Parte única.

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« Fui hecho para mantener tu cuerpo caliente, pero yo estoy frío mientras sopla el viento, así que abrázame en tus brazos. Tu corazón está contra mi pecho, tus labios presionando mi cuello y yo estoy enamorado de tus ojos, pero ellos no me conocen todavía. Y con esta sensación olvidaré que ahora estoy enamorado. Así que bésame como si quisieras ser amado. »

-Ed Sheeran, Kiss me.

Odiaba las novelas rosas

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Odiaba las novelas rosas.

Eran el epítome del mal cliche, y no obstante con aquellas tramas tan repetitivas de siempre, o bien no había o resultaban ser pocos los personajes que realmente poseían un buen desarrollo y no quedaban únicamente como muñecas huecas. Y aún con eso, aún hablando de mil y un razones para odiar aquel tipo de libros, se encontraba leyendo uno. Y le pesaba admitir que esa no era la primera vez que lo hacía.

Su biblioteca personal estaba repleta de libros de estrategia, historia y demás lectura rica en conocimiento, con léxicos difíciles y palabras que incluso ahora, no comprendía del todo. Así había sido desde que Mori descubrió aquel gustillo del castaño por devorar cuánto libro estuviese a su alcance, pasando desde Nietzsche hasta Maquiavelo, sin embargo, tintando de color​ aquellas lúgubres estanterías, habían un par de libros de ficción, aventura y romance que su tutor se había encargado de poner ahí a pesar de sus múltiples protestas por ello.

Ahora mismo, leía una vieja novela de Shakespeare. El hombre tenía un estilo único al escribir, Dazai no le negaría aquello, pero detestaba tanto drama innecesario en ellos. Tantas pruebas que finalmente mostrarán el amor de sus principales personajes y lo mucho que repetía aquello en sus novelas.

A pesar de ello, aún parloteando sobre cuanto detestaba leer una y otra vez sobre aquel "beso de amor", no dejaba de pensar en algunas noches cuando el insomnio atacaba, si aquello realmente existía.

Pero eso no era lo peor.

Lo verdaderamente terrible era aquel rostro con barba descuidada y cabello bermellón que usualmente acompañaban aquellos pensamientos y lograban hacer que su activa imaginación creará mil y un diferentes escenarios sobre cómo se daría tal escena entre su amigo y él.

Sin embargo, aún con esas escenas reproduciéndose en su mente continuamente y una vaga sensación que su propio cerebro hacía sentir en sus labios al imaginar aquello, no lograba encontrar coherencia en lo que esos versos tanto se empeñan en hacerle creer.

Un beso que, tal y como esas estúpidas novelas describen, le hiciese sentir que el tiempo se detenía, que alguien cantaba únicamente para él y que por un instante, todos los problemas y pensamientos podían desaparecer de su mente.

Era tonto y definitivamente imposible, bien empezando por explicar que el tiempo era inexorable en su totalidad. Un beso no sería capaz de detenerlo, y, aun si sabía que aquello era más bien una metáfora, le parecía algo tan mal empleado que casi rozaba lo absurdo. Nadie cantaría especialmente para un beso, ni todo se teñiría de rosa y mucho menos, una mente dejaría de pensar.

Kiss.  『Odazai, one-shot』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora