PRÓLOGO

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Cuando el apocalipsis llegó fue en un día normal. Común y corriente.

Nadie estaba preparado. Como era de esperarse.

El caos nació poco a poco.

El virus apareció en una ciudad a las orillas de California. Se expandió en todo Estados unidos en cuestión de días. En semanas se esparció en toda América, y en pocos meses, en todo el mundo.

La gente moría... o al menos... así parecía.

Pero... ¿Qué hacía realmente el virus? Fácil.

El cuerpo sigue creando células, aun después de muerto, las uñas y el cabello sigue creciendo. Y este compuesto tenía la habilidad de reanimar las células muertas del cuerpo. Reviviendo a los muertos, pero... no de una manera completa. Conservaban la movilidad del cuerpo, funciones motoras y sus instintos básicos de supervivencia...

Alimentarse

Después de eso, la muerte se convirtió en un acontecimiento de todos los días. Y la supervivencia se hizo indispensable.

La electricidad se esfumó.

La comida y el agua se agotaban.

La naturaleza se hizo hostil.

Los relojes dejaron de funcionar.

Todo el mundo se sumió en oscuridad.

Y el hombre estaba destinado a la extinción.


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