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La sonrisa de Do Kyungsoo era hermosa.

Cuando reía se veían sus dientes y sus labios se estiraban en forma de corazón. De alguna manera, se veía más joven de lo que era. Demasiado adorable.

Su risa, su sonrisa, eran totalmente diferente a la pequeña sonrisa retante a la que Jongin se había acostumbrado a ver en el entrenador en la pista de hielo. Sin embargo, anoche, en el restaurante donde estaban solo Jongin y Kyungsoo, no el patinador y su entrenador, había podido ver otro lado del joven. No a su entrenador. ¿Quizás a un amigo?

Sin importar que estuvieran en el pabellón de baile ahora mismo, de camino al estudio para conocer al coreógrafo que ayudaría a Jongin con su rutina. Sin importar que estuvieran trabajando ahora mismo. No importaría, aunque cayera un meteorito y destruyera el planeta, Jongin probablemente ni si quiera se daría cuenta porque estaba muy ocupado pensando en la adorable sonrisa de Kyungsoo y lo triste que era no poder verla más seguido.

Especialmente ahora.

Por que Kyungsoo estaba muy lejos de sonreír. Rayos, ni si quiera tenía la pequeña sonrisa arrogante. Caminaba con la expresión más seria que Jongin había visto en su rostro, mientras explicaba algo sobre los elementos necesarios para una rutina corta. Jongin mentiría al decir que escuchaba atentamente.

Era demasiado temprano en la mañana, aún tenía sueño y la sonrisa de la noche anterior seguía en sus pensamientos.

No se dio cuenta que había llegada al estudio de baile hasta que vio a Kyungsoo abrir la puerta y hacer gestos para que caminara frente a él. Su mirada en seguida estudió todo el lugar, nada fuera de lo ordinario. Una pared de espejos, piso de madera pulida. La barra en la pared daba la impresión de que el espacio también se utilizaba como un estudio de ballet. Eso tenía sentido. Después de todo, estaba aquí para coreografiar una rutina de patinaje sobre hielo.

Y un hombre. Un hombre joven se encontraba en medio del salón, con una snapback que le cubría la cara, sudaderas anchas y una camisilla grande, ropa muy diferente a la que Jongin esperaría ver en un bailarín de ballet.

—¡Ah! ¡Llegaron temprano! —El joven comentó cuando los vio entrar, la voz cargada con un acento que Jongin no lograba identificar. Se acercó a ellos con una gran sonrisa y un marcado hoyuelo en la mejilla.

Jongin vio como el joven le dio un cálido mitad abrazo mitad apretón de manos a Kyungsoo, antes de virarse y ofrecerle la mano en saludo.

—Tú debes ser Jongin, ¿no? Soy Yixing, pero todos me dicen Lay.

—Mucho gusto. —Jongin comentó en voz baja, su voz un poco ronca todavía.

—No tenemos tiempo para saludos, —Kyungsoo interrumpió cruzando los brazos. Ahí desaparecieron todos los pensamientos positivos sobre el joven y no pudo evitar fulminarlo con la mirada. Por favor, ni si quiera habían terminado bien de presentarse. Ni si quiera había pasado un minuto de conocer a Yixing y su entrenador ya estaba apurándoles a trabajar. —Yixing, perdona que te haya llamado con tan poca anticipación. Gracias por sacar tiempo para esto.

—Siempre dispuesto a ayudar a un viejo amigo. —El bailarín sonrió y se viró hacia Jongin mostrando su tierno hoyuelo y dulce sonrisa. Jongin casi hizo un gesto de confusión. —Kyungsoo me dijo que eres un patinador con experiencia, entonces no tengo que preocuparme tanto por la flexibilidad, ¿no?

Jongin parpadeó varias veces.

—Sí, lo soy. Tres veces medallista de oro en las mundiales. —Dijo con seriedad y le lanzó una mirada a Kyungsoo. ¿Quién, con exactitud, era este maestro de baile? Y, rayos, si él trabajaba con patinadores, ¿cómo entonces no sabía quién era Jongin? —Así que no, no debes preocuparte por mi flexibilidad.

Besar y llorar (Traducción de Kiss and Cry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora