#3: Fuego por todos lados

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Es hora del almuerzo, estoy sentado al lado de Alexy, quién no ha hecho nada más que masticar lentamente su sándwich mirando fijamente a la pared durante cinco minutos seguidos.

Estamos solos: tal vez no sea una buena idea considerando todo lo que se acaba de desencadenar, pero Amber tiene sus propios problemas, Lysandro está en un incómodo punto intermedio (aunque en estos momentos esté con Castiel), no hablo realmente con Armin y en realidad Lynn nunca es una opción.

Alexy suspira en medio de un bocado, al fin. Mira hacia abajo y niega con la cabeza.

-¿No lo pudieron decir antes?- Me pregunta con una sonrisa irónica -Un "oye, fuiste un completo idiota en casa de Iris el viernes" nos habría ahorrado bastante.

No sé qué decir. Tiene un punto a su favor, el problema es que aunque sí, fue un completo idiota, decir eso no haría justicia a absolutamente nada de lo que ocurrió en la fiesta. Ni sus gritos, ni el llanto, ni el dolor, absolutamente nada de eso puede resumirse en "tuviste un desplante de alcoholico en casa de Iris".

-En verdad lo siento- murmuro.

-No puedo creer que lo haya arruinado de nuevo- murmura de vuelta, más para sí mismo que para mi.

-¿De qué hablas?

Da una mordida gigante a su sándwich y mastica molesto. Cuando termina, da un gran suspiro, me mira con lágrimas en los ojos.

-Nathaniel, ¿Sabes por qué estoy aquí?

Niego con la cabeza. No recuerdo nada de su aparición en el Sweet Amoris, no recuerdo haber escuchado rumores escurridizos de los profesores o la directora que pudiera decirme algo y realmente no presté atención cuando lo explicó y tampoco tenía intención de exhibir mi falta de atención preguntándole.

Me sonríe dolorosamente. Mira al techo, le cuesta contarlo, aún le parece reciente.

-En la otra escuela... mi antigua escuela, solía ser el "gay oficial de la escuela", por decirlo de alguna manera, claro que había más, pero yo era el único que lo era abiertamente... la peor decisión de mi vida, si me lo preguntas- suspira recuperándose de esta primera parte, contar algo doloroso conlleva un esfuerzo físico increíble- claro, había quien se burlaba y hacía el chiste estúpido del día, también recibí unos cuantos golpes, nada que no pudiera soportar.

"Pero estaba este chico... estaba loco por él, ¿Sabes? Se llamaba Víctor, era todo un cuadro... unos ojos cafés preciosos, cabello rizado y con el cuerpo bien formado, jugaba fútbol. Lo amaba, me amaba. Él me ayudó a sobrevivir, a enfrentar todos los días.

Teníamos este pequeño espacio secreto detrás de la escuela, donde pasábamos horas juntos. Parecía que nada ni nadie podía irrumpir en nuestro pequeño mundo, lejos de los alumnos y sus padres.

Pero nada bueno dura tanto tiempo, sus amigos nos encontraron besándonos.
Víctor resultó ser un cobarde, negó todo y se unió a sus amigos para golpearme. Fue todo tan rápido que apenas tuve tiempo para reaccionar, dolió, cómo nada nunca había dolido en el mundo, porque era él.

Aunque Víctor negara todo, el rumor se espació como pólvora, pero no de la manera correcta, en vez de "Alexy y Víctor son novios, se estaban besando detrás de la escuela" que para entonces, ya era malo, lo que se murmuraba era "Alexy llevó a Víctor detrás de la escuela y lo besó a la fuerza".

Toma aire. Las lágrimas comienzan a correr por sus mejillas, creo que nadie terminará este día sin llorar por lo menos un poco.

-No sé qué tan cómodo se sienta Castiel con todo el mundo sabiendo sobre su sexualidad, sé que tú tuviste un ataque de pánico y yo no sé cuáles sean nuestras chances de sobrevivir en esta escuela. No sólo somos "el trío de gays" ahora, sino que tú y yo somos...- no puede continuar, el coraje se asoma en sus ojos y termina por escurrirse en una lágrima.

Fifteen minutes- CasNathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora