3.De Camino a MortKand. Pt. 1

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Año 340 de la Segunda Edad, bosque a las Afueras de Notrindale:

El camino se promete largo y aburrido, para llegar a Mortkand he de cruzar el Bosque Lóbrego, y seamos sinceros, no me apetece lo más mínimo, ese bosque es oscuro aun cuando es pleno día, escuchas animales si...pero también escuchas cosas que no parecen muy "naturales".

La entrada al bosque esta bastante lejos del pueblo, al llegar no es que te den muchas ganas de entrar pues esta custodiada por dos arboles secos de aspecto amenazador.

Si ya he dormido aquí algún día que otro, desde pequeño fui enseñado a sobrellevar mis miedos, puedes tener miedo pero de ti depende no dejarte vencer por el; así que me "entrenaron" para no dejarme llevar y mantener la calma.

Tan pronto entro el aspecto cambia, todo se vuelve mas amable, sigo el camino en dirección a Mortkand, ya atravesé el bosque en otra ocasión y se que me llevara un día y una noche atravesar si extensión, como no tengo prisa acampare en el claro que hay un poco mas adelante, a pesar de que llevo algo de provisiones buscare algo de comida en las cercanías.

Mientras llego allí descubro algo inquietante, unas huellas...pero son algo extrañas, son pisadas de perro pero mucho mayores, no se parecen siquiera a las de lobo, tengo una mala sensación...sera una noche larga.

Ya es casi noche, con el campamento ya levantado me dispongo a buscar algo de comida. En las cercanías escucho el rumor de un río, no esta de mas acercarse y echar un vistazo a ver si los dioses me son propicios.

Después de caminar un par de minutos llego al borde del bosque que rodea el río, me aposto y espero...escuchando...a la espera de una señal. No se aprecian ni huellas ni caminos hechos por animales y tampoco hay ningún olor conocido.

Pasan los minutos, por mi esperaría horas, pero hoy me atrase mucho en buscar comida, si mi maestro me viese...me pegaría con una vara. De repente escucho algo...en la otra rivera del río lo veo, un ciervo de gran tamaño se acerca a beber, es mi oportunidad; me coloco en posición, saco una flecha de mi carcaj, la coloco, me concentro, tenso el arco, vigilo el viento, la distancia y cogiendo aire bien fuerte apunto con cautela, un fallo ahora y tendré que estar sin comer...el ciervo se relaja en el río...y suelto mi flecha que cruza el tramo que separa al ciervo de mi y se clava en su cabeza. Hoy voy a cenar.

Me acerco al río, parecía mas profundo desde la distancia, lo cruzo y veo mi presa...es enorme, tendré que apañarmelas para conservar la mayor cantidad de carne.

CRAC...un ruido a mi espalda, maldición , sabia que no debía bajar la guardia, me giro y ahí esta, negro, enorme y con sus colmillos saboreando la pronta comida...es un Huargo Negro...lo peor que puedes encontrarte en el bosque...


La Búsqueda del Montaraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora