Una mano tan suave como la tuya

834 158 36
                                    

Mo Dao Zu Shi no me pertenece, es de propiedad exclusiva de Moxiang Tongxiu..

.

.

.

Lan Huan observaba con mirada perdida como su tío se recuperaba con lentitud en aquella cama de sábanas blancas con olor a hierbas y medicinas. El cuarto de cuidados del clan Jiang era lo suficientemente grande para albergar a más de 10 personas de manera paralela, pero solo estaban Lan Huan y un moribundo Lan Qiren, debatiéndose en el limbo de la vida y la muerte. Lan Xichen con su túnica blanca ondeando ligeramente a sus movimientos se alejó de la cama de Lan Qiren y posó su mirada en el gran árbol que sobresalía por todo el territorio de Yunmeng. Un árbol que entregaba vida y poder a quien controlara su poder y sus recursos. Lan Huan admiró la paz y la dulzura que se irradiaba desde las cuencas acuíferas de Yunmeng, la gente iba de un lado a otro, sonriendo y hablando en el idioma del lugar, ignorantes de la presencia de los remanentes del clan Lan. Lan Xichen sabía que aquel mundo no era para ellos, su estirpe había sido maldita hacia mucho, y el mundo de los celestiales estaba vetado para todos los provenientes del reino de las nubes. Los civiles nada sabían de ellos, al menos era lo que le había comunicado Jiang Fengmian apenas recibirlos. El clan Jiang había sido muy amable en acogerlos, Lan Xichen podía asumir que Jiang Fengmian a través de todo su estoicismo poseía un corazón sincero y una amabilidad innata de ese clan, su hija mayor era la imagen clara de ese ejemplo con sus dulces sonrisas y su mirada condescendiente. Sin embargo, la hostilidad y el aura de desolación que su clan prodigaba le encogía todo su ser. Solo eran el recuerdo de un poderoso y aclamado clan, ahora solo era ruinas. El joven amo del clan Jiang se lo había dejado más que claro con el semblante de asco y odio que le dirigió. Nunca llegó a saber su nombre, pero los constantes llamados a su persona como joven amo y una aclaración de la hermana mayor le dieron las piezas para asumir que era el hijo menor del líder de clan, una copia exacta de la reina de Meishan Yu, la conocida reina del oeste Yu Ziyuan.

La historia entre el clan Lan y Meishan Yu no estaba claro para los hijos de Qingheng-jun, solo sabían que la guerra se había llevado a la madre de los herederos de ese clan y que había arrasado con bastante de su territorio. Yu Ziyuan sin duda odiaba a los Lan y todo lo que representaba. El hijo de ella era la mayor expresión de este rencor guardado.

Lan Huan lo tenía decidido, lo mejor era marcharse y tomar la ruta de sus ancestros volviendo al mar de las nubes, donde nació el clan Lan, para nunca más volver. Su destino nunca estuvo entre los celestiales y sus seguidores,

—¿Joven Lan? —llamó una dulce voz titubeante.

Lan Xichen levantó su mirada clara del movimiento de la ciudad, los botes ligeros, moviéndose por las aguas puras y la brisa suave para centrar su atención en el delicado llamado.

La dama ingresó con semblante dubitativo mientras se mordía los labios en reticencia. Jiang Yanli se presentó a la sala de cuidados con una pequeña bolsita purpura en la mano, se debatió entre si entrar a la sala o quedarse en el pasillo, finalmente avanzó a paso aletargado al interior del recinto, dejando ondear el lino de su túnica morada, mientras la seda de deslizaba por sus piernas en un movimiento tan ligero como el danzar de una pluma. Lan Huan observó el movimiento de la muchacha con mucho cuidado y escrutinio, mientras mantenía una posición de alerta. Yanli le sonrió con amabilidad, tratando de despejar cualquier duda que el proveniente de Gusu tuviera. Finalmente. Lan Xichen no encontrando peligro en la hija de Fengmian hizo una ligera reverencia en señal de respeto.

—Dama Jiang —llamó con tono serio y muy cortés.

Yanli le tendió la bolsita purpura.

—Joven Amo Lan, reciba esto por favor, es corteza del gran árbol de melocotón, esto aliviará el dolor de su tío y curara su herida.

Dulce melocotónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora