CAPÍTULO 3: Licántropos y guardianes

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Sebástian se había llevado a Scarlett al sótano de la academia, donde se guardaban las cosas que ya no se usaban o que estaban rotas. El lugar estaba bastante oscuro y cubierto de polvo, había un viejo escritorio, unas sillas rotas y muchas cosas más.

Sebástian cerró la puerta del sótano con fuerza, y empujo a Scarlett al suelo.

-¡Cálmate  señor pechugas!-. Dijo Scarlett levantándose del suelo y limpiándose el polvo de su falda.

Rápidamente Sebástian se abalanza hacía ella, la toma del cuello y la estampa con fuerza contra la pared.

-Escúchame, deshace este maldito hechizo de una buena vez-. Apretó más alrededor del cuello de Scarlett y la levanto tan alto que no llegaba a tocar el suelo.

Scarlett se estaba asfixiando, con desesperación clavo sus afiladas uñas en las manos de Sebástian, aunque este soportaba el dolor, sin soltarla.

-No puedes obligarme a hacerlo-. Scarlett le escupió en el rostro, a lo que Sebástian rápidamente la soltó y se limpió el rostro frenéticamente.

-¡Bruja asquerosa!-. Grito lleno de furia, mirándola con un enorme odio en el rostro. Ya estaba harto de aquella bruja.

Siempre se había metido en problemas y rompía las reglas del colegio, pero nunca había sido capaz de atraparla. Y ahora que tenía la oportunidad, no la dejaría escapar tan fácilmente.

Scarlett estaba apuntando en dirección a la salida, subiendo rápidamente los escalones de piedra con sus tacones. Sebástian no dudo, la tomo del tobillo y con enorme fuerza la lanzo hacía el otro extremo de la habitación. Scarlett dio un giro en el aire y cayo de pie, observando a Sebástian con sus oscuros ojos negros.

-Así que es verdad, los gatos siempre caen parados-. Sonrío con plenitud Sebástian, observando como Scarlett comenzaba a ponerse seria. Lista para enfréntalo si se metía en su camino hacia la salida.

Sebástian decidió que también era momento para que él se ponga serio. De repente, de la espalda de Sebástian, empezó a aparecer un destello que rápidamente se convirtió en dos enormes alas blancas que brillaban con intensidad.

Scarlett lo observo inmutable, sus cabellos oscuros bailaban con la brisa que provoca el aleteo de las alas de Sebástian cuando comenzó a elevarse por los aires.

Con un destello fugaz, Sebástian volvió a atrapar a Scarlett del cuello y la elevo en el aire.

-Nada supera al poder de un ángel caído, bruja mugrosa-. Dijo desbordando de placer Sebástian, viendo como Scarlett se retorcía en el aire tratando de escapar.

Scarlett doblo una de sus piernas y tomo el tacón, se lo quito, y mientras Sebástian se reía en señal de triunfo, lo golpea en el costado del cráneo con una fuerza descomunal. Al chocar el tacón contra el cráneo se produce un sonido seco. Rápidamente Scarlett y Sebástian caen al suelo.

-Excepto mi tacón, puto-. Scarlett observa complacida a Sebástian desplomado en el suelo con triunfo. Se vuelve a colocar el tacón y se encamina hacia la escalera.

De repente, del bolsillo de Sebástian, comienza a rodar algo brillante que capta la atención de Scarlett.

Era una pequeña bola ovalada de color negro, Scarlett se acerca a ella con cautela procurando que Sebástian siguiera noqueado por el golpe. La toma y antes de irse lo observa por última vez. Siente un poco de lastima por él, así que anula su hechizo.

-Hasta la próxima, boludo-. Y le lanza un beso a Sebástian, que sigue inconsciente en el suelo.

Al salir del sótano, la fuerte luz del sol la ciega por un momento. Ese día realmente era caluroso. Se sentía un poco preocupada por Rosalie, el sol le hacía daño a su amiga, tal vez no era una buena idea que haya ido al colegio en un día como ese. En su mano siente que la bola oscura comienza a temblar.

Decesso [CANCELADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora