La buena, el guapo, la Mary Sue y Nosferatu

Cap 1: Tu crush al que le gusta Glee y otras tragedias

Mi cara debió ser como uno de esos cuadros de arte abstracto en los cuales te paras por 20 minutos a apreciarlo y de todos modos no comprendes nada. Así estaba yo al asomarme dentro de mi mochila y toparme con dos ojos tan muertos como ahora lo estaba el positivismo que había acumulado en todo el trayecto y, toma ya, si en ese momento no arrojé la bolsa a la calle fue porque me podía más la sorpresa que el susto.

- ¿Qué demonios? - siseé en un intento de grito/susurro que habrá sonado como un globo desinflándose.

Sin embargo Thirwall, pese a mi evidente aura de madre mexicana enojada, se rió — o lo que interpreté como una risa porque hasta donde sabía los murciélagos no se reían, y si lo hacían sería de forma que no provocara que mi estómago se contrajera—.

- La inteligencia te persigue, pero tú eres más rápida.

- ¿En qué momento...?

- Mira condesa de los bobos - Me interrumpió- por si no has visto Twilight, intentar correr de mi es lo más estúpido que pudiste haber hecho.

Y lo era.

Yo lo era, Thirwall lo era, esta situación también lo era ¿por qué nada me salía bien?.

Debí haber visto toda la saga de Twilight cuando pude.

- ¡Y pensar que estuve a punto de compartir mi cuenta de Netflix contigo!

Grité importándome un rábano que cualquier persona a estas horas me viera riñendo a un saco de tela.

Era por este tipo de escenas que él y yo no podíamos tener cosas buenas.

Al diablo con ello, solo era cuestión de caminar tranquilamente a casa de nuevo y asegurarme de que está vez Thirwall se quedara dentro, no importaba qué método tuviera que usar o cuantos dedos debía sacrificar, me rehusaba a que se saliera con la suya enfrente de mis propias narices y por mi falta de conocimiento en cine adolescente.

Llegados a este punto me daba lo mismo tener un retardo en clase, de todos modos empezaba a sentirme descompuesta y seguramente mientras tenía la cara metida en la mochila el autobús se había ido.

Thirwall resopló.

- Hablaba en serio Kyle, me portaré bien. - prometió por segunda vez, pero seguía sin convencerme.

- Puedo ayudarte a copiar la tarea~ - Intentó.

Trató varias veces más mientras yo arrastraba los pies a casa sin prestarle la más mínima atención a sus sobornos, estaba cansada de oír su voz y de mi misma por pensar que podía estar un paso adelante de un vampiro. Al menos luego de un minuto se calló sospechosamente, quizás aceptando que sus palabras me entraban por un lado y me salían por el otro.

- Bien, pero a Bram Winchester le gustan los murciélagos, para que sepas.

La marca de mis talones debió quedar estampada en el asfalto luego de detenerme de la forma en que lo hice.

- ¿Qué dijiste?

- Que sé cómo estornudar con los ojos abiertos.