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Hoy es 14 de noviembre y me encuentro muy enamorado de Jimin.

Es un día caluroso, tengo demasiada pesadez en el cuerpo. Pero todo desaperece a la hora del descanso y lo veo, caminando, pensando en quién sabe qué buscando dónde posicionarse para sacar uno de sus libros y comenzar aquél tacto sobre las hojas.

Podría mirarlo por horas y él no me notaría, no se si es bueno o malo. Quizas ambas.
Hoy tome el riesgo de sentarme cerca de él, específicamente a su lado en la banca. No dijo nada y solo siguio leyendo como de costumbre, quisiera que alguna vez me diga algún hola.

─¿Disculpa?

Jimin acaba de hablarme.

─No se quién eres, lo siento, pero, ¿Puedes hacerme el favor de mover mi dedo a la línea de arriba? Es que lo intento y sigo perdiendome.

Estaba congelado, me estaba pidiendo que toque su pequeña mano. No quería actuar como un psicópata así que solo le dije que si y movi su pequeño dedo a la línea de arriba de su libro.

Me agradecio y siguio leyendo, se ve tan tierno. Ojalá algún día toque mi rostro.

Blind. Nammin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora