─¿Te gusta este juego, Kirishima-Kun?
Intensos sonidos viscosos creaban eco en la oficiona. Jadeos, suspiros y gemidos reemplazaban lo que debía ser una sexi música de ambiente para un intenso encuentro sexual.
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Iniciando con un día lunes. Su comienzo de semana presentaba tenderse por un buen camino-a pesar del gélido frío contenido completamente en la cuidad-porque podía permitirse ver a sus queridos pasantes que colaboraban en su agencia. El robusto corazoncito del héroe palpitaba cálidamente con solo pensar en esos jóvenes.
Detuvo su andar frente a una pastelería y su estómago expresó unos fuertes mugidos de hambre, a pesar de haber consumido un generoso desayuno. Preciso y conciso compró dos cajas de donas rellenas junto a cuatro rebanadas de pastel, tres de estas rebanadas tenían el diminuto cometido de ser un presente para Tamaki, Kirishima y, su pupilo recién llegado, TetsuTetsu. Recibirlos en la agencia con un dulce regalo sería lo mejor.
Primero y puntual abrió las puertas de su agencia al llegar. Estando cómodamente sentado, momentáneamente se regaló un tiempo para examinar documentos recientes referentes a casos de drogas, en tanto, masticaba una de las cuantas donas que fueron compradas.
Revisando y revisando papeles dió con la hoja de antecedentes de Eijirō y, producto de la curiosidad, leyó uno que otro detalle perteneciente al joven. Adjunto al documento se presentaba una foto de su dueño. Siempre eufórico y sonriente. En lo personal, le cautivaba aquel gesto de él, pues detonaba la alegría que poseía Kirishima y le avergonzaba admitir el hecho de que, por extensos instantes, pensaba profundamente en ese mocoso de 16 años.
Los condenados minutos continuaban su curso. Lentamente ingresaban los afiliados a la agencia y, producto de cada llegada, Taishirō alzaba su vista esperando cruzarse con el avistamiento de su pasante pelirrojo.
"Kirishima-Kun, no llegues tarde, por favor..."
Pensó abrumado, ya que, la realidad de no tener a ese joven presente desganana un poco su espíritu, pero, ¿por qué abarcaba esa sensación en si? Solamente ese niño formaba parte de su agencia como un héroe más, al igual que Tamaki realizando sus labores. Suspiró para no rondar vueltas en ese pensamiento y tomó otra dona con intención de consumirla, sin embargo esa intención fue interrumpida con la estrepitosa llegada de Kirishima Eijirō a su oficina, en reacción, el mayor se alzó sorprendido de su silla.
─¡Ah! ¡Lo lamento mucho, Fat! ─Exclamó arrepentido y agitado, podía percatarse de que el joven había corrido mucho. ─Me quedé dormido y corrí lo más rápido que pude para llegar.
Después de soltar todas esas palabras atropellantes, Kirishima jadeaba cansado. Cabizbajo y agachado ligeramente, las palmas de sus manos se sostenían sobre sus rodillas flectadas. Ante esa escena, Fatgum ganó posición frente a él y extendió una taza con agua al estudiante. Con el frío presente, aún así no le daría una bebida caliente.
─Claro, claro. Son cosas que ocurren, no hay problema, Kirishima-Kun. ─Contestó formando una amistosa sonrisa de sus labios. Como si fuese automático, el sentimiento abrumador se esfumó por completo de su pecho y solo se llenó de felicidad con tener al joven presente en su oficina. ─Debes tener hambre si saliste tan rápido. ¿Consumiste un desayuno adecuado?
─Ah.... ─Emitía uno que otro jadeo. ─¡Muchas gracias... Fat!
Como si hubiera hallado un manantial en medio del desierto, el estudiante bebió salvajemente el agua que se le fue ofrecida continuado de un extenso suspiro de alivio al dejar la taza sin gota de líquido alguna. Nunca estuvo tan agradecido de que el agua existiera en la Tierra.
Mucho más calmado, Eijirō retomó su conversación con el adulto para contestar a su pregunta.
─No, no desayuné. Como te dije, salí tan rápido de mi habitación que, al parecer, ni ropa interior me puse. ─Esa última oración fue confesada con una ligera vergüenza en ella, aunque segundos después se echó risas a causa de lo despistado que fue.
─Vaya caso de niño. ─Junto al menor soltó también algunas carcajadas, pero luego apretó la mejilla derecha del adolescente en forma de reprimenda. ─Última vez que sucede, Kirishima-Kun. ¡Un héroe nunca debe tardar en llegar!
Exclamó con una motivación renovada.
─¡Sí, señor! ─Mostrando un gesto militar apoyó las palabras del héroe. ─¡Tenemos muchos criminales que atrapar!
─¡Amo tu motivación! Pero antes... ─Se acercó a su escritorio y de una bolsa plástica sacó una cajita de plástico con una rebanada de pastel dentro. ─¡Tienes que comer algo para darle unos buenos golpes a los villanos! ─Sin más, le entregó el postre que resultaba ser un bizcocho de vainilla, con un glaseado del mismo sabor y adornado con fresas delicadamente.
─¿Para mi? ¡Gracias, Fat! Se ve muy apretitoso. ─Asemejándose a un emocionado infante, tomó la caja que contenía el postre y se sentó muy alegre en un sofá de tres cuerpos para empezar a alimentarse con el delicioso alimento. ─No tenías que darte las molestias de comprarme esto. ─Habló posteriormente de casi haber terminado de comer de forma voraz el postre.El mayor emitió unas sonoras risas con ver el comportamiento de Kirishima, al fin y al cabo, comió ese pastel muy hambriento y lo notaba, se debía admitir. Tomó asiento al lado del joven y contempló su manera salvaje de alimentarse, no debía apresurar al pobre ya que, sin importar lluvia o granizo, debía cumplir su labor de patrullaje en medio de las congeladas calles.
Fatgum pensaba que Eijirō era un adolescente tierno y agradable.
Fatgum amaba a Eijirō, o mejor dicho, ¿lo quería? Vagamente sus pensamientos contradecían su forma de considerar la relación profesional con el joven. Únicamente se ligaba a ello. Una relación de héroes.
─Ah... Bueno, solamente es un regalo de regreso a la agencia. ─Confesó fijando su vista a un lado y rascando su mejilla derecha con el dedo indice de su mano del mismo hemisferio. ─Me gusta hacer regalos a mis subordinados.
Con una mirada de soslayo puesta en Kirishima, el héroe mayor dio hincapié a un debate dentro de su cabeza. Daba por seguro que tendría problemas próximamente. ¿Importaba realmente? Tragó saliva, ¿qué acciones iba a tomar?
─Uhm... Una pregunta, Kirishima-Kun. ─el mencionado dirigió su vista al mayor. Curioso y paciente por lo que le diría. No hablaba, su boca se admiraba llena de glaseado. ─¿Te gustan los juegos?
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─Taishirō-San, esto... esto es muy erótico...~
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.To be continue.
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No prometo que la extensión de estos capítulos sea abundante o que este fanfic posea muchos capítulos. Sin más, presento una nueva obra de mi shipp favorita, y si no es de tu agrado, ¿qué carajo haces en este fanfic?
Disfruten y esperen el porno literario.
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「 Let's Play 」
FanfictionNo todos los juegos eran para niños, algunas instancias para divertirse entre mayores se regalaban. Fatgum, poseyendo una analítica inteligencia de policía, debatía moralmente que su cariño era mediante un simple lazo del oficio. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ❏...