VI

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La vida en el bosque otorgaba paz a cada criatura que habitaba dentro de este, existía un equilibrio perfecto para la perfecta convivencia de los animales y los espíritus.

A la distancia se podía escuchar la caída de agua de la imponente  cascada, las aves con su hermosa canción resonaban durante cada mañana y las hojas de los árboles se movían rozando entre estas con delicadeza antes de caer al verde césped debido a la suave brisa del viento veraniego, todo eso y más era simplemente un maravilloso espectáculo para el pelirrojo y su cachorro.

Después de su boda, Dazai como un obsequio más le había regalado un collar con una una hermosa piedra que poseía una transcripción a un idioma que desconocía, según su ahora esposo esta lo protegería de cualquier peligro que se encontrará acechando desde las sombras pues aún creía que en algún momento los cazadores continuarían su búsqueda.

Aunque Nakahara nunca dejó de lado aquella gema que colgaba en su cuello si paso por alto las palabras del castaño sobre salir y continuar explorando más allá del río.

El mayor error que pudo cometer en esa vida.

Estaban solos en casa, su esposo había tomado la decisión de ir a los pueblos cercanos para reabastecerse de alimentos además que quería conseguir un juguete que su hijo pudiera usar, no le tomaría más de un par de horas en regresar, el tiempo necesario para que el pelirrojo saliera con su pequeño, le mostrará su antiguo hogar y volver antes que el zorro.

- mira Fumiya - señalo el río que se encontraba tan tranquilo e incluso había peces que nadaban en dirección a la montaña - aquí conocí a tu papá - sonrió con emoción mientras los recuerdos lo inundaban pues todas sus primeras veces habían sido ahí

Se sentó en la hierba con su cachorro entre sus piernas con el único fin de que pudiera ver y sentir a la naturaleza

- sabes lo mejor que me pudo haber pasado fue conocer a tu papi, lo amo tanto - tomó las manitas del bebé viéndolo señalar la fresca agua y los insectos que volaban sobre las rocas - tu vas a ser como él, deberás cuidar el bosque y a los animales, yo estaré aquí para enseñarte junto con tu papi, crecerás para ser un zorro fuerte y grande - acarició sus pequeñas orejitas viéndolo reír y balbucear, pronto diría sus primeras palabras

- deberíamos volver no debí desobedecer a Dazai el solo lo hace por nuestro bien - se puso de pie observando por última vez el horizonte, los restos de donde alguna vez existió un pueblo habían desaparecido, la madera quemada había sido reemplazada por la vegetación que recuperaba su territorio de los humanos - vamos

Estaba dispuesto a emprender la marcha hasta que unas voces y el relinchar de los caballos llamaron su atención, habían vuelto por él.

Intento alejarse lo más rápido de ahí, corrió entre las ramas y los arbustos cubriendo a su hijo entre sus brazos para evitar que se lastimara pero ellos lo habían visto y pronto lo alcanzarían.

De pronto los llantos llenaron ese páramo - tranquilo Fumiya no llores todo va a estar bien - se oculto tras un gran árbol cerrando sus ojos con fuerza rogando a los dioses que no lo encontraran  más ellos no intervinieron.

Una figura se poso sobre su lado apuntándole con su espada por inercia se levantó para correr pero al estar en una pendiente resbaló y cayó de forma brusca sobre las piedras dándole así un poco de ventaja

- tranquilo mi amor estas bien, estas bien - completamente asustado se apresuró a revisar a su cachorro, había intentado protegerlo con su cuerpo para que él no recibiera ni siquiera un rasguño y para su fortuna su idea funcionó, ya que solo lloraba porque estaba asustado aunque no entendiera nada de lo que ocurría a su alrededor.

Nuestra Trágica Historia De Amor   >>Soukoku<<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora