Lucifer - Al cielo y de regreso ✔️

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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Lucifer

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Capítulo 3

Lucifer estaba sentado fuera de la habitación de la detective con aspecto miserable. La detective estaba bien. Él había conseguido la fórmula y ella el antídoto. La mayoría supondría que estaría encantado, pero ninguno de ellos sabía que estaba a punto de ser obligado a regresar al Cielo, de nuevo bajo el control de su padre. Había luchado tanto para salir del control de su padre, y ahora estaba de vuelta allí.

Lucifer sabía que podía ser peor. Demonios, casi era peor. Su padre no iba a permitirle regresar. Lo había hecho porque Lucifer le rogó y prometió hacer lo que quisiera. No se arrepentía de eso. Renunciaría a su libertad para proteger a Chloe. Pero eso no significaba que no siguiera enfadado y dolido por ello.

Justo entonces, Maze se acercó. "Hola. ¿Cómo está Decker?" Maze preguntó.

"Bien", murmuró Lucifer miserablemente.

"Maze, quiero tu palabra de que cuidarás a la detective y a su descendencia", dijo Lucifer. Quería asegurarse de que estuvieran protegidos. Él no estaría allí para hacerlo, así que Maze era la mejor opción.

"¿Qué demonios, Lucifer? ¿Estás pensando en largarte?" preguntó Maze con la mirada. Se lo imaginaba haciendo eso después de enterarse de que Decker había sido puesto en su camino por su padre. Huiría como un cobarde.

"Me iré dentro de dos días. No, en realidad, es por la mañana, así que más bien un día y medio -dijo Lucifer con amargura.

"¡Idiota! Te vas a largar por esa chorrada de que tu padre creó a Decker para ti!". gruñó Maze.

Antes de que Lucifer pudiera responder, aparecieron Amenadiel y Charlotte. "¿Qué está pasando?" preguntó Amenadiel.

"Tu hermano es un idiota. Está planeando largarse, ¡y todo porque tu madre tuvo que contarle que habías bendecido a la madre de Decker!". se enfureció Maze.

Lucifer rió amargamente. "Ojalá fuera tan sencillo. Probablemente me habría ido por eso, pero no tiene nada que ver -dijo antes de sacar su petaca y darle un trago a su whisky-.

"Entonces, ¿por qué demonios te vas?". preguntó Maze irritado.

"¡Porque no tengo otra maldita opción!" Lucifer gritó.

Amenadiel se quedó mirando a su hermano. La angustia en su rostro era evidente. Lucifer realmente creía que no tenía elección, y Lucifer siempre sentía que había una elección. Se desvivía por encontrar una cuando no parecía posible. Su rebelión era prueba de ello. Ahora mismo, sin embargo, sentía que estaba atascado. "¿Qué pasó, Luci? ¿Pasó algo en el Infierno?"

"No fui al Infierno, al menos no cuando morí", dijo Lucifer.

"¿Dónde estabas entonces?" Preguntó Amenadiel asombrado. Sólo había otro lugar al que Lucifer podía haber ido, pero eso era imposible.

Lucifer fulminó a su hermano con la mirada. "Bueno, sólo hay dos lugares a los que la gente va cuando muere, y ya mencioné en el que no estaba, ¡así que haz las malditas cuentas!".