capitulo 25.

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Es en los pasillos del instituto cuando Louis siente que alguien lo sujeta por la cintura, su rostro serio pasa a uno feliz pensando que es Harry, quien últimamente se lo andaba robando de un montón de sitios y siempre le salía con encuentros inesperados. Pero luego de unos segundos se da cuenta de que no es así, huele un perfume diferente y desconocido así que se gira para ver a Sam detrás de él con una sonrisa que pretende ser tierna. 

Se aleja disimuladamente, la cercanía de Sam le ponía incómodo.

—¿Qué haces? ¿No deberías de estar en clases? —pregunta el rubio, tratando de romper el ambiente lleno de tensión.

—Hmm, fuí a buscar unos papeles para el profesor —contesta Louis, mostrándole los papeles que lleva en las manos.

Sam asiente y le echa un vistazo rápido al pasillo.

—¿Tienes unos minutos para regalarme? Debo hablarte de algo muy importante.

Los nervios intactos en esas palabras alarman a Louis. Presentía que eso le traería problemas.

—No puedo ahora, el profesor se enfadará si tardo...

—Por favor Louis, solo serán unos minutos —insiste Sam.

Suspira y termina por decir que sí, Sam comienza a guiarlo a la terraza por alguna razón. La verdad era que se habían visto poco tiempo en esa semana, el había estado demasiado ocupado teniendo a Harry besándole el trasero, de una forma no literal, como para darse cuenta de los sentimientos del rubio. Le daba un poco de pena porque él no sentía nada, ni siquiera sentía pena. Creyó haber dejado todo claro al ignorar sus llamadas y mensajes.

—Habla rápido por favor, debo volver... —le recuerda al momento que llegan. Su prisa es notable.

—¿Sabes lo que voy a decirte no? —pregunta con obviedad.

Se hace el loco y niega.

—Si lo supiera nos estarías evitando todo esto. Habla, ¿Qué pasa?

Sam suspira y lo mira de repente, toma la pequeña mano de Louis entre las suyas e intenta hablar sin nervios.

—Luego de nuestras citas yo creí que realmente teníamos algo Louis, pero últimamente me has dejado en el olvido y necesito saber si acaso he hecho algo mal.

—He estado ocupado —responde Louis sin más, apartando la mano.

—Me gustas —suelta Fender sin rodeos.

El más alto se sorprende, no por la confesión, sino por la manera seca en la que se lo dijo. Lo mira unos instantes, tratando de entender la situación.

—¿Y qué quieres que haga? No puedo corresponder tus sentimientos Sam, si acepté salir contigo fue porque creí que tenías claro que solo seríamos amigos.

Miente un poco, tratando de salvarse. Si bien si era cierto que no tenía sentimientos por Fender, era mentira que él aceptó salir con la condición de ser amigos, sabía que ésto terminaría por pasar y en el momento que pudo haberlo evitado, no lo hizo. ¿Por qué? Porque había estado demasiado ocupado pensando en Harry, en sus besos, en sus palabras y en su cuerpo.

Estúpido Harry.

Al menos dame una oportunidad Louis... Puedo hacerte feliz si me lo permites.

Louis ríe con sarcasmo y termina por negar.

—No sé por quién me estás tomando, pero no puedo aceptar algo así. No puedo corresponderte, supéralo —mira su pequeño reloj en la muñeca y suspira al darse cuenta de que ya han pasado seis minutos —¿Eso era todo? Debo volver.

Se da cuenta de que le está causando un dolor al rubio, puede notarlo por la forma en la que éste mira al piso. ¡Bravo Louis! Rueda los ojos, y siente un poco de compasión al recordar como a él también le habían roto el corazón alguna vez. Pero por un lado se lo agradece, porque lo volvieron un insensible de mierda al que ya nadie puede hacerle daño sentimentalmente.

O al menos eso creía.

—No es nada personal Sam... —termina por decir, acercándose para darle un abrazo de consuelo —Eres genial, adorable, guapo, sexy y muchas cosas más. Pero no eres mi tipo y no puedo forzarme a sentir algo por tí. Se que estoy siendo un tonto por decir eso, pero quizá el destino te tiene a otra persona para tí. —le da un casto beso en la mejilla y se aleja.

Sam finalmente lo mira.

—Gracias Louis.

Éste le guiña un ojo y comienza a alejarse, dejando a Fender solo en la terraza fría con los sentimientos hechos un desastre. Louis se siente liberado después de aclarar las cosas. Estaba teniendo debates mentales sobre qué hacer últimamente acerca de Sam y ahora estaba feliz por haber dejado todo claro. 

Si su madre supiese que hizo una cosa así pondría el grito en el cielo. Sueña con que el pequeño encuentre su pareja, que esté acompañado de alguien que realmente lo haga muy feliz. Pero no sabía que su hijo era lo suficientemente insoportable como para tener demasiadas escasas propuestas para algo así.

Además su pobre corazón estaba latiendo fuertemente por el bobo de Harry. Sabía que probablemente lo suyo acabaría en algún momento porque no tenían nada serio, solo era algo pasajero y sin importancia. No quería hacerse falsas ilusiones de algo que nunca pasaría.

Nunca podría presentar a Harry Styles como su novio, y eso le dolía.

••••

En el momento que Harry llegó a su hogar luego de una sudorosa sesión de boxeo en el gimnasio, su madre lo pilla y ataca antes de meterse a la ducha.

—¿Ya te has hecho amigo de Louis?

El rizado cierra los ojos cansado, ya habían tenido esa conversación en un total de 16 veces en la semana.

—Mamá, por favor, estoy cansado y quiero ducharme. Y no, no me hice amigo del enano y dudo hacerlo. Basta de esto mujer, me estresas.

Su madre le pone un puchero.

—Está bien, te dejaré tranquilo. Solo creí que ya eran amigos... Así que supongo que no le regalarás nada en su cumpleaños que es en estos días... Pero bueno, como no te interesa...

Harry deja de rebuscar en su armario y mira con atención.

—¿Cuando es?

—El sábado, estamos invitados a pasarlo con él. ¿Entonces sí vas a regalarle algo? ¿Sí son amigos?

El ojiverde la mira y sin decir nada la abraza. Su madre se sorprende a tal muestra de afecto de su hijo menor y corresponde con ganas.

—Deja de ser chismosa mamá. Si somos amigos o no eso quedará entre nosotros. —termina de decir Harry, sacándola a rastras de su habitación para luego cerrar la puerta con seguro.

Cuando está en la ducha se pone a pensar en que podía regalarle al enano. Éste no le había dicho nada sobre su cumpleaños, ¿a caso pretendía que él lo pasaría por alto? De eso nada. Recuerda la casa de campo que tienen sus padres afueras de la ciudad y una idea se le viene a la mente. En cuestión de minutos ya lo tenía todo arreglado.

La sola imagen de Louis viene a su mente, su cuerpo, sus labios, su dulce aroma...  Demonios, ese castaño lo tenía tan mal. Incluso pensar todo eso estando en la ducha desnudo estaba prohibido, ya se estaba cansando de tanto utilizar su mano. Pero luego recordaba que no podía ir y solo partirle el culo al chico sin antes causarle un dolor muy grande. Louis tenía su cupón especial por ahora.

Al mirarse al espejo sonríe con ganas al ver la pequeña marca roja que tiene en el centro de su cuello, una obra creada por el enano. Siempre le molestaba que le dejasen marcas pero esta vez iba a dejarlo pasar.

¿Qué me estás haciendo Louis?

Paciencia. lwt + hes [adaptación] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora