Más feliz.

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Sus ojos, esos hermosos ojos negros, sus lindas pestañas, sus sonrisa tan cálida, todo en ella era digno de admirar, todo de ella me gustaba, yo amaba todo de ella y ella amaba todo de mi, hasta que la perdí.

Conquistarme era una tarea realmente difícil, después de que mis anteriores parejas tan solo me hayan utilizado para no estar solas estaba reacio al amor, sí, sabía que existía, pero no para mi, ella no se rindió ante mis desplantes, al final logró enamorarme como nunca me había enamorado. Ella logro cambiar muchas cosas en mi, supongo que yo en ella también, yo solía ser muy amargado pero su dulzura me enternecio el corazón, su espontaneidad hizo divertida mi aburrida vida, pintó tantas sonrisas en mi rostro que casi logré olvidar lo que era estar triste, traté de hacer lo mismo por ella, entregándole todo el amor que podía dar, llenándola de mimos, pero nada dura para siempre.

Desde el principio sabía que nuestra relación sería difícil, su familia no me aceptaba por la diferencia de edad, ella tenía 16 y yo 21, pero eso no nos detuvo, disfrutamos de nuestro amor plenamente, fuimos más que felices durante un año, pero las cosas si las descuidas se arruinan y eso fue lo que nos paso, descuidamos lo nuestro, caímos en la rutina, yo cambie, ella cambio, su personalidad risueña y alegre se amargo, aveces pienso que fue mi culpa, yo deje de prestarle toda mi atención, deje de darle amor a manos llenas y ella comenzó a reclamarmelo, nos distanciamos y al final lo nuestro acabó.

Seis meses, ese fue el tiempo que nos mantuvimos distanciados, yo intente volver pero ella estaba decida, ella ya no quería estar conmigo, ya no sentía lo mismo que yo así que termine por dejarlo así, hoy, después de seis meses sin verla, me la e encontrado en el parque al que solíamos ir, caminando de la mano son alguien más, me paralice, estático en un solo lugar, mirándolos, sus manos entrelazadas incluso ella luce muy feliz, más feliz que antes, no se percataron de mi así que así que logré verlos entrar a un restaurante, el le susurro algo al oído, ella rió fuertemente, él lo hizo también, entonces mi corazón se estrujó, me di cuenta que su sonrisa era más amplia con él que cuando estaba conmigo, ella era más feliz ahora.

Una vez entraron al lugar camine lo más rápido que pude para alejarme de allí, me sentía mareado, dolido, una gran tristeza me invadió, pensé en todo lo que pasamos juntos, pensé en la forma en la que los dos nos lastimamos y sé que le hice mucho daño, pero también sé que la amé mucho más de lo que él o culquiera pudiera amarla, lamentablemente ya nada podía hacer, ahora ella estaba con alguien más, no quiero ser egoísta, ella no lo merece, pero duele.

Una semana después de eso me la encontré sola, en la fila de una tienda, ella se giro para mirar unas revistas pero me miro a mi en su lugar, me sonrió incómoda, repetí la acción y ella volvió a girarse. Después de que los dos pagaramos salimos caminando uno al lado del otro, en silencio, un silencio bastante incómodo, hasta que ella decidió hablar.

–¿Como te va?

–Bien– me limite a decir –¿Y a ti?

–Bien. Muy bien la verdad– retiro un mechón de pelo de su cara y lo puso tras su oreja, luego se detuvo repentinamente, hice lo mismo –No quiero dejar nada sin resolver antes de irme.

–¿A qué te refieres con eso?– pregunte

–Me voy a ir de la ciudad– mi corazón dio un vuelco –Pronto cumpliré 18 y tengo que ir a la universidad, así que me mudare por eso

–¿No te aceptaron en ninguna universidad de aquí?

Miro al suelo –No es eso.– suspiró –A mi papá le ofrecieron trabajo allí y ademas, mi… mi novio va a ir a esa universidad y planeamos ir juntos– me miro

–Oh– fue lo único que pude decir

–Solo quería decirte que lo siento, te hice daño y esa no era mi intención, siempre serás importante para mi es por eso que no quiero perder tu amistad.

Sentí un dolor profundo con todo lo que me había dicho, no esperaba que aquel chico con el que la había visto fuera su novio, mucho menos que se fuera a otra ciudad para estar junto a él, porque aunque me había dicho que el motivo principal era el trabajo de su padre sabía que no era así. Pero a pesar de todo sonreí, sonreí para que ella se sintiera bien, para que no viera mi dolor.

–No te preocupes, no hay nada que perdonar y claro que podemos seguir siendo amigos.– me rasque la nuca –En hora buena por el trabajo de tu papá y por tu novio– trague saliva –espero que sean muy felices.

–Gracias– me sonrió dulcemente –Yo espero que tu encuentres una chica que te ame mucho, que te haga feliz, espero que te vaya muy bien.

Se acerco sorprendiendome con un abrazo al cual correspondi, tome este como nuestro último abrazo, así que la abrace como si no hubiera un mañana, aunque para ser sincero no lo había, al menos no para nosotros, no para mis sentimientos; contuve las lágrimas, no quería que se diera cuenta de que aun la amaba, no quería hacerla sentir mal.

Sí, no todos los finales son felices, no siempre el querer es sinónimo de poder, aveces simplemente eso no esta destinado a ser, tan solo es una etapa en tu vida que se quedará grabada en tu memoria como un recuerdo agridulce, como lo mejor que te sucedió, un recuerdo que te atormentará por un buen tiempo pero que superarás, aunque para ser sincero siempre estaré aquí esperándola.

PLAY LIST. (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora