Crece de una Maldita Vez © [Todobaku]

• Capítulo 6 •

"Besos dulces"

—Oye... Bakugō —llama un menor.

     El ajeno se encontraba leyendo su cuaderno de apuntes para una prueba que se aproximaba.

—¿Qué quieres?

—Estoy aburrido, ¿Quieres jugar? —preguntó con sus ojitos de cachorro.

—Ahora no puedo mocoso, anda a ver un rato la televisión, después jugamos —dijo sin voltear a verlo porque si lo hacía probablemente hubiera aceptado sin pensarlo dos veces.

—Mm... De acuerdo —no muy convencido se acuesta en la cama del mayor y toma el control remoto.

     El sonido de la televisión no lo molestaba tanto, se concentraba demasiado para poder estudiar por eso era uno de los mejores estudiantes de la clase.

     Todo parecía ir bastante bien hasta que terminó de memorizar, se dio un pequeño estirón y recién en ese momento se da cuenta de que el pequeño Shōto estaba viendo una película de romance en Netflix, ese que llaman "El Stand de los Besos", Katsuki no la había visto antes pero el título le revelaba bastante de lo que trataba.

      Justo en el momento que iba a decir algo, en la televisión aparece la escena mágica del primer beso de la protagonista con la persona que le gustaba.

     Shōto veía curioso, estaba tan entretenido con la película que no se dio cuenta de que Bakugō se había parado de su sitio para colocarse en frente de él.

—Ah —finalmente mira a la cara al rubio ceniza.

—¿Por qué estás viendo esas cosas? —cuestionó acostándose al lado del menor.

—¿Está mal?

—Mm... No, pero eres muy joven para entenderlo.

—¿Entender los besos?

—Sí, seguro que no comprendes su significado.

—Se dan cuando sientes amor ¿no? —su inocencia era lo más adorable de ese niño.

—Pues sí, pero Japón no es igual que otros países, aquí nunca verás a las personas darse un beso frente a otros, de hecho... creo que apenas se los dan en privado, a excepción de algunos —rueda los ojos para luego volver su mirada hacia el menor.

     Sus propias palabras le hicieron recordar al Todoroki que tenía como novio, ese chico lo besaba cada vez que podía.