2.- Confesión.

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Día relajado de otoño. Árboles desnudándose, el sol deja de dar tanto calor y los alumnos de mi instituto siguen igual. No había visto a Verónica en las pausas, tal vez ella quería estar con otros amigos suyos en lugar de mí. Bueno, no puedo hacer nada al respecto, tengo
que respetar su privacidad.

«Adele, deja de ser tan patética. ¿Por qué simplemente no puedes hacerte otros amigos aparte de mí? No soy el centro del universo, déjame en paz. 

Sí lo eres en el mío. ¿Por qué no te das cuenta?»

Pasaban algunos recuerdos por mi mente a veces. Intentaba que se diera cuenta de mis sentimientos indirectamente. Tal vez sería yo la que debía ser un poco más directa. Quería confesarme hoy a ella pero supongo que no podré.

«-¿Crees que hay personas destinadas a estar juntas para toda la vida?

Esas personas son únicamente los padres y los hermanos si se tiene. Ninguna otra persona va a quedar, siempre habrán personas nuevas que vendrán y se van a ir. Este es mi punto de vista, Adele.»

Me marché a mi casa. No quería comer así que me fuí directamente a mi habitación. Estaba planificando cómo iba a decirle lo que siento. Entonces me vino la peor idea que me puedo venir: confesarme por texto. Bueno, de todos modos apenas podría hacerlo.

Tomé mi celular y comencé a escribir el mensaje. Intenté no hacerlo tan largo e ir directo al grano, tal vez la acabaría aburriendo. Escribí un simple "Te amo, Vero. No te veo como una amiga sino como algo más" y luego esperé a que me respondiera. Me quedé hasta el día siguiente esperando y al parecer me había dejando en visto. Es algo normal viniendo de ella.

Vero no Me habló. Me siguió ignorando hasta que la tomé del brazo y la llevé con fuerza a un lugar más privado.

—Oye, ¿qué estás haciendo?—me preguntó casi gritando saltándose.

—Ayer te dije algo muy importante y esta vez quiero decírtelo en persona. De verdad te amo y quisiera que podamos ser algo... algo más. Tal vez podría ser una oportunidad para un nuevo comienzo juntas.—solté con naturalidad aunque mi corazón latía muy rápido y sentía que casi no podía inhalar más oxígeno.

Vero se quedó mirándome con el ceño fruncido y apretando los puños. Esto me asustó un poco, tal vez ella quisiera golpearme. Estaba muriendo lentamente de miedo por lo que iba a decir.

—Adele, no es normal esto. Además, ¿pensabas que iba a querer a alguien como tú? Daniel es apuesto, con dinero y agradable, ya te dije. ¿Y tú? Pobre e imbécil. No te quiero ver más. Adiós.—luego Vero se marchó.

Ella se encontró con Daniel y se tomaron de la mano frente a mí. Vero me miró con una malvada sonrisa y besó a Daniel sobre sus labios. Dolió bastante.

Aún nos quedaban horas de clase pero sentía que no podía continuarlas. Me fuí a donde la profesora para decirle que no me encontraba bien y que me dejara marcharme a casa. Tenía náuseas, un dolor impresionante de cabeza, mareos y sentía que casi perdía la conciencia. Fue realmente extraño, en general a mi no me pasaban esas cosas. Llamé a mi hermano Gabriel para que viniera a recogerme en su auto, no creo que hubiera podido ir caminando.

—Tal vez no estábamos destinadas a estar juntas al fin de al cabo...

"We" can exist?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora