Parte 14

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Error llegó hasta la entrada del centro comercial, aquel donde se vieron por primera vez Ink y él. Estaba nervioso, para qué negarlo. Por un lado, quería huir de allí, esconderse en su casa, bajo las mantas, y no volver a salir nunca más. Pero por otro lado, necesitaba aclarar la situación de una vez. Es decir, sabía lo que sentía por el mayor e intuía lo que Ink sentía por él, pero no sabía lo que pasaría ahora. Nunca antes había tenido esa clase de sentimientos hacia nadie, por lo que nunca antes se había visto en este tipo de situación.

-Vamos, Error... N-no puede ser tan difícil... - pensó sobándose el brazo mientras buscaba al albino con la mirada. No tuvo que esperar mucho, ya que el mayor salió del centro comercial con un gran bulto entre sus brazos. Parpadeó, confuso, acercándose a paso lento hasta el contrario, que sonreía de aquella forma que hacía sentir nervioso al menor.

-Hola, Error - el de huesos blancos fue el primero en hablar cuando ambos estuvieron frente a frente, manteniendo su sonrisa. El pequeño glitch se sonrojó suavemente, desviando la mirada mientras dejaba salir un tímido "hola" en respuesta. Ink tuvo que contenerse de no lanzarse a abrazarlo - heh, tan adorable como siempre - comentó, divertido, ganándose un codazo por parte del contrario - ¡Auch! Adorable y agresivo... Heh, me alegra que no hayas perdido tu esencia -.

- Y-ya cállate, poste andante... - gruñó de forma adorable el menor, cubriendo parte de su sonrojado rostro con su bufanda. Reinó el silencio por unos segundos, hasta que Error recordó algo, volviendo a mirar de soslayo al albino - y... ¿Qué se supone que es eso...? - preguntó señalando la extraña bolsa que portaba el mayor.

- ¿Uh?... ¡Oh, claro! Hehe, ten, son para ti - dijo con un sonrisa boba, tendiéndole el bulto al azabache. Cuando éste tuvo el objeto entre sus manos, se quedó estático por unos segundos e Ink casi pudo asegurar que salía humo de la cabeza del más bajo de lo sonrojado que estaba. Y no era para menos, pues el mayor había comprado un ramo de lirios de chocolate, mezclando así la flor favorita del menor con su amado dulce - bueno, ¿te gustan, Ruru? -.

- Y-yo... Espera, ¿Ruru? - el pequeño alzó la cabeza, confundido por el apodo, sin darse cuenta del acercamiento del contrario, quien lo había tomado de la cintura con delicadeza. Curiosamente, no se glicheó, pero su alma comenzó a latir a una velocidad tremenda.

- Sí. ¿Te gusta? Estuve pensando en un bonito apodo y llegó a mi cabeza como por arte de magia - dijo con un ligero aspaviento con su mano libre, sin soltar con la otra al contrario, que lo miraba con el ceño fruncido, aunque sin borrar su rubor- se supone que las parejas se llaman por apodos tiernos - comentó como si nada, haciendo temblar levemente a Error.

- N-no somos nada de eso, idiota... - gruñó haciendo el amago de empujarlo, pero el mayor no se lo permitió, afianzando el agarre de su cintura, cosa que puso más nervioso al glicheado - n-ni siquiera me has dicho si t-te gusto o algo... - aquellas palabras salieron como un pequeño murmullo, apenas audible para nadie, pero sí para Ink, quien sonrió de medio lado, acercándose a besar la mejilla del azabache.

- Eso es cierto, mmm, supongo que tendré que solucionar eso rápido - y, tal y como dijo aquello, tomó con delicadeza el mentón del menor, volviendo a juntar sus bocas en un beso, que fue ansiado y correspondido al momento. No fue muy largo, pero sí cargado de sentimientos, que hicieron que el alma del pobre glitch se derritiera, aferrándose al ramo de flores y a los hombros del mayor - te amo, Ruru - dijo tras cortar el beso, sonriendo de forma dulce y algo coqueta al notar como el más bajo, por inercia, se había inclinado un poco hacia adelante, como tratando de continuar aquel beso.

- Y-yo... Yo t-también... - tartamudeó hecho un manojo de nervios, a lo que Ink rió con ternura. Error iba  quejarse, cuando fue atrapado de nuevo en un beso, quizás un poco más atrevido que el anterior, pero al cual correspondió gustoso, sintiéndose plenamente feliz de haber aclarado sus sentimientos y, por supuesto, de haber descolgado el celular aquel día en que le llamó el mayor.

Quién le iba a decir, que una llamada desde la Centralita le iba a cambiar la vida de aquella manera.

¿Fin? Heh, no, esto es solo el principio~❤

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Y hasta aquí llegamos. Como dije, no es el fin, solo cerramos el primer arco de esta historia. Tengo en mente una segunda temporada y en breve subiré la nueva portada.

Doy gracias a todos y cada uno de los que me han acompañado en este trayecto, y que han aguantado mis desapariciones con paciencia. De verdad que se merecen el cielo (o el infierno dependiendo de gustos(?) arh no xD)

No puedo prometer volverme más activa, porque mi vida es bastante ajetreada por motivos personales, pero mínimo, mínimo trataré de tener una actualización al mes.

Sin más que decir... ¡Hasta la próxima~! ❤❤

Centralita [InkError]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora