Capítulo 4. SENTIMIENTOS A FLOTE

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Justamente frente a mi casa, delante de mis ojos, esta el maldito que me hizo daño. Si señoras y señores el único, el inigualable hijo de puta , MÁX.
—Te give una pregunta.Que haces Aquí? —le dije a Máx tratando de contener la rabia que corría por mis venas.
—Sam por favor, perdoname, yo te amo eres la mejor chica que he conocido. Créeme no fue mi intención. —Me miraba con los ojos llorosos. Se notaba en su mirada lo arrepentido que estaba . Trato de tomarme de las manos pero lo aparte.
—Máx no me importa, lo tuyo y lo mio ya terminó, y créeme, gracias a que me engañaste me pude dar cuenta de que nunca te ame de verdad, así que, por favor lárgate de mi casa.
—Que dijiste?.. Que nunca me amaste. DIME. RESPONDE  SAMANTAAA —Me grito mientras me tomaba  bruscamente por el brazo, dejando así marcado sus dedos. Estaba furiso —Me estas diciendo que solo jugaste conmigo. Y yo como un estúpido. Pero sabes que?. Me alegro de haberte engañado. No solo una vez sino durante 5 meses. Si como lo escuchaste. Te estuve engañando,te vi la cara de estúpida durante 5 meses.—no me aguante más con la mano que tenía libre le di una cachetada con todas mis fuerzas. Las lágrimas comenzaron a salir. Note como se tensaba. Me miró aún más furioso, levantó la mano para devolverme el golpe, cerré los ojos esperando el impacto, pero este nunca Llegó. Sentí como Máx me soltaba. Abrí los ojos y me tope con algo que me dejó helada. Máx estaba en el piso y encima de él Sebastián golpeandolo.

—NI SE TE ACURRA VOLVERLA A TOCAR. ME OISTE. NO TE LE ACERQUES. PORQUE SI LO HACES TE MATARÉ. QUE TE QUEDE CLARO INBESIL. TE MATAREE. —le grito Seb aún golpeando. Máx solo asintió asustado. Seb se levantó y me tomó de la mano y me llevó dentro de mi  casa. Se sentó en un mueble a mi lado.
—Te hizo daño? —me preguntó. Inspeccionó todo mi cuerpo hasta que se detuvo en mi brazo, donde tenía marcado los dedos de Máx. —Ahora si que lo mato —se levantó del asiento, antes de que diera un paso lo tome de la mano y lo jale. Asiendolo caer sentado a mi lado.
—Déjalo si?. No vale la pena. —le dije tratando de calmarlo.
—Como que no vale la pena, ese idiota te hizo daño. No se que te ubiera hecho si yo no ubiese llegado. —tenso su mandíbula y apretó sus puños, tanto que sus nudillos se tornaron de un color blanquecino.
—No te preocupes por mi—lo tomé de la mano haciendo que me mirara a los ojos.
—Sam claro que me tengo que preocupar por ti, yo te....... —se quedó callado durante un tiempo.—olvidalo nos vemos luego —dicho esto se levanto y se dirigió a la puerta. Dejándome así intrigada.
—Que me estás haciendo Seb—solté un suspiro y le dirigí a mi habitación para descansar. Tare que se me hizo difícil ya que no dejaba de pensar en Seb. Poco a poco el sueño me fue venciendo y terminé callendo en los brazos de Morfeo.
—bipbipbipbipbip—sonó mi querido amigo el despertador. Me levante, me dirigí al baño, luego de estar 30 minutos bañandome salí, me vestí con unos jeans rasgados, un crop top negro, mis converse blancas y tomé mi chaqueta. Me maquille y pinte mis labios de rosa. Mi pelo lo recogí en un moño despeinado, me coloque mi perfume favorito y baje a desallunar.
  Al bajar a la cocina me encontré una nota.

  "Hija tuvimos que salir urgente. Regresamos en la noche, tu hermano no durmió en casa así que no te preocupes por despertarlo. El desalluno está en el horno. Cuidate. Te queremos.
                      Besos. Mamá y papá"

Arrugue la nota y la tire a la basura. Tome mi desalluno que eran unos deliciosos panqueques con miel. Me serví un vaso de jugo y me senté tranquila a desallunar. Se preguntaran si estoy enojada, pues no, ya estoy acostumbrada a ver poco a mis padres. Ellos siempre están ocupados con el trabajo y prácticamente tengo mi gigantesca casa solo para mi.
  Termine de desallunar, tome mis cosas y las llaves de la casa y del auto. Saque a mi querido bebe del garaje y lo conduci hasta la escuela. Al llegar pude divisar a mi mejor amiga en la entrada,que encuato me vio corrió hacia mi y me abrazo.
—Estas bien mi zorrilla? —me pregunto aún abrazándome
—Claro que si mi marmota, por qué preguntas? —digo safandome de su abrazo.
—Por todo lo de Máx—me dijo mirándome a los ojos como si estuviera buscando algún tipo de dolor. Pero no lo encontraría ya que me siento de maravilla.
—Amiga ya eso es pasado. Olvídalo, vivamos la vida a lo máximo no hay tiempo para llorar —después la tone del brazo y la jale hacia dentro de la escuela.
  Llegamos a nuestros casilleros, deje mis cosas y solo tome mis libros de Biología que era la materia que me tocaba. Cerré mi casillero y al darme vuelta me tope con unos Bellos ojos azules que me miraban intensamente. Estuve mirándolo durante un minuto hasta que la voz de mi amiga me sacó de mis pensamientos.
—Si que te trae loca —me susurro y salió corriendo.
—Detente ahí Marmota. No es lo que parece.!!!!—le grite corriendo tras ella.
  Luego de una pequeña conversación con mi amiga me dirigí a clases. Fui al último puesto, ya que no tenía deceos de aguantar a la profesora y sus charlas acerca de reproducción. Baje la cabeza, así apollandola sobre la mesa y cerré mis ojos, me sentía agotada. Abrí mis cansados ojos al notar que alguien se había sentado a mi lado. Mi corazón se aceleró, y despertaron las ya oxidadas mariposas en mi estómago. Sebastián estaba a mi lado, mirándome con su mirada profunda. Volví a cerrar mis ojos para evitar un poco su mirada ya que me ponía nerviosa. Así poco a poco me fui quedando dormida.

Pov Sebastián :

  Estaba conversando con Alan, el cual ultimamente se ha convertido en mi mejor amigo. Es amos hablando de cosas triviales hasta que note a la chica que agudisaba mis sentidos parada frente a su casillero. Cuando tomo lo que necesitaba se giro y se quedó mirándome fijamente. Sus hermosos ojos me ipnotizaban. Su amiga le susurro algo haciendo que dejara de mirarme y salir corriendo detras de la pelirroja grita dole Marmota. Si que están locas.
  Me dirigí hacia la clase de Biología. Asignatura la cual amo tanto (nótese mi sarcasmo) entre y pude divisar un asiento vacío al lado de una  castaña que conocía bien. Si señoras y señores  nada mas y nada menos, que Samanta. Me senté a su lado y note como abría los ojos para verificar quién estaba a su lado. Me quedé mirandola hasta que cerró su ojos y se quedó dormida, como lo supe? Fácil. Cuando toco el timbre indicando que terminaban las clases, se asustó y dio un brinco tan exagerado que terminó callendose de la silla. No pude evitar reírme. Note como sus mejillas se tornaba rojas y bajaba la mirada. Me levante y ayude a parase.
—Gracias —fue lo único que dijo antes de tomar sus cosas y salir corriendo.

—Amigo te estas enamorando —esas fueron las 4 palabras que Alan me había dicho cuando le conté como me hacía sentir Sam.
—No digas idioteces Alan. Sabes que yo no me enamoro.—le respondí mientras encendía un cigarrillo.
—Si como no, y yo soy virgen. —respondió con ironia.
—Mira puede que tengas razón, pero no me arriesgare, no voy a permitir que este sentimiento siga creciendo —le respondí a mi amigo completamente serio.
—Quieras o no quieras aceptarlo, ya estás jodido. El bichito llamado cupido ya te enterro su flecha bien profunda ahora solo debes ser fuerte y aceptar que la quieres. Sino te apuras te la van a quitar. Ella es una de las más populares, es guapa y está buena —lo fulmine con la mirada en cuanto dijo eso, no es que sea mentira es solo que no me gusta que hablen así de ella.
—Sabes que, tienes razon, ya estoy jodido, así que no perdería nada al joderme más. Averiguaré que es lo que realmente siento por ella.
Dicho esto me subí a mi auto y me fui a casa. Mañana sería un largo día.

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