Capitulo III

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Yunho se sentó en la silla de su impresionante estudio. Una gran pila de papeles incompletos estaba frente a él, pero el empresario no podía poner la atención para encargarse de ellos en este momento. Lo único que ocupaba su mente era como un chico que se llamaba Kim Jaejoong estaba poco a poco conduciéndolo al borde de la locura.

Había sido una semana y media desde que Yunho había llevado al chico de vuelta a su mansión, después de encontrarlo merodeando frente a la iglesia, y ya el hombre más pequeño había logrado dar vuelta a toda la casa patas arriba.

Primero Yunho había tratado de ser hospitalario (por consejo de Hyukjae) y le había dado a Jaejoong la habitación más opulenta que tenía, sólo para encontrar simples horas después, al más joven tumbado en el suelo, llorando y gimiendo en voz alta, -¡Todo en este cuarto es de oro! ¡Oro real! Es repugnante. ¿Cómo puedes vivir contigo mismo gastando dinero en un cuarto de oro macizo?

 

Al día siguiente, Yunho había vuelto a casa para encontrar a una doncella sonriente que con entusiasmo le dijo que -¡El adorable joven amo Jaejoong se hizo cargo de la cocina y horneo para todo el personal! -Diez minutos después, el empresario entró en la oficina de su casa para ver un plato con galletas, todas con mensajes de aliento y pequeñas caras tontas dibujadas en ellas de colores llamativos.

Y luego estaban las baratijas… Yunho no podía ir a ninguna parte de la mansión sin ver algún tipo de manualidad que Jaejoong hubiera hecho. El mayor sabía que nunca podría superar el shock de entrar en el comedor y ver que Jaejoong había descompuesto su mesita de caoba de W5 000 000 con el fin de hacer una serie de ángeles sonrientes de madera, que el joven había elegido colgar sobre la lámpara de araña.

-Ese chico me está volviendo loco -se quejó Yunho, masajeando sus sienes doloridas.

 
-Hey, Yunho-ssi. ¿Hay alguna razón por la que hay espeluznantes ángeles de madera en todas las lámparas del pasillo?

Yunho contuvo un gemido cuando Yoochun entró en la oficina. Parecía que Jaejoong estaba en ello otra vez…

-Este es realmente muy lindo -continuó Yoochun, sosteniendo en alto una figura de ángel que tenía una gran sonrisa, con las manos lindamente bajo su barbilla, y el trasero de un pato por el que cualquier hombre o mujer mataría.

-¿Hay una razón por la qué estás aquí, Yoochun-ssi? -Yunho le preguntó, haciendo caso omiso de las observaciones del hombre. Le recordaba al otro día cuando Hyukjae había llegado a su oficina, alardeando sobre la figura de pescado que Jaejoong le había hecho. Realmente necesito comprarle a ese chico su propio taller de carpintería para que deje de arruinar todas las mesas…

 
-Oh, he venido a recordarte sobre el evento benéfico de esta noche -Yoochun dijo, -Choi Jang Sul va a estar ahí y sabes que todavía estamos tratando de que firme el contrato de fusión, por lo que sería lo mejor para ti que vayas y le hagas un poco la barba

-Yo no le hago la barba a la gente -dijo Yunho con una mueca leve.

-Sí, lo sé -dijo Yoochun con un pequeño suspiro, -pero aún así, sería mejor que fueras al evento. Es para beneficencia después de todo, alguna fundación histórica. Puedes conseguir algunas buenas relaciones públicas en caso de que la situación con Jaejoong-ssi termine siendo complicada. Mejor aún, lleva al chico contigo

-Espera… ¿qué? -Yunho preguntó, alzando las cejas. Yoochun notó ligeramente divertido, que Yunho había perdido su tono aburrido en la voz, tan pronto como Jaejoong se mencionó.

Cada vez que suena una campana  // 《YunJae》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora