III. Wonderful mistake

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Ansiaba una pausa y retroceso. A morir la confusión taladraba su cabeza como una maldita y, como si fuese poco, la tensión fue marcada sin previo aviso entre Eijirō y si mismo. Más impulsivo e idiota no podía ser. Imposible tratar su loco amor, menos por un adolescente. Era un pasajero enamoramiento, simple atracción engañosa. Tampoco era apropiado para sus veintinueve años tener romances al estilo película romantica de mal gusto con un confundido adolescente.

¿Cómo acabó así? Siendo un ex policía que lo entendía todo, daba origen a su ingenuo cariño. Únicamente era consciente que había dañado profundamente a Kirishima, lo que menos deseaba realizar fue lo primero que concretó. Describiría todo como el inicio de su ruina. Lo merecía.

[• • •]

Oh, mierda.

Por un diminuto lapso de tiempo, Kirishima Eijirō pensó que estaba en una pesadilla y no a causa de la intensa tensión sexual que latigaba contra Fatgun, sino la fortuita entrada, menos deseada, del alumno de la clase B.

El ambiente de la oficina calló en un incómodo silencio. El pelirrojo estaba congelado, inmutado de pies a cabeza; por otro lado, el héroe profesional despojó raudo sus manos del adolescente y, al igual que Red Riot, permaneció congelado. ¿El de cabello platino pensaría que era un pedófilo? Ay demonios, sí lo era.

La condenada vida, su condenado destino decretó por capricho que Tetsutetsu hiciera acto de presencia. ¿Tal vez era una advertencia? No debía entrometerse con menores, mucho menos con su pupilo.

El par permaneció tenso, e incluso reflejaron un espasmo de miedo al ver que el tercero iba a abrir la boca.

─... ─Por su lado, creía que golpeó su cabeza contra alguna piedra y que aquella escena no era verídica. ─¡...V-Voy a volver más tarde! ¡Con permiso! ─Gritó alarmado y como llegó, Tetsu se fue dejando un bravo cierre en la puerta.

Eso... ¿Eso era bueno? Kirishima no movió siquiera un músculo, sentía un enorme pánico y junto a ello miles de ideas relámpago sobre la inevitable perdición en la cual caería. ¡¿Qué tal si fue corriendo a decirle a alguien?! ¿Pensará que Fatgum intentó sobrepasarse? Oh, dios...

─Y-Yo... Fat... ─Su voz reflejaba miedo. Tan apasionado con la vida, como para imaginar sucesos caóticos. ─Ah...

Calló, porque desconocía el como actuar o qué decir ante el héroe. Taishirō como adulto debía de entregarle un tipo de respuesta. ¿Debía, cierto?

─...Ve con Tetsu. Esperen afuera. ─Limitó sus palabras, interactuar lo menos posible. Necesitaba rearmar sus ideas, aunque fuera durante unos minutos.

Bueno, como le ordenaron, obedeció y sin chistar se largó de la oficina, ¿qué más podía hacer? De seguro Fatgum evitaría dirigirle palabra, por un tiempo al menos. Pero en absoluto deseaba toparse con su compañero, menos dirigirle palabra alguna. Oh, ha de pensar que es ese tipo de persona. Ese tipo de persona que gana privilegios permaneciendo entre las piernas sus mayores.

❝...Por favor, que sea una pesadilla.❞

Al desaparecer el subalterno de su vista, cedió su monumental cuerpo en uno de los sofá de cuero de su oficina. "Una linda forma de empezar el día" pensó de una forma irónica, no obstante, si fue linda al principio. Estar a solas con el rojizo chiquillo y... ¡No! Basta de pensar en obscenidades. Lo menos indicado era continuar sus fantasías con Eijirō. "¡Eres un adulto, actúa como tal!" se dijo en un intento de buscar un auto consuelo.

Tantos criminales que abusaban de menores y de un instante a otro yacía pseudo convirtido en un semejante, o peor; peor por reconocerlo y no perpetuar una migaja para detenerlo.

─No debo hacer esperar a los niños. ─Oh, claro. Los niños, los niños, pero faltaba uno de sus niños. ─...Supongo que Tamaki-Kun no llegará. ─Murmuró, puesto que la ausencia de su protegido no resultaba recurrente.

Exhaló y tomó unas donas para devorarlas en el camino, eso y tratar de despejar su mente de cualquier imagen comprometedora o sucia. Asegurado de tener lo necesario salió de su oficina y durante el acto, la puerta del guardarropa de la oficina fue abierta lentamente.

─...Creo que, creo que voy a vo-vomitar. ─Dijo el inesperado habitante del cuartito. Mostró varios escalofríos y arcadas ya que, escuchó hasta la más insignificante conversación. De veras, ese no es el día de Tamaki Amajiki.

¿Por qué estaba escondido en el guardarropa?

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To be continue...

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