Yoongi sostuvo el bolígrafo azul en la mano durante unos segundos, intentando controlar su evidente nerviosismo, antes de escribir con suavidad su nuevo nombre en la parte de abajo del documento. Lo había leído un poco por encima, deteniéndose en la letra pequeña. Nunca había sido especialmente un fan de los contratos; era más bien del tipo de personas que acepta los terminos y condiciones en internet sin ni siquiera darles un vistazo. Pero no podía hacer aquello con un documento perteneciente a la mafia.
Dejó con suavidad el contrato sobre la mesa. Y Rosé, que había estado observándole todo ese tiempo, sonrió y lo guardó al fondo de uno de los cajones de su escritorio. Su sonrisa lo puso aún más intranquilo, aunque supo disimularlo. Aquel era el tipo de sonrisa que ponía la gente cuando se sabía que alguien acababa de firmar su propia sentencia de muerte. Yoongi jamás lo admitiría, pero se sentía como un cordero en la boca del lobo.
-Ya estás dentro -dijo la chica con tranquilidad-. Bienvenido a Styx, Lee Taeyoon.
Su tono de voz era solemne, uno de aquellos que ponían los pelos de punta y te hacían cuestionarte si estabas siguiendo el camino correcto.
Yoongi estaba nervioso. Nervioso y, de alguna retorcida manera, también emocionado. Se sentía ansioso por empezar a labrarse un camino dentro de aquella mafia, y por poder empezar a ganarse la confianza de los miembros de ella.
Nunca sabrían lo que les golpeó.
Siguió a Rosé a través de largos pasillos que se juntaban formando un intrincado laberinto, y dentro de distintas habitaciones, algunas eran ridículamente inmensas, otras eran más imperceptibles y ocultas. Escuchó con atención cada palabra que ella le decía sobre los lugares por los que pasaban, aunque era perfectamente consciente de que no iba a acordarse de todo.
-A partir de ahora, Lee Taeyoon, estás dentro de Styx -puntualizó ella mientras daban media vuelta y volvían al punto de partida- Lo que significa que debes utilizar un apodo de ahora en adelante.
-¿Por qué? -cuestionó Yoongi, curioso.
La chica se quedó pensativa durante un par de segundos. Momentos después, pareció darse cuenta de algo, y fingió una sonrisa hacia él.
-¿Qué sabes sobre mitología? -acabó preguntando, con una expresión que no prometía nada bueno dibujada en su angelical cara.
-No mucho, en realidad -Yoongi se encogió de hombros- En el colegio nunca tocaron este tema en profundidad y supongo que nunca me interesó lo suficiente como para aprender por mi cuenta. ¿Es importante?
-No especialmente, aunque habría hecho más fácil la explicación -suspiró y luego le miró- Pero puedo hacerte un resumen rápido -añadió- No es tan difícil. Lo de los apodos empezó con el primer rey de Styx. El hombre era un paranoico que se había obsesionado demasiado con temas como la mitología.
"Verás, los dioses griegos ya utilizaban los nombres como símbolo de algo importante. Recibían ofrendas gracias a él. Parece una cosa sin importancia, pero que los humanos supiesen sus nombres implicaba que les podían rendir culto y venerar y toda la cosa"
"En la demonología pasa algo parecido con los nombres y su poder. Cualquiera es capaz de hacer un trato con un demonio, pero si de alguna manera esa persona descubre el nombre real de algún demonio, lo puede controlar y, en resumen, lo deja en una posición de vulnerabilidad. Y mientras que para cualquier humano normal esto no habrían sido nada más que cuentos, para el rey de Styx fue un ataque directo a su paranoia. Se obsesionó con lo de que los nombres te hacían débil e instauró una regla que prohíbe a cualquiera perteneciente a esta mafia usar su nombre de nacimiento"
Yoongi abrió los ojos con sorpresa, y anotó este pedazo de información en las profundidades de su mente. No era algo demasiado relevante, pero le ayudaría a comprender el tipo de mentalidad bajo la que Styx fue creada. Nunca estaba de más prestar atención. Sonrió a Rosé y ambos reanudaron el camino al despacho de la chica.
El camino parecía más corto ahora que cuando estaba yendo en dirección contraria, y Yoongi se preguntó si era porque se había entretenido hablando con Rosé o si era porque los pasillos le eran vagamente familiares. Posiblemente había sido una combinación de ambas.
