Judith subió a su habitación, estaba cansada.
Otra vez estaba volviendo a lo mismo, volvían los problemas... En esos momentos hablaba con sus padres, con Adrián, o con Sonia, ahora no podía, ella estaba con David feliz y el estaba enfadado con ella. En este caso no podía hablar con nadie, no tenía tanta confianza con sus amigos como para contarle lo que le pasaba, estaba sola.
Todo lo hacía mal, se enfadaba con su madre, sus amigos la odiaban o no estaban, su hermano...
En ese momento cogió sus cosas, se arregló y se marchó de casa.
- Adiós mamá, me voy.
- Adiós ten cuidado hija, te quiero.
Su madre era la única que le sacaba una sonrisa en ese momento, ha pasado mucho por culpa de Judith y aun así la quería.
Rápidamente fue hacia su destino, lo más rápido que pudo.
Llegó, y fue a la habitación donde se encontraba su hermano.
- *Toc toc*, ¿se puede?
- Adelante.
- ¡Hooooola!
- ¡Judith! ¡Hey! ¿¿Qué haces aquí??
- Necesitaba verte, saber que estas bien.
- Pues no te preocupes, estoy bien, pronto iré a casa ¿vale?
- Te quiero mucho... *una lágrima.*
- Yo también, pero no llores anda.
- No puedo evitarlo, me tengo que ir, cuidate mucho por favor.
- Tranquila que lo hare hermana.
Corre, pensaba.
Salió rapidamente y totalmente destrozada. Hablar con su hermano le había venido bien, si, pero nada podía arreglarla, nadie la entendía porque no querían hacerlo, a nadie le importaba, quería morir.
Se fue a un parque cercano que estaba solitario y se sentó en el suelo, lloraba.
Se puso a pensar cosas y le habló a su madre.
- Mamá, he ido a ver a Adrián, ahora estoy en un parque. Hablamos luego, te quiero.
Al minuto su móvil sonó.
*Titirititi*
- Vale, supongo que luego no vendrás entonces, un beso.
Judith se relajó y le dio vueltas a sus problemas, recordó muchas cosas, como cuando su mejor amiga era Lucía. Dejó de juntarse con ella porque fueron perdiendo el contacto, hace medio año mas o menos.
Hablaban por whatsapp, pero no tanto. ¿Por que no verla? Le apetecía, así que de nuevo, fue rumbo a su casa, se acordaba de la calle pero no del numero, no estaba muy segura de si era el 16 o 18 aunque igualmente sabia como era su casa así que la reconocería.
Encontró su casa, estaba como siempre, preciosa. Le encantaba esa casa.
Tocó el timbre.
- ¿Diga?
- ¡Hola Lucía! Soy Judith.
*Se escuchó un ruido que significaba que la puerta estaba abierta*.
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¡Hoola! Por fin subo capítulo, espero que os guste y que estéis bien.
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¡Un besoo!
