14. 1ERA SEMANA EN LA CARCEL.

13 3 1
                                    

-ZAIP-

Fui transferido a la cárcel de Alcatraz, pero esta no era la prisión de máxima seguridad que todos conocemos, esta era una sección específica para gente como yo, puros malditos locos, para estar aquí tus crímenes tienen que ser asesinato múltiple, terrorismo o peor.

Mientras me dirigía a mi celda en una fila de reclusos, justo atrás de mi se encontraba un gigante, súper grande, súper musculoso, atado con 3 vigas metálicas, era como si Dwyne Jonson(LA ROCA) se hubiese comido a si mismo pero con esteroides, el se estaba quejando de algo, se escuchaba molesto.

-Odio este lugar, ya es la quinta vez que me atrapan esta semana, podría romper esta mierda en cualquier momento...-
Hablaba el gigante a regañadientes.

-¿y que es lo que te detiene, grándulon?-
Pregunte entrometido ignorando al guardia que nos mandaba a callar.

-No tiene caso, me volverían a capturar con la misma mierda como siempre, nunca aprenden-
Respondió el gigante a mi pregunta antes de que nos separaran a la fuerza y me empujaran a mi celda.

Mi celda estaba al lado de otra, en donde se encontraba un tipo de cabello muy desaliñado, una pañoleta tapando su boca, unas ojeras que cubrían su cara y para colmo le faltaba un brazo.

-hey tu, ¿por qué estas aquí?, ¿que hiciste?-
Intente hablar con el, pero todo lo que recibí fue una fría mirada y un rápido movimiento de manos, luego de eso se volteo y se acostó en la camilla de su celda.

En la primera semana aquí en la cárcel, no es permitido salir de tu celda, luego de eso se supone que puedes recorrer las instalaciones por donde te es permitido por los guardias, pero creó que ellos me tienen mas miedo a mi que yo a ellos, la primera semana no pude reunir a nadie, creo que mi descubrimiento mas importante fue descubrir que el recluso de al lado es mudo.

Un solo guardia es el que se ha atrevido a hablar con migo, casualmente fue el mismo que me atrapo y me trajo aquí.

-La mujer ZAIP,¿es tu novia o que?-
Pregunto el policía inclinado sobre las barras de la reja de mi celda.

-Lo fue por un rato, pero tuve que alejarme, el inmortal soy yo, digo si ella muere no se que haría-
Respondí a la pregunta del guardia en tono tranquilo, fue la única conversación que tuve desde que llegue, bueno las miradas raras que me proporcionaba el vecino no bastaban.

-Pues creo que vi un reportaje en CNN sobre ella, creo que algo le paso...-
Su cara cambio rápidamente al igual que la mía, la conversación paso de casual a preocupante en un segundo, el sabia algo que yo no, pero en ese momento lo llamo un supervisor y se tuvo que retirar.

Decidí que ignoraría lo que me dijo e intente no preocuparme, me avisaron de que ya paso mi primera semana y podía salir, el primer lugar que quise ver fue el patio de ejercicios, mala idea.

Cuando llegue allá me di cuenta de que muchos presos estaban ahí en un circuló reunidos viendo algo, los guardias no se acercaban, pero si vigilaban, quise ver que pasaba y mientras me acercaba se escuchaban gritos femeninos, casi callados por las burlas y escándalos de la multitud.

La escena era horrible y grotesca, una mujer estaba en medio siendo violada por un hombre gigante, no tanto como con el que hable el otro día, tenia una cresta pintada de rojo al igual que la barbilla, al lado de los ojos tenia tatuadas dos lunas rojas, luego me fije de que muchos de los reos en la multitud tenían el mismo look de la cresta roja y la barba puntiaguda, concluí en que todos eran de una banda, pero lo importante era que el líder musculoso se estaba violando a una mujer, la sangre de ella se derramaba por gotas y caía en el suelo manchando la sucia tierra de carmesí, sus gritos de agonía demostraban su sufrimiento y la pedida de auxilio habría sido en vano no ser por mi.

Me acerque rápido y le di una patada en la cara al líder musculoso aprovechando que el estaba agachado, a lo cual el ni se movió, fue como patear una roca, una roca que luego te tomaría por el cuello y te levantaría.

-¿Quien eres y por que te metes?-
Pregunto el tipo de las lunas rojas en la cara mientras me ahorcaba en el aire, respondí con un rodillazo en su codo que le rompió el brazo y no le quedo mas opción que soltarme.

-Yo soy ZAIP, mal nacido -
Respondí a su pregunta anterior mientras me preparaba para pelear y el se miraba su brazo roto.

-¿Tu eres el inmortal no?, porque no lo descubrimos, ¡MATENLO!-
Ordeno el hombre y toda la multitud empezó a acercarse, tenían palos, pesas, cuchillos y todos me querían matar, empecé a pelear, mientras peleaba intentaba alejar a todo el mundo de la mujer violada, me estaban dando una paliza, eran demasiados no sabia que hacer, hasta que me tropecé con una pesa que estaba en el suelo, era un tubo de metal con concreto en los extremos, empecé a usarla como arma y con un solo golpe estaban muertos.

De igual manera seguían siendo demasiados reos queriendo matarme, en medio del caos, me di cuenta de que muchos estaban peleando entre si, todos estaban locos, hasta la mujer que había salvado estaba matando presos con unos látigos que no se de donde los saco, en medio de todo tres reos me agarraron por la espalda, haciéndome soltar la pesa para golpearme, por un momento pensé que no se detendrían, no podrían matarme así que me golpearían hasta que se cansen, pero la mujer que rescate los interrumpió con sus látigos.

-Me salvaste-
Dije al ver a la chica, ella usa una mascara, su piel es blanca como la leche, estaba sucia y lastimada por lo que le habían hecho.

-Tu me salvaste primero, estamos a mano-
Respondió la misteriosa chica de los látigos y cabellera negra larga mientras le daba en la cara a un tipo de cresta con sus dos látigos, su rostro se abrió y la sangre empezó a chorrear mientras el hombre se retorcía de dolor.

Varios guardias empezaron a disparar para detener el disturbio, pero nadie les hizo caso, la chica de la mascara continuo azotando a los reos como venganza, en medio de todo pude observar como hay personas que solo levantan a los reos que ya no pueden pelear y los arrastran a una zona segura, demasiada gente intentaba matarme así que fui por el jefe, otra vez.

ZAIP StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora