IV. The breakdown

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¿Alguna vez dejaría de ser un mocoso tan ingenuo? Porque no pretendía saber y dominar el todo como un adulto, se negaba a corresponder de ello.

Mientras más alto se llega, más abrupta es la caída.

Kirishima arribó a las afueras de la agencia de Fatgum, consiguiente, un inevitable encuentro con su compañero. Ah, realmente incómodo, sin embargo Tetsutetsu mínima expresión de desconcierto reveló y limitó su actuar a carraspear para continuar esperando al jefe.

—Hace... Hace mucho frío hoy. —Comentó en un vago intento de iniciar conversación con el otro. —En el reporte del clima no dijeron que la temperatura fuese tan baja.

Un escurridizo soplón del viento chocó contra su pecho al descubierto, seguido de ello un bochornoso quejido producto del frío, gentileza de Kirishima. Afloraron dos ideas: 1. "Trágame tierra."  2."Debí reportarme enfermo."

Para alivianar risiblemente su estatus actual, razonó el famoso refrán: "Podría ser peor."  En consecuencia se unieron al dúo Fatgum y Suneater. ¿Cuándo había llegado aquel último?

—¡Tamaki-Senpai! Pensé que no vendrías. —En un abrir y cerrar de ojos abordó a su superior.— ¿Estás bien?

—Sí... M-Me demoré en el... metro. —Contestó cohibido. Intimidado más de lo acostumbrado puesto que, mentir no se le daba y confesar su encierro a vista de todos resultaría como una grave problemática de acoso.

—Ya veo. —Kirishima se conformó con la vaga respuesta del mayor. Con las escenas anteriores no sentía los ánimos de animar o hostigar, mejor dicho, al héroe. —¿Ya comiste, senpai? Deberíamos ir a comprar takoyakis o caldo de res.

Añadió con entusiasmo, buscaba algún tipo de conversación con Tamaki, puesto que estar cerca de su bro o Fatgum tornaría muy incomoda la pasantía. Oh, pobre. Quisiera o no, los cuatro estaban metidos en ese problema, ¿disminuiría la gravedad del suceso llamándolo "problema"?

─Red Riot tiene razón, vamos a comprarte takoyakis. ─Apoyó la idea de su subordinado y de inmediato emprendió camino a su local estrella para abastecerse de dicha comida. ─Debemos alimentarte muy bien, Suneater.

❝¿...Debería hablar con Kirishima? No creo que quiera.❞

Resignado a limitar sus interacciones con su lindo pelirrojo, Taishirō se dejó invadir de la compañía de Tetsutetsu, quién vigorosamente tomó la delantera a su lado. Mientras, los otros dos estaban unos metros distantes, fingiendo ser ajenos.

Para el gusto de todos, excepto Tamaki, el día daba la impresión de que sería muy tranquilo. Civiles encaminados a sus trabajos, comerciantes abriendo sus locales, niños camino a la escuela... Días normales para personas corrientes y un día aburrido para héroes vigorosos. Dichosamente debía ser así, sin embargo no hacía mal a nadie un pequeño robo —a excepción de las víctimas— o algún tipo de actividad ilícita.

─Está todo muy tranquilo. ¿Verdad, Senpai? ─Comentó el pelirrojo con la intención de crear una espontánea conversación, aunque fuera solo para no pensar en Fatgum.─ ¡Deberíamos comprar patas de pollo también!

─...Está mejor así. ─Contestó Tamaki.

Por la respuesta vaga que tuvo el menor, no sabía si había contestado su pregunta o la idea de comprar. Se conformó con la pequeña interacción y se resignó a caminar en silencio junto a su senpai, porque más palabras no creía poder sacarle.

─Ven conmigo. ─Amajiki tomó un cachito de la manga diestra del traje de su kōhai  y lo llevó consigo a un callejón que estaba a pocos metros de ellos. Durante el diminuto trayecto se armaba de valor con palabras adecuadas para dirigirse a Kirishima. ─...A-Aquí podemos estar tranquilos.

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