Rosé tenía algo. Era el tipo de persona que entra en una habitación y en cinco minutos ya ha entablado amistad con la mitad de la gente en ella. Agradable, cálida, simpática. Aquellas eran palabras adecuadas para describirla, pero él no la conocía y había aprendido a no confiar en nadie. Todos eran capaces de apuñalar a alguien por la espalda, y él no estaba dispuesto a recibir la herida voluntariamente
Siempre ponía como ejemplo a sus padres. Yoongi era incapaz de recordar los rostros de los asesinos de su familia, pero recordaba haberlos visto en su casa un par de veces antes, hablando con sus padres con lo que parecía real amistad. Respiró profundo y se obligó a enterrar esos recuerdos en lo profundo de su subconsciente.
No era el tiempo de pensar en eso.
Rosé volvió a abrir la puerta de su despacho y le invitó a pasar. Él se sentó en la misma silla en la que se había sentado casi una hora atrás.
-¿Y bien? -preguntó Yoongi, levantando una ceja.
-¿Y bien, qué?
-¿No ibas a explicarme cómo funciona esto?
-Oh, eso -la chica pareció sorprendida, y él no pudo evitar pensar que ella no sería capaz de matar a alguien. Era demasiado inocente y despistada para eso. Pero luego pensó en que no la conocía y las apariencias engañan- Styx funciona como el sistema feudal, sin embargo se puede subir o bajar de puesto.
"En la parte más baja están los esclavos. Ese sería tu rango -viendo la cara que puso, añadió- No te preocupes, es solo el nombre que utilizamos para los que aún no son miembros pero están a prueba. Durante este periodo no podrás negarte a ninguna orden, para demostrar tu valía aquí."
"Una vez hayas pasado la etapa de iniciación, te convertirás en un campesino. Se te hará una prueba de aptitud para determinar a qué rama de Styx pertenecerás. Hay cinco: sigilo, persuasión, investigación, violencia y tortura. Y aunque pueda parecer que tortura y violencia son la misma cosa, la rama de violencia incluye armamentística, luchas y cualquier daño físico, y tortura se centra más en el daño mental. Cuando se haya decidido tu rama se te enviará a una de las sedes. Otra vez, hay cinco. Están en diferentes partes del país y representan cada una de las especialidades.
"Por encima de los campesinos estamos los nobles. Nos encargamos de dar órdenes y de que se cumplan las órdenes del rey. Cada uno de nosotros dirige una sede. De momento, tú estás bajo mi mandato y protección, luego puede que pases a otras manos.
"Y por último, en la cima de la pirámide, está el rey. Su puesto es el único que es vitalicio y no puede ser cambiado. El rey se encarga de controlar que todo marcha bien, que la convivencia sea pacífica, y de decidir nuestras misiones. Básicamente controla todo Styx, y por ende el país. Eso es todo por el momento. ¿Tienes alguna duda?"
Yoongi parpadeó, analizando toda la información que acababa de recibir en tan poco tiempo. Sistema feudal, pirámide de poderes... Sí, podía trabajar con esto. Quizás le sería difícil acostumbrarse a lo de ser un esclavo, pero aquello era solo temporal. Levantó la mirada y esbozó una pequeña sonrisa.
-Suena bien -mintió, aunque se aseguró de que fuese imperceptible. Yoongi nunca había tenido problemas con mentir, ya que se había acostumbrado a ello cuando era muy pequeño. Era una habilidad que le había servido bastante en su trabajo como agente.
-Sí. ¿Has pensado ya en un apodo?
Yoongi dudó unos minutos. Aún habiendo memorizado la supuesta vida de su nuevo yo, no sabía qué apodo podría ser adecuado para él. Nunca había sido un gran fan de los apodos, habiéndolos considerados inútiles e inservibles durante gran parte de su vida. Ahora deseaba haberle hecho caso al menos un par de minutos, para saber qué maldito apodo podía usar.
-Creo que me quedaré con Yoon -dijo tras unos momentos- Es similar a mi nombre.
Y así era imposible que la cagase si empezaba a decir su nombre real, que muy probablemente era algo que le pasaría durante los primeros días.
-Entonces, bienvenido a Styx.
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Sweet Surrender |Yoonmin|
Hayran KurguPark Jimin era el líder de Styx, la mafia más peligrosa de Corea del Sur. Todos lo sabían, todos reconocían aquel nombre cuando lo oían, todos se estremecían cuando observaban el horrible desastre que dejaba a su paso. Park Jimin tenía a toda la po...