tranquilo." Sara rió y Steve sintió un leve bochorno.
"María dice que Harley es igualito a como Tony era de bebé, chillón y corajudo." Steve rió.
"¡Te estoy escuchando Rogers!" Y el omega gritó desde el otro lado de la casa arrebatándole más risas al par de rubios de la sala.
"Te traje un regalo, anda, checa mi bolso." La omega dijo entusiasmada y su hijo le hizo caso.
Steve se acercó al sillón en donde su madre dejó su bolso y metió la mano para husmear dentro de esta. Se llevó una enorme sorpresa al ver absolutamente todos los presentes que Steve había hecho en la escuela para el día del padre y que habían terminado en manos de su madre.
"¿Estos... son...?" El alfa dijo perplejo mientras los extendía en el mueble. Las tazas, los recuadros, los poemas, los dibujos, todo estaba ahí y cada uno de ellos tenía la frase: para el mejor papá del mundo. Steve siempre quiso borrarlo para dedicárselos a su madre pero los profesores jamás le dejaron.
"Ahora existe un nuevo mejor papá del mundo." Sarah dijo con orgullo y Steve rodeó el mueble para de nuevo correr hasta donde estaba su madre y con cuidado la envolvió en un abrazo tratando de no incomodar a su cachorro en el proceso.
"Soy lo que soy porque fuiste mi madre." Steve dijo y ahora sí, la omega no contuvo sus lágrimas de felicidad. "Nunca los voy a dejar, son mi mayor tesoro." El alfa mencionó a manera de promesa.
"Lo sé mi amor... lo sé." Y Sarah le creyó porque su hijo era diferente y conocía el amor gracias a Tony y la maravillosa familia que ambos habían creado.
Sin duda su hijo se convertiría en el mejor papá del mundo, o bueno, desde el punto de vista de la omega, su hijo ya lo era.
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✨Awesome Stevetony Mix Vol. 1 ✨
DiversosSerie de one shots stevetony basados en algunos prompts, pedidos, canciones y cualquier idea random que se le ocurrió a la escritora.