[AU! Omegaverse]
Encontrar a tu destinado es como encontrar una parte de tu felicidad. O quizás no aplicaba para todos.
-Saitama y Genos tendrán 16 años.
-Saitama tendrá su pelo negro y Genos será un humano normal.
-OOC
Créditos de cada imagen a su...
Las horas pasaban tan lentas que todos juraban que era obra de algún ser allá arriba, o en su defecto allá abajo, que los odiaba.
Estaba siendo una tortura esperar y las clases estaban más aburridas de lo normal.
Excepto para dos rubios que parecían divertirse resolviendo aquellos problemas matemáticos como si de sumar uno más uno se tratara.
No por nada desde siempre han sabido destacarse por sus increíbles calificaciones.
—Oye inepto, ¿ya acabaste? Necesito revisar si mis respuestas están bien—
Genos levantó la vista fastidiado al creer que le hablaba a él, pero se sorprendió al ver que aquel pelinegro de cabello largo le hablaba al otro rubio. ¿Qué no eran novios?
—Terminé hace un momento, te agradecería si pudieras ser más amable al pedir las cosas— contestó Flashy pasándole su cuaderno.
—Me vale— le arrebató el cuaderno de las manos.
El aludido solo soltó un suspiro por el trato de su novio. Después de todo, ya estaba acostumbrado a esa peculiaridad.
Genos quedó viendo la escena con una ceja alzada. Que raro trato se tenían aquellos dos.
—Oi, Genos, ¿cómo vas con las respuestas? Creo que tengo un problema— susurró Saitama para que solo aquel lo escuchara.
—¿Con qué tienes problemas?—
—Verás, es que no soy muy bueno en esto de fracciones ajaja— rió de forma nerviosa mientras se rascaba la nuca.
—Deja ver tus resultados—
—Si, sobre eso...—
—¿Qué?—
—Es que no tengo nada— murmuró más bajito de lo normal.
—¿Eh? No te oí—
—Que no tengo nada— habló más claro para que lograra entenderlo, formándosele un pequeño rubor en las mejillas.
El pequeño rubio alzó las cejas en comprensión y se rió mentalmente de la situación.
Tomó su pupitre con todas sus cosas y lo acercó más hacia el pelinegro que lo miraba con cara interrogatoria.
—Bien, te enseñaré a hacerlo— dijo tomando los apuntes de Saitama y un lápiz para poder empezar su lección.
Saitama no pudo estar más feliz en aquel momento.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El receso al fin tomaba lugar en el día, lo más esperado por todos.
Por más raro que parezca, los 4 terminaron comiendo juntos bajo un árbol.
—¿Y desde hace cuánto que se conocen ustedes?— preguntó un curioso Saitama.
—Los 6 años, desde ese momento supimos que éramos destinados— respondió un tranquilo Flashy.