capitulo 26.

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Louis estaba nervioso. Ese día había faltado al instituto porque tenía una cita en la peluquería, cambiaría su corte de pelo ésta vez y temía que no le quedase bien. Pero en realidad en el fondo esa no era la razón de su nerviosismo. Sino que el motivo era tan simple como que mañana era su cumpleaños. Y no cualquier cumpleaños, cumpliría 18, sería mayor y libre de hacer lo que se le antoje.

En su casa lo estaban visitando sus familiares, mañana tendría una pequeña cena y nadie quería faltar.

—Louis, ¿puedo ir contigo? Porfis, me portaré bien.

Edward, su primo preferido estaba en esos momentos en su cama haciéndole un puchero para tratar de convencerlo. Para Louis el pelirrojo era tan adorable que simplemente no le podía negar algo. Aún faltaba que llegasen Brad y Connor, esos dos eran hermanos y vivían peleando, por alguna razón le causaba mucha gracia.

Se empezó a preguntar qué opinaría su primo sobre su no-relación con Harry.

—Claro, solo... Quédate quieto y no vayas a tocar nada.

Bien sabía él que Edward no era conocido por ser una persona tranquila y obediente.

—¡Sí! ¡Gracias, gracias, gracias! Juro que creí que solo vendría aquí y nos aburriríamos.

Louis solo rodó los ojos y asintió sin responder, sabía que no era catalogado como la persona más divertida, pero tampoco creía que fuese taaan aburrido. Quizá solo lo que él tenía como diversión, a los demás no le divertía tanto. Solo esperaba que no le invitaran a ningún club ni nada por el estilo, en ocasiones a sus primos no sabe decirles que no y simplemente pierde el control.

Al parecer sería un día intenso y un fin de semana largo.

•••

—¡Te vez tan bello! Hasta me dan ganas de comerte.

Ahora Louis tenía que lidiar con el alboroto de Edward. Le había gustado su nuevo estilo pero a su primo le encantaba exagerar las cosas.

Le echó un vistazo a la hora en su celular y al darse cuenta de que aún era temprano decidió llevarse al pelirrojo de compras. Al menos quizá viendo ropa cerrase el pico un rato.

Era época de verano pero ese día estaba un poco caluroso, los días grises era bonitos en exceso a su parecer.

—Creo que lloverá —le dijo Edward mirando hacia el cielo.

—Puedo decirle a mamá que venga a buscarnos luego, no te preocupes.

Entraron a una tienda de hombres en la que Louis no solía ir. La ropa que vendían ahí no era su estilo, pero si el de su primo, así que tenía que aguantarse. Se prendió del brazo de Ed por costumbre, viendo a éste mirar todo con sumo detalle.

No eran muchas las veces que iban de compras, la tienda a la que solía ir quedaba a una cuadra de su casa y eran escasas las veces que salía. De alguna manera estaba tratando de romper con eso, se estaba cansando de ser un marginado sin vida que solo se encierra en su cuarto a hacer tarea.

—Oye Lou, no es por nada, pero hay un chico por allá que te está mirando mucho desde que llegamos.

—¿Eh?

Gira disimuladamente el rostro, buscando con la mirada al chico mencionado. Y sí, en definitiva es un chico, y uno muy guapo.

Maldito Harry y su maña de aparecerse por todos lados.

—¡Y te está sonriendo! Oh dios Louis... —le grita Edward en susurros.

El castaño solo sonrió y mordió sus labios al ver a su rizado favorito acercarse. Soltó lentamente el brazo de Edward, no quería que el otro mal interpretase las cosas.

Paciencia. lwt + hes [adaptación] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora