Un nuevo día se alzaba y ya Genos y sus padres se encontraban desayunando en silencio, pero su mamá no pudo evitar ser curiosa.
—¿Y cuándo empezaron a salir cariño?— preguntó feliz.
Genos, que justo comenzó a beber de su jugo, casi escupe lo que tenía en la boca, tragando de inmediato para no botar nada.
—Creí haber dejado claro ayer que no éramos nada, madre— dijo serio y con el ceño fruncido.
—Owww, pero si es un niño muy lindo, aparte mencionó que es tu destinado, ¿es cierto?— terminó preguntando con cierta emoción.
—Destinados o no, no es algo que me interese por el momento, ya dije que prefiero concentrarme en mis estudios más que nada—
—Pero cariño, es tu persona ideal, deberías mostrarte más feliz y orgulloso de haberla encontrado, es con quien pasarás el resto de tu vida—
—No es un asunto que quiera tratar ahora, sería mejor si lo dejamos hasta aquí—
El padre de Genos, que se había mantenido al margen hasta ahora, decidió meterse en la conversación.
—Ya déjalo mujer, ¿si acaso has pensado si ese Alfa puede beneficiarnos? No quiero que sea un pobretón de quinta, deberías averiguar si es de buena familia o algo, al menos podrías atraer Alfas de buena gama— espetó de mala gana.
—¡Amor, no deberías preocuparte por esas cosas mientras nuestro hijo sea feliz!— exclamó mirándolo con algo de decepción en sus ojos.
Genos lo miró con todo el rencor contenido.
—Ya dije que no estoy interesado en eso ahora, pero si así fuera, no tienes por qué meterte en mis asuntos, es mi vida y puedo estar con quien yo quiera, no podría valerme menos su estatus— casi gruñó las palabras.
—Cuando te mantengas por tu cuenta me dices lo que quieras chamaco, pero mientras vivas bajo mi techo, mis reglas— le miró desafiante.
Se sostuvieron la mirada por unos momentos hasta que Genos decidió que no valía la pena seguir perdiendo su tiempo.
—Tsk, ya me voy, no quiero llegar tarde a clases— se levantó rápido y furioso, ya no soportaba estar un rato más con su padre.
—Que te vaya bien cariño, cuídate mucho— le dijo su madre con preocupación.
—Si, hasta luego— le dio un beso rápido en la mejilla y se fue sin darle una mirada más a su progenitor.
En cuanto salió por la puerta, la madre de Genos volteó a ver a su esposo con algo de enojo.
—Amor, no deberías decirle esas cosas a nuestro hijo, todavía es un niño, tienes que enseñarle cosas buenas y no hablarle de esa forma—
—Tiene 16, ya no es un bebé que tengas que andar protegiendo, que vaya sabiendo cómo es el mundo desde ya—
La señora ya no dijo más, disgustada por el trato de su esposo.
—¡Genos!— exclamó un pelinegro feliz acercándose al rubio, dejando a relucir sus orejitas y cola.
El nombrado solo veía con fastidio hacia la pizarra, ignorando el llamado de recién.
Saitama, que ya había llegado hasta donde se encontraba, aprovechó esto para ponerse lo más cerca posible de su mejilla y empezar a olfatear su agradable olor.
Genos se volteó rápidamente con el ceño fruncido para que se alejara, pero no midió lo cerca que estaban, quedando con sus narices rozando y sus alientos entremezclándose.
Su ceño desapareció y solo atinó a empujar con su mano la cara de aquel Cambiaformas, haciendo que este trastabillara un poco por lo repentino del empujón.
Importándole muy poco aquello, se quedó un momento en el aire y con sus pensamientos a flote.
"Estuvo muy cerca, ¡Estuvo muy cerca! Casi lo beso, oh por dios, oh por dios. Cálmate Saitama, respira, tú puedes con ello".
—Oi Genos, si querías un beso solo tenías que pedirlo— le guiñó un ojo.
—En tus sueños— respondió volviendo a fruncir el ceño.
—Siempre estás en ellos— finalizó sonriéndole y sentándose en su lugar al ver que el maestro llegaba.
Genos ya no quiso discutir nada, volviendo su mirada al frente, a la par en que todos volteaban a ver al dúo, un pelinegro y un rubio, que llegaba justo detrás del profesor.
La mayoría quedó boquiabierto y otros sonrojados al ver que estos venían medio desaliñados y algo jadeantes, con un rubor cubriendo sus rostros.
No había que ser un experto para saber en qué andaban, aparte de sentir el olor que desprendían ambos.
Al ver que eran el centro de atención, Sonic solo atinó a apartar las miradas de ellos.
—Que, ¿nunca han visto a alguien que venga de una buena cogida?— preguntó caminando hacia su lugar con su novio siguiéndole el paso y negando sucesivamente.
Los demás sólo volvieron su atención hacia lo que hacían antes.
La mirada de Sonic fue a parar al Genos con el ceño fruncido, haciendo que se le formara una sonrisa y caminara hasta él.
—Vaya, pero si es la pequeña princesa junto a su novio el príncipe— decía apoyando sus manos en la mesa del Omega.
—Ya te dije que no es mi príncipe, mucho menos mi novio, así que aparta tu horrible cara de enfrente de mí y ve a seguir jodiendo con tu noviecito—
—Já, deberías terminar de darle lo suyo a ver si se le quita lo amargado— dijo volteando a ver a Saitama.
—¡Que no somos novios!—
—Claro claro y apestas a él por casualidad—
Genos lo miró con duda al escuchar esto, pero al olerse se percató que en serio comenzaba a desprender un aroma diferente al usual. Ni siquiera se había percatado de ello hasta ahora, pensó que venía del Alfa a su lado.
Lo miró acusatoriamente al ver que este se ponía nervioso y comenzaba a silbar como si no fuera su asunto.
—¿Por qué rayos llevo tu olor encima?—
—Ah... No lo sé, quizás sí sea casualidad ajajaja— apoyó su mentón en una mano y sonrió nerviosamente.
—Ajá y yo soy un Cyborg, ¿por qué me andas poniendo tus feromonas encima?—
—Es porque no quiero que algún pervertido se te acerque cuando no puedo estar contigo. Es muy efectivo para esas ocasiones— hizo un puchero y desvió la mirada de esos ojos tan firmes.
—Ya, pero no puedes andar haciendo las cosas sin el consentimiento de otros— suspiró— lo dejaré pasar por esta vez— finalizó volviendo su mirada al frente, encontrándose con la sonrisa de Sonic nuevamente.
—Asi que no es tu novio, eh—
—Ya deja de molestar con eso—
Se oyó un carraspeo que atrajo su atención, notando que el maestro los miraba con el ceño fruncido, esperando a que atendieran a su clase.
Sonic chasqueó la lengua y miró al que estaba en el puesto alante de Genos.
—Muévete escoria— espetó con mal humor.
—Pero aquí voy-
—Que te quites para hoy— le interrumpió de mala gana.
El chico terminó parándose y yéndose al único lugar vacío que quedaba.
Genos rodó los ojos. Lo que le faltaba.
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Rechazando el Destino [Saigenos (?)]
Fanfiction[AU! Omegaverse] Encontrar a tu destinado es como encontrar una parte de tu felicidad. O quizás no aplicaba para todos. -Saitama y Genos tendrán 16 años. -Saitama tendrá su pelo negro y Genos será un humano normal. -OOC Créditos de cada imagen a su...