PLAY LIST. (One Shots)

Necesitaba perderte...

Su mirada aun causaba ese sentimiento de miedo en mi, quizá no del mismo modo, pero seguía ahí, tenerlo cerca me incomodaba, a pesar de la edad que ya tenía. Admito que verlo en esa silla me dio lástima, él ya no me distinguía realmente, no me reconocía del todo, por eso lo traje aquí, sabía que aquí le darían el cuidado que yo no podría.

Antes de irme me senté en una silla frente a él, su cabello blanco escaso, las arrugas adornaban su rostro, sus manos, sus ojos entrecerrados mirando por la ventana, ido, divagando en su mente, sus recuerdos ya perdidos, los recuerdos de todo lo que hizo, así que supongo que ahora que ya no los tiene esta más en paz.

Sentí una presión en mi pecho, recordando el día en el que mamá murió, después de eso él me prometió protegerme, cuidarme, dijo que él me daría todo lo que yo necesitará, todo lo que yo quisiera, me prometió el mundo de ser necesario y yo creí. Para mi él lo era todo, era mi prioridad, mi paño de lágrimas, mi amigo… mi héroe, un héroe que con el paso de los años se convirtió en el villano, un villano despiadado que por egoísmo me aparto del mundo, un villano que me persuadió para que todo lo hiciera, a parecer de los demás, por mi cuenta.

Yo lo acepté, creía que solo era un momento difícil en nuestras vidas, deje que me marchitará lentamente, me cree un mundo perfecto para los demás, mientras en silencio dolía. Manejaba mi vida, mis decisiones, todo, muchas veces vi las señales de alerta sobre que esto no estaba bien, pero preferí ignorarlas, preferí pensar que se equivocaban; todas las noches lo esperaba en mi habitación para que me diera las buenas noches y me arropara, pero él jamás llegaba, lo esperaba hasta que el sueño me vencía por esa razón algunas veces no iba a la escuela, a él eso no le agradaba, me soltaba palabras hirientes, aveces me pegaba, no lo entendía, no entendía porque por más que yo diera él no estaba satisfecho.

Cuando empezó a llevar a mujeres a la casa pensé que eso era lo que necesitaba, pensé que necesitaba una novia, por eso no dije nada, quería que él viera que yo no le impediría ser feliz, pero esas mujeres no estaban más de dos días con nosotros y cuando ellos discutían él se desquitaba conmigo, me hacía sentir culpable por todo lo que le sucedía.

–¡Eres un estorbó, no sirves para nada, por eso tu madre prefirió morirse!

–Pero papá, yo no e hecho nada– decía con voz asustada

–¡Callate!– gritó pegandome una bofetada.

Pasaba noches llorando, no comía bien, no daba el cien en la escuela, pero aun con todo eso logré graduarme y conseguir un buen trabajo para posteriormente mudarme, necesitaba salir de eso, sabía que no estaba bien, tenía miedo, pero el primer paso fue mi independencia. Luego de eso todo me costo, no socializaba mucho con mis compañeros de trabajo, tenía miedo de todo, solo hacía lo que me pedían pero no aspiraba a más, hasta que vi como todos ascendían menos yo. Así que un día tome fuerzas para conseguir ayuda profesional, sabía que necesitaba una terapia para superar mi dolor.

Durante el proceso de sanación lloré mucho, me sentí miserable, quise rendirme, dejarlo todo, en un momento acepte que llegue a odiar un poco a mi padre, pero, después de toda la tormenta pude obtener calma, pide aceptarme a mi misma, pude quererme, pude liberarme de las cadenas de esas falsas ideas, cadenas que solo me ataban a una falsa percepción de mi, y cuando por fin fui libre pude ser realmente feliz.

Comencé a desempeñar mejor mi trabajo, a tener más amigos, a vestirme con seguridad, a sonreír más, superé mi pasado y aprendí que no podía cambiarlo ni borrarlo, pero si podía aprender de él. Deje de frecuentar a mi padre, tan solo le mandaba dinero para sus gastos, seguí viendo a mi terapeuta y ella me dijo que para cerrar todo tenía que aprender a perdonar, aunque la verdad ya lo había hecho internamente, tan solo me faltaba decírselo a él, por esa razón fui a su casa.

Así fue como encontré que él ya no podía hacerse cargo de él mismo, no podía dejarlo solo así que lo lleve a casa, pero él ya no me reconocía del todo, casi no veía, sus capacidades se habían disminuido considerablemente y tenerlo en casa no ayudaba mucho pues aveces me confundía con mamá, me reclamaba cosas, gritaba. Me di cuenta que el ciclo se repetiría si no hacía algo, es por eso que lo traje aquí, sabía que estaría bien, no iba a abandonarlo, lo visitaría casi todos los días, así el tendría personas a su alrededor que no le recordarán su vida pasada y podría estar en paz tanto como yo.

Mis ojos se humedecieron, era la hora de decir adiós a todo el pasado, un pasado ya superado, un pasado que dejo una cicatriz que cada que viera recordaría con pena pero sabría también que eso me hizo la persona que soy ahora. Coloqué una mano por encima de la suya, él volteó a verme, su mirada reflejaba cansancio, incluso me atrevería a decir que culpa.

–Gracias– dije –. Pudiste abandonarme en la calle dejandome a mi suerte más no lo hiciste, así que gracias.

Unas lágrimas cayeron libres por mis mejillas, agache un poco la cabeza para tratar de concentrarme de nuevo entonces sentí su otra mano ser puesta encima de la mía, con su pulgar la acarició, lo miré, sus ojos tenían lágrimas contenidas y con una voz rasposa y leve me dijo

–Lo siento mucho hija.– mi corazón se encogió al escuchar sus palabras

–Te perdono– susurré –Te perdono papá.– apretó mis manos suavemente en un gesto de agradecimiento

Una enfermera entro, indicándome con su presencia que era hora de irme, asenti hacía ella, luego volví q ver a mi padre, él también asintió, me levante de la silla, él se quedo en la suya mirándome.

–Prometo venir frecuentemente.– le di un beso en su mejilla –Hasta pronto papá.

Salí de la habitación, una sensación de paz me había invadido el cuerpo, sonreí levemente, por fin había cerrado aquel doloroso capítulo de mi vida, ahora por fin sería libre completamente.

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Canción: Lose you to love me, de Selena Gomez.