Lo que nunca llega 2/2

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Seokjin tenía un jodido nudo apretando su garganta. Intentaba respirar lento y pensar en cualquier otra cosa, de preferencia alegre, notando que su aroma denso a menta fresca y amarga ya era algo incontrolable, despertando la preocupación que Jeon le transmitía a través de su adorable mirada oscura, pronunciando un bajito "hyung..." que podría traducir cargado de significados y preguntas.

Descargó sus maldiciones con la vida entera cuando saco la bandeja del horno y vio la superficie de los macarons agrietada. De nuevo error. Los anteriores no se habían inflado, más bien parecían estar desparramados sobre el papel. Resopló frustrado, aunque batallar con la repostería, una técnica que le costaba dominar y una pronta evaluación no eran los motivos centrales de su desazón.

Los macarons para Jin eran una especie de cosa fortuita, a veces salían al primer intento, otras no, pero no podía depender de la suerte, necesitaba dominar la técnica, manejar mejor la mezcla y alargar un poco más el tiempo de espera antes de hornear. No quería mirar a Jungkook, por lo que anotar sus errores en la libreta sobre el mesón servía de excusa para no hacerlo.

Si había algo que le estaba resultando más engorroso de manejar que la mezcla de esa maldita galleta francesa eran las emociones intensas que atacaban como oleadas y el permanente sentimiento de resignación, combinado con la frustración llenando su pecho con una pastosa sensación amarga.

Todo por aferrarse a algo que creía que jamás ocurriría. Porque Seokjin jamás pensó que funcionarían las cosas entre Jungkook y Jimin —claro estaba que no tenía el don de la clarividencia o una intuición medianamente desarrollada—. Tuvo todas la señales por delante y las miró parcialmente.

De todas formas se recordaba que esto era más amplio: si no era con Jimin sería más adelante con otro omega. Simple. La certeza no aplacaba la frustración e intentaba convencerse de una segunda premisa desde la lógica y la frialdad, pero no por ello menos real, quiérase o no el tiempo calmaba todo. Avanzaba sin importar nada y con los años capaz ya no doliera y pensaría en Jungkook como otro amor unilateral, quizás hasta pudiera reír y decirle a su amigo "pensar que me gustó este alfa torpe que tenemos aquí, no tenía buen gusto en ese entonces" y revolver su cabello.

No tenía sentido seguir martillado su cabeza con interrogantes sobre cómo pasó —Jungkook y Jimin—. Sabía que Yoongi se había rendido primero, pero confiaba en que Jimin, siendo tan terco como era, seguiría batallando. No lo culpaba por terminar cayendo ante los encantos de Jungkook. El crío era tierno, espontáneo y divertido. Él mismo cayó y no hizo más que seguir hundiéndose.

Jungkook lo miraba como esperando una respuesta y Seokjin se limitaba a verlo de reojo un par de segundos antes de regresar a su desastre. Los largos dedos de su dongsaeng cogieron uno de los malogrados macarons, en medio del silencio reinante escuchó muy sutil el crujir dentro de esa boca. La estaba imaginando dulce, tuvo que apretar los puños con disimulo.

"Jungkookie, ¿puedo probar tu boca?", quisiera preguntar. Se suplicaba a sí mismo parar la autotortura.

—Saben muy bien, hyung.

—Puedes comerlos todos si deseas, pensaba botarlos —respondió molesto y un poco más ronco.

Su profesor los hubiera tirado al tacho de basura, diciendo "mal, siguiente".

La frustración lento y continuo lo quemaba por dentro, una que no era producto únicamente de una preparación fallida.

Era consigo.

—Pero hyung, están buenas, ¿acaso no es el sabor lo que importa?

"Jungkookie...siempre tan ingenuo".

I Still Remember [JinKook/KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora