1

4.1K 198 14
                                    

- Despierta, chamaca - dijo mi madre interrumpiendo mi sueño.

Estaba mas dormida que despierta así que solo atine a gruñir un poco.

- Mamá - me gire en la cama - Te dije que tengo clases hasta las once - me incorpore en la cama y mire a mi madre con los ojos entreabiertos por el sueño.
- Si, si - Mamá hizo una mueca - La escuela...Como sea, necesito que te quedes a ayudar hoy, mijita, hay mucho que hacer en la casa -

Se preguntaran, ¿Existen padres que se molesten porque su hija quiere tener una carrera universitaria? Pues si, existe mi madre.
Toda mi vida he luchado contra mi madre y su insistencia en que deje la escuela. Según ella la escuela deja de ser necesaria en cuanto aprendes a leer y escribir.

- Tengo un examen hoy, ama - respondí levantándome de la cama - No puedo faltar, dile a la Daniela que te ayude - abrí la ventana de mi cuarto y mire el cielo gris que me brindaba la ciudad de Culiacan Sinaloa.

Mi madre dijo que lo que necesitaba era un hombre rico que me mantuviera, un narco.
Ese era su sueño, sus hijas casadas con algún narco. Y mi hermana menor se lo había cumplido pero yo me rehusaba, ese no era mi estilo.

- La peque tiene que cuidar a sus plebes, tn - pude notar una pizca de molestia en su voz
- Pues tendrás que hacer la chamba sola - me gire a mirarla

¿porque mi madre tenia esta obsesión? Quiero creer que es porque el mundo del narcotrafico nos a dado de comer desde que mi papá nos abandono.
Desde que nos quedamos solas, mi madre a trabajado como ama de llaves de nada mas y nada menos que el señor Joaquin Guzman.
El señor joaquin es un hombre muy amable y sencillo, se a encargado de que no nos falte nada y se lo agradezco.

- Me tienes harta con tu jueguito de la universitaria - me grito claramente molesta - Estas perdiendo el tiempo, debes aprovechar ahora que eres joven para conseguir un marido - dijo molesta mientras caminaba a la puerta.
- ¿Quieres que termine como Daniela? - levante la voz - ¿Con mi marido muerto y con tres plebes? - mi madre me ignoro y salio azotando la puerta.

Así era todo el tiempo, ya me había acostumbrado.
Ya que estaba lista para ir a la escuela comencé a ver como del cielo caían pequeñas gotas de agua...Que chingon.

- ¡Ya me voy, ama! - grite abriendo mi paraguas

No recibí respuesta, sabia que seguía molesta.

- Puta madre - susurre cuando la lluvia empezó a ser mas intensa - Lo que hago por ti, papá -

Mi padre tenia una gran pasión y esa eran los caballos. Era lo único que compartíamos, nuestro gran amor por esas bestias elegantes y fuertes de cuatro patas.
Desde que era niña mi padre me hizo prometerle que seria Veterinaria. Y digamos que hasta el momento estaba cumpliendo mi promesa.

- Suspendieron clases por la lluvia - Me dijo una de mis compañeras cuando me la encontré en uno de los pasillos de la universidad.

Lo que me faltaba, me moje a lo pendejo.
Decidí quedarme a esperar a que la lluvia se detuviera y luego de una hora así fue.
Ya eran al rededor de las 2:30 de la tarde y me encontraba en la parada del autobús cuando a unos metros de distancia se escucharon balazos.

- a la madre - dijo un muchacho que al igual que yo esperaba el autobús.

Nos tiramos al suelo, mi corazón latía a mil por hora, no entendía que estaba pasando.
No sabia de donde venían las balas se escuchaban por todos lados, frente a nosotros pasaban camionetas a muy alta velocidad y con hombres vestidos de negro en ellas.
Primero fueron cinco minutos, luego veinte y las balas no se detenían. Tenia el cuerpo tenso y las lagrimas corrían por mi cara. Solo deseaba llegar viva a mi casa.

Habia pasado una hora y la situación era la misma, con las manos temblorosas cheque mi celular y quede helada cuando vi los miles de mensajes de whatsapp que tenia.
"X: agarraron al Ovidio"
"Xx: wey escóndete donde puedas, esto se va a poner feo"

No tenia ni un solo mensaje de mi madre, solo espero que este bien.
¿Ovidio? ¿Ovidio Guzman? No lo conocía pero mi madre me llego a hablar de el cuando era niña.
El chirrido de unas llantas me hizo volver a la realidad, una camioneta blanca se había detenido frente a mi y unos hombres con el rostro cubierto bajaron de ella.

- Aquí estas, pinche morra - dijo uno y me levanto del suelo de un jalón.
- ¡Suéltame! - grite tratando de soltarme de su agarre.

No entendía que estaba pasando, todo pasaba muy rápido. Lo ultimo que recuerdo fue que me cubrieron la cabeza con algo y me metieron dentro de la camioneta.

- ¿Que tan fuerte le pegaste, cabrón? - dijo una voz muy molesta.

Mis parpados pesaban y todo me daba vueltas. No entendía que estaba pasando, ¿donde estoy?.

- Solo fue para que se durmiera, patrón - le respondió otra voz masculina. -Ya se esta moviendo -

Entonces recordé que había pasado, trate de levantarme pero unas manos ásperas me regresaron a mi lugar.

- Es una fiera - dijo la segunda voz de hace rato - Estate quieta, plebe - El hombre de un tirón me saco lo que me cubría la cabeza

Tenia la vista nublada así que me frote los ojos para poder enfocar. Frente a mi habían dos hombres vestidos de negro y con chalecos antibalas.
Sentí una presencia a mi lado y gire asustada a verlo. Fue como si me cayera un balde de agua helada.
Junto a mi se encontraba el hombre responsable del desmadre en la ciudad. Mirándome con una sonrisa estaba Ovidio Guzman, entonces hablo.

- Que chula estas, mija - dijo mirándome de arriba a abajo.


Loca - Ovidio Guzman y tn -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora