La semana fue agotadora para Yoongi, incluso aunque debería estar acostumbrado a tal nivel de exhaustiva exigencia. Cuando le dijeron lo de las pruebas, había creído que sería relativamente fácil. Pero se había equivocado por completo. Para cuando llegó el fin de semana, su cuerpo dolía tanto que no quería hacer otra cosa aparte de quedarse en su habitación y dormir.
Bufó frustrado cuando sonó la alarma de su móvil y supo que debía levantarse si no quería perderse el desayuno. Se puso en pie y se estiró, en un intento de desentumecer sus músculos. Cuando acabó de hacer crujir todos los huesos de su cuerpo, se ducho rápidamente y se vistió con lo primero que encontró en su armario, añadiendo la pequeña placa con su nombre justo después.
Estaba listo para empezar el día.
Mientras salía por la puerta en dirección al comedor, Yoongi pensó en lo increíblemente sencillo que estaba resultando adaptarse a aquella vida. En el poco tiempo que llevaba, se había sentido lo suficientemente cómodo como para dejar de dormir con un ojo abierto, y eso era peligroso. No podía bajar la guardia; aquello podría suponer su muerte si no se ponía las pilas.
Suspiró y entró en la gran sala, buscando a V con la mirada. Se habían convertido en algo parecido a amigos o, al menos, en conocidos cercanos. Desayunaban juntos y él le había prometido que, una vez acabara con sus pruebas, le enseñaría la parte más divertida de Styx. Yoongi había sonreído y le había dicho lo impaciente que estaba por aquello.
Y no era una mentira. De verdad estaba ansioso por averiguar cómo se divertía la gente allí. Ya no solo para tener algo entretenido que poder hacer, sino porque podría suponer una ventaja para su venganza. Si sabía lo que hacían los miembros de esa mafia cuando estaban relajados y más distraídos, por así decirse, podría encontrar un punto débil que explotar. Una forma de destruírlos desde dentro, de apuñalarlos por la espalda cuando menos se lo esperasen. Sí, estaba impaciente.
En parte sabía que tenía que controlar sus emociones, ya que podría delatarse a si mismo sin querer en un ataque de rabia. Pero por otro lado, él estaba movido por el irrefrenable deseo de venganza, de conseguir un poco de paz mental.
Desde que había entrado a Styx, Yoongi apenas había podido pegar ojo, demasiado afectado por el lugar dónde se encontraba, demasiado afectado por los recuerdos. No podía estar tumbado en la cama de su habitación sin pensar en que se encontraba en un nido de serpientes venenosas que en cualquier momento podrían atacarle. No podía sacarse de la cabeza el pensamiento de que estaba rodeado de los asesinos de su familia, y saberse sorprendentemente a gusto entre ellos hacía que la culpabilidad le mantuviese en vela. No importaba lo agotado que estuviera; él simplemente no podía dormir.
—Hey, tierra llamando a Yoon —enfocó la mirada, encontrándose a V sacudiendo la mano frente a sus ojos. Yoongi se sobresaltó—. ¿Estás bien? Pareces algo ido.
—Estoy un poco cansado —murmuró, fingiendo una sonrisa.
—Ah, sí. ¿Estabas con las pruebas, verdad? ¿Cómo te están yendo?
—Mejor de lo que creía, pero me están destrozando —suspiró Yoongi, cerrando los ojos por unos instantes.
V le miró por unos instantes antes de levantarse y obligarle a levantarse. Él no protestó, aunque le sorprendió ver cómo le arrastraba por entre los pasillos, conduciéndole a algún lugar desconocido para él. Se dejó llevar, siguiendo en silencio a su compañero. Tan solo cuando llegaron frente a una puerta, Yoongi se preguntó dónde estaban. No lo dijo en voz alta, y perdió la ocasión de hacerlo cuando V le dijo que esperara allí y le dejó solo, entrando por la puerta.
Él se sentó en el suelo, apoyado contra la pared. No tenía ni idea de cuánto tiempo tendría que esperar, así que mejor hacerlo en una posición relativamente cómoda. Dejó que su cuerpo se relajara, sintiendo el frío sobre su espalda, a través de la fina camiseta que se había puesto. Suspiró y se quedó así, intentando pensar en algo que no fuera en lo cansado que estaba.
V salió poco después, con una cajita pequeña entre sus manos.
—¿Qué es esto? —preguntó Yoongi mientras se levantaba, señalando la caja con su dedo índice.
—Toma, es para ti —el otro le entregó el objeto, sonriendo animadamente—. Son somníferos, para que puedas descansar bien estas noches. No creas que no me he dado cuenta de que no duermes, tus ojeras te delatan.
No sabía que decir, se había quedado sin palabras. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien se preocupaba tanto por él como para fijarse en lo que necesitaba. Tuvo que reprimir las ganas de llorar. ¿Era así como se sentía ser querido? La última persona en hacerle sentir así había sido su tía, pero llevaba años sin vivir con ella, hablando solo por teléfono y mintiéndole descaradamente cuando ella le preguntaba cómo se encontraba.
Por eso, que V le regalase somníferos porque se había dado cuenta de que tenía dificultades para dormir, sin que él le dijera una sola palabra acerca del tema, hacía que su corazón se encogiera ante la oleada de calidez que recorrió su cuerpo. Quizás, después de todo, podría llegar a considerar a V como un amigo. Quizás no era algo tan malo si lo hacía. Al fin y al cabo, el chico se había preocupado por él.
—Gracias —le sonrió sinceramente, abandonando todos sus principios para abrazarle. Se separó enseguida, pero lo hizo.
—De nada. Para eso están los amigos —el otro le devolvió la sonrisa—. Oye, hablando de amigos... ¿Te apetece conocer a los míos? Que solo hablas conmigo. Y bueno, dicen que cuantos más, mejor. ¿No?
—Claro —Yoongi sonrió, una sonrisa que le llegó a los ojos—. Me encantaría.
Bueno, hola. Han pasado mil años desde la última vez que publiqué. ¿Qué tal vuestras vidas?
Ya sé que este es un capítulo corto pero ñe, el próximo será más largo, lo juro. Bueh, nos vemos cuando me acuerde de actualizar. Bai❤️
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Sweet Surrender |Yoonmin|
FanfictionPark Jimin era el líder de Styx, la mafia más peligrosa de Corea del Sur. Todos lo sabían, todos reconocían aquel nombre cuando lo oían, todos se estremecían cuando observaban el horrible desastre que dejaba a su paso. Park Jimin tenía a toda la po...