Crece de una Maldita Vez © [Todobaku]

• Capítulo 2 •

—Déjame ver si entendí... —suspiró Aizawa tocándose la frente—, en el entrenamiento de ayer una estudiante usó su kousei contra Todoroki al protegerte a ti, creíste que no tuvo efecto pero cuando te levantaste por la mañana él ya estaba así.

—Sí... —respondió el rubio ceniza con los brazos cruzados mientras observa otro lado.

     Cuando Katsuki entró al salón con el pequeño Todoroki en brazos todos se quedaron con la boca abierta. A las chicas les pareció demasiado lindo que Bakugō se haya preocupado por traer a su novio a clase y ver una manera de resolver su problema.

     Apenas Shōto toca el suelo todos se le acercan con curiosidad, la mayoría eran chicas, mientras que por otro lado Katsuki seguía hablando con el profesor.

—Deberás encargarte de él mientras buscamos a la chica que provocó esto, tendremos que revisar entre todos los primeros para poder dar con ella, tal vez tarde un tiempo.

—¡¿Ah?! ¡¿Por qué yo?!

—¿Acaso no están saliendo?

—Ah-... sí —suspira apartando la mirada, Shōto estaba asustado, habían muchas personas haciéndole preguntas por todos lados, eso hizo que Katsuki se moleste.

—¿Qué edad tienes Todoroki-kun? —preguntó Yaoyorozu agachándose a la altura del bicolor.

—¡Es muy adorable! —dijo Ochako cubriendo su rostro al no soportar tanta dulzura.

—¡Me lo podría comer a besos! —gritó Mina sujetando la mejilla del menor.

—Le tocas un pelo más y te exploto la cara —amenazó Katsuki con un aura siniestra, detestaba que se le acercaran de esa manera a Shōto.

—¡Lo siento, lo siento! —se disculpó la chica pelirrosa alejándose del medio albino.

—Senpai... me dan miedo —dijo el pequeño acercándose a Katsuki para ocultarse detrás de él.

     Algunas chicas soltaron un pequeño chillido de emoción al verlos juntos, mientras que los chicos sólo se quedaban con sorpresa al ver la escena, Bakugō estaba levemente sonrojado pero intentaba ocultarlo apartando la mirada.

—A ver, hagan silencio —ordenó Aizawa, todo ese alboroto seguro que llamaría la atención de toda la academia—, vamos a empezar la clase.

     Todos regresaron a sus lugares incluido nuestros protagonistas pero el pequeño albino temía tener que separarse del chico explosivo.

—Anda a tu asiento — le susurró al verlo parado a su lado.

—Quiero quedarme aquí contigo... —responde con una cara suplicante, Katsuki al verlo no pudo negarse por más que quisiera, el chico que tanto amaba era demasiado tierno con esa edad.