capitulo 15.

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—Harry, p-por favor para...

Rogaba Louis al sentir la nariz de Harry pasearse por su cuello con lentitud, bajando hacia su pecho.

—No quiero.

¿Qué le pasaba a aquel Harry? Porque él solo recordaba al que lo ignoraba y trataba mal.

El rizado subió lentamente con pequeños besos hacia el rostro del bonito castaño que tenía debajo. Le miró los labios entreabiertos y le parecieron de lo más atractivo. Maldición, ese chico estaba ardiendo y él ni siquiera había comenzado.

Louis era muy sensible y eso le agradaba.

Quería hacer las cosas con calmadamente pero Louis se le adelantó y estirando su cabello con fuerza y uniendo sus labios con precisión. Se dejó hacer, envolviendo sus brazos alrededor de aquella frágil cintura y de dejó caer hasta quedar a un costado.

Ambos estaban perdidos en aquel delicioso beso, ambos estaban concientes de lo bien que se complementaban sus bocas. Louis cogió con sus dos manos la cabeza de Harry mientras comenzaba a restregarse contra su cuerpo.

El rizado no perdió tiempo y bajó los pantalones del castaño de una sola vez, luego la ropa interior.

¿Romanticismo? Ni un poco.

Ahora Louis se encargaba de abrir sus piernas para  que Harry se metiera en ellas, estaban solo bestias tratando de calmar la calentura de sus cuerpos.

—Harry, por favor —rogó el castaño sacándose la camiseta para poder masajear sus pezones. El rizado lo miraba atentamente.

—¿Qué quieres? ¿Que los chupe?

Louis gimió de solo pensarlo. Asintió, rogándole con la mirada.

No lo dudó y tomó uno de los pezones rosados del chico y lo lamió suavemente, para luego succionar lentamente. Louis lo miraba atento, esa cabellera rizada perdiéndose entre sus pequeños pezones le producía más morbo del que había podido imaginar.

Llevó una de sus manos a las de Harry para tomarla y dirigirla directamente a su entrepierna. Creyó que el chico que estaba sobre él se dedicaría a sacar la mano asqueado, pero solo se dedicó a hacerle un experto trabajo manual.

—Mmm, estás muy excitado bebé.

Louis solo asistió y cerró sus ojos, disfrutando del placer de esa maravillosa masturbación. Los besos en su cuello aumentaron, unas manos en sus nalgas comenzaron a escabullirse de aquí y allá y a él le faltaba muy poco por terminar.

—Ponte de costado —le ordenó Harry.

No tuvo ganas de replicar y lo hizo sin más. Pudo ver a Harry bajarse los pantalones hasta las rodillas, y también aquellos bóxers oscuros. Dios, el rizado tenía un maldito pene muy grueso y largo. Estiró el culo inconscientemente y Harry rió cariñoso contra su espalda.

—Vamos a hacer esto muy rápido porque estoy muy caliente y no quiero perder el tiempo en prepararte ¿Estás bien con eso?

—Dios, sí, has lo que sea.

Harry le acarició la cintura mientras escabulle su miembro por los muslos cerrados de Louis, peligrosamente cerca de su entrada. El castaño gimió y apretó las piernas, queriendo proporcionarle un poco más de placer.

—Ajá, de eso hablo —murmuró Harry con la voz ronca. Llevó una de sus manos al pene de Louis comenzar a bombardearlo al ritmo de sus embestidas.

—Dios, Harry... —gritó Louis, encantado. Movió sus caderas y se pegó completamente al pecho del rizado. Sintió unos mordiscos en el lóbulo de su oreja y la mano de Harry se impregnó de su semen, sintió que se derretía por segundos.

Bien, eso había sido demasiado rápido. No era su culpa, en su defensa, jamás le habían tocado de esa manera.

Entonces se puso boca a bajo solo para volver más loco al pobre de Harry, quien no tardó en embestir sus muslos, haciendo chocar sus testículos contra aquellas nalgas. El rizado estaba sumamente perdido en ver el culo de Louis rebotar contra sus penetraciones. Acarició y besó la atractivo espalda del contrario, sintiendo que terminaría muy pronto.

No lo aguantó y sin pensarlo demasiado llevó la palma hacia las nalgas del castaño, nalgeandolo, tocándolo suavemente, apretándolo... Y cuando separó las nalgas para ver que había en su interior se sujetó la polla y se vino en grandes cantidades sobre la pequeña entrada de Louis.

Eso había sido demasiado intenso para ser un simple calentón.

Se dejó caer a un lado y observó en silencio la forma en la que Louis se ponía de pie, sin una pizca de pudor. Todo dentro suyo volvió a despertar. Louis cogió sus ropas con lentitud, sonriéndole de forma inocente.

—Buenas noches Harry. —se agachó para tomar el labio contrario y morderlo con suavidad, para luego alejarse, moviendo exquisitamente aquel culo.

El rizado quedó encantado.

—Que buenas noches das... —susurró para sí mismo una vez que la luz fue apagada.   

Paciencia. lwt + hes [adaptación] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora