Si tan solo...

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Jungkook muchas veces había escuchado sobre dos cosas que llamaban su atención, pero se mantenía escéptico respecto a ellas. Como cuando hablaban de fantasmas atrapados en este plano o duendes que explicaran las misteriosas desapariciones de calcetines —así de fantasiosas sonaban en su cabeza—.

Número uno: el amor a primera vista. ¿Cómo alguien podía profesar amar a quien no conocía? Pensaba si era como cuando se sintió atraído profundamente por una idol que cantaba bonito, quería sus discos y conocerla. Fantaseaba con encuentros de película y volverse especial para ella. Una clara idealización, porque en su mente la joven estrella era perfecta, pero sabía que no estaba enamorado, no la conocía más allá de lo que veía a través de pantallas y páginas de revistas. No la amaba a ella, sino a su quimera.

Número dos: el primer amor deja una fuerte marca y nunca se olvida. "¿En serio? ¿Por qué no la olvidas?", le había dicho Jungkook a su hermano que sufría por una declaración fallida al omega que le gustaba. Eso fue cuando recién entraba a la pubertad y antes de presentarse. Antes de saber que las hormonas se alborotaban y el cerebro se atontaba frente a un enamoramiento.

Antes de saber que el pecho se apretaba al no ser correspondido.

Antes de enamorarse, por supuesto.







Después fue añadiendo varias más respecto a ese novedoso mundo del enamoramiento y las relaciones de pareja. De los predestinados y esas cosas de ensueño que las personas agregaban como un sazonador a la vida. Fantasías e ideales. Jungkook no las entendía, mas no por ello no deseaba vivirlas alguna vez.

No podría decir que había tenido un amor a primera vista así como tal, aunque se hubiera quedado con la vista clavada y absorto en ese sujeto castaño que tenía sus ojos apuntando al suelo. Inmerso en una extraña maraña de emociones que no lograba identificar. Tan revueltas, tan confusas. Un poco de preocupación, un poco de curiosidad fue lo más claro que pudo nombrar.

Aquel sujeto de mirada triste y labios gruesos fruncidos llamó fuerte su atención, realmente lo hizo —en ese entonces estaba lejos de pensar que fuera un enamoramiento—. Algo que insistía como curiosidad. Intensa curiosidad. Aunque si hacía memoria, no era la primera vez que se encontró a sí mismo mirándolo.

Era difícil no desviar la atención hacia él cuando paseaba por los pasillos de la escuela. Dejaba una estela de menta fresca a su paso.

Era difícil no saber quién era cuando más de una vez salió en fotos del periódico escolar. Su belleza resaltaba y era comprensible que los jóvenes con aires de periodista quisieran seguirlo y conseguir primicias de él como si fuera una celebridad —podría serlo perfectamente si quisiera o por lo menos era una especie de celebridad dentro de los perímetros del establecimiento—.

Todavía más difícil cuando su risa estridente era tan fácil de reconocer. Sonido que perforaba y quedó grabado en el registro de su memoria a largo plazo. Algo sonaba como a limpiavidrios de vehículo y Jungkook pensaba en aquel atractivo sunbae roba suspiros —y al principio, no los suyos, claro, después perdió la cuenta de cuántos escapaban de su boca—.

Más de alguna vez se topaba a distancia con incómodos momentos. Lugar y hora equivocada, como aquella vez que volvía a un aula vacía a buscar el libro olvidado interrumpiendo la declaración de una tímida chica beta.

Lugar y hora equivocada —más para ese sunbae apuesto que para él— cuando se saltaba una clase de inglés, escondido en la azotea comiendo galletitas y escuchaba a Seokjin rechazar con extrema gentileza a un joven omega compañero de clases. Incómodo, Jungkook trató de pasar lo más desapercibido posible, pero sus ojos se toparon directo con los del otro alfa y no pudo evitar desviar la mirada.

Aunque lo que el tiempo le había permitido afirmar como el lugar y hora correcta fue justo aquel instante de mirada triste. Justo aquella tarde en que podría decir que nació el atisbo del sentimiento que creció enorme con el paso de las estaciones.   

Justo aquella tarde en que habló por primera vez con quien sería el amor más fuerte que marcaría su vida.

No sabía que Seokjin terminaría robando sus suspiros y calando tan hondo dentro de su cabeza, deseaba que dentro de su cuerpo también, limitándose a fantasear con lo que nunca fue capaz de tomar o pedir.

Aquel que encontraría y perdería una y otra vez porque ambos eran un par de alfas. Los alfas se suponía que no se enamoraban entre ellos —y en algún punto eso sonaba más extraño que los fantasmas y los duendes juntos, así de raro—, no se cortejaban mutuamente y no habían sido creados por la sabia naturaleza para prosperar juntos.

Tan territoriales, tan dominantes que deberían repelerse y no atraerse.

Joder. A Jungkook le atraía tanto que dolía.

No podía hacer nada contra ese deseo irremediable. No se resistió a su compañía, a lo grato de sentir que encajaba tan bien al lado de alguien, a las risas y conversaciones tanto ligeras como profundas, comiendo de las preparaciones dulces y deliciosas provenientes de las prodigiosas manos de Seokjin.

No se resistió a que creciera una amistad que Jungkook la miraba tan fuerte.

Seokjin se volvió tan especial para él. Tanto que la amistad de repente no era...normal. No como la que tenía con sus otros amigos, a ellos no les había mirado la boca con hambre, con ellos no había cosquillas raras en su estómago.

Con Jin había hambre y los insectos revoloteaban furiosos por su vientre.

Intentó resistirse a esos labios voluptuosos cuando el agua los cubría hasta el cuello y tenía un par de brazos haciendo peso alrededor de sus hombros. Una invitación, un empuje suavecito que insinuaba un hazlo. Una boca húmeda y ligeramente abierta llamando a la suya.

Se resistió y hasta ahora le pesaba entre ires y venires de Seokjin en su vida.

Si tan solo Seokjin le hubiera dicho "hazlo".

Si tan solo Jungkook hubiera sido un poco más valiente.
  
   
   
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
***
Dejo esta pequeña introducción antes de empezar a subir los capítulos largos, al menos la primera parte está algo exteeensa, (siento que es como las muestras gratis que ofrecen en las tiendas para hacerle promoción al producto ;u; ).

Hace rato quería darle una continuidad a los personajes de Brújula, me faltaría en algún momento el NamSeok para cerrar el ciclo.

La canción que me inspiró para este fic es preciosa (y habla de dos muchachitos y aquel deseo que nunca se habla y no se consuma u.u) y de ahí el título. Al principio pensaba sobre dos alfas y veía que combinación poner aquí y luego recordé que tenía a un par de alfas en brújula y nunca había escrito un JinKook/KookJin.

Gracias por la oportunidad, les adoro desde mi rincón 💖

Hermoso 2020 para las personas fabulosas que están leyendo esto ;D 

I Still Remember [JinKook/KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora