Entre tintas de Enseñanza

Meses antes

POV Shikamaru

Abro mis ojos completamente agotado luchando por sofocar un bostezo me llevo la mano a la boca, me levanto sin más preocupación que buscar mi ropa interior, me meto en ella y bajo para preparar algo de desayunar. Relajo mi mente observando al gato de mi vecino intentar atrapar un colibrí que revolotea alrededor de una flor trepadora sobre la cerca colindante, fumo un cigarro a la espera de que el café esté listo mientras armo un emparedado. Debería estar en mi habitación aprovechando un mañanero con la chica que yace ahí dormida, y no me malinterpreten, ella me agrada en muchos aspectos, pero no pasa de ser alguien con quien salgo por unas bebidas de vez en cuando y tenemos un buen rato sin remordimiento alguno aunque últimamente se toma atribuciones que no vienen al caso dejando en claro sus verdaderas intenciones.

―¿Quién diría que con esa pasividad que te caracteriza seas tan diestro en la cama?―dice a manera de saludo la interpelada apoyada tranquilamente en el umbral de la cocina.

La miro de reojo sin dejar de untar la mantequilla de maní. Reconozco que mi playera le luce bien. Es una chica grande, de muslos gruesos, caderas anchas, pechos generosos con areolas en color caramelo,―me tildaran de pervertido, pero me gusta jugar con ese par de tetas, juntarlas hasta que sus pezones se rozan entre sí para chuparlos a la vez― y labios quirúrgicamente abultados, que te succionan el alma por tu polla... Debería darme una oportunidad de ir más allá, pero hay un cierto detalle que está mal.

―Te aseguro que follas mejor que Kiba y conste que a él lo tenía en la cúspide...

¡Exacto!, se ha acostado con todos mis amigos. ¡Ninguno sin exclusión!, incluso han follado aquí mismo en la habitación extra.

―¡Buen día!, ¿Quieres algo para desayunar?―le ofrezco. No soy el tipo de hombre que duerme con una mujer y la saca a patadas de su cama al día siguiente, trato en la medida de lo posible de portarme caballeroso y si queda un portillo abierto para un futuro reencuentro no dejo ir la oportunidad.

―¡Lo siento!, dejé a los mellizos con mi madre y debo ir por ellos. ¿Te molesta que me la lleve?―me pregunta refiriéndose a la camiseta.

―¡Con esta van tres, ¿Qué más da?!

―¡Te las devolveré!―anuncia viniendo hacia mi para plantarme un beso y meter sus manos entre la goma de mis boxer,―Se te ve de maravilla, ¿es nuevo?―susurra dando un apretón en mi miembro para después tomar rumbo a mi alcoba.

No respondo a su inquietud, la tomo con delicadeza del codo para quedar frente a frente.―¡Oye, Yashiro!―lo que estoy por hacer dudo que sea de su beneplácito, pero viene siendo hora de poner un hasta aquí.―sabes que te aprecio y te considero una chica tremendamente simpática...

―¿Pero?―interrumpe la guapa tatuada de largas uñas acrílicas con el rostro compungido.―¡Dilo!, quieres abandonarme....¡normal!

Lanzo la colilla del cigarrillo al tanque de la canilla del agua e inmediatamente coloco mis manos sobre sus suaves mejillas.―¡Yash!, lo último que quiero es hacerte daño. Te mereces estar con alguien que realmente te corresponda y ese alguien no soy yo.

―¡Shikamaru!, adoro estar contigo, eres muy atento y te tomas el tiempo para mimarme y no solo follarme sin importar nada., quizás solo sientas atracción por mi, pero podríamos ver que pasa.

La miro negando lentamente sin dejar de acariciarla,―¡no te hagas esto!...¡No llores!, ni yo ni ningún otro bastardo es digno de tus lágrimas, ¿comprendes?

―¿Es por mis hijos?, no intento buscarles un padre ni que los mantengas. Ellos son mi responsabilidad.

―¿De qué hablas?, no soy tan idiota de menospreciar a una mujer por ser madre soltera, además, si quiero a la gallina también tengo que querer a los pollitos o ¿a ti te gustaría estar al lado de un hombre que desprecia a tus hijos por el simple hecho de que no son suyos?