Capitulo 8

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Hinata abrió los ojos de un sobresalto, a su alrededor humo negro la rodeaba, el olor a quemado y pólvora llenaban sus pulmones.

Tosió.

Junto su fuerza y se puso de pie, tratando de escapar del inaudito humo que la ahogaba.

¿Dónde estaba?

Salió de aquella casa en llamas hacia el espacio abierto, se inclinó en el suelo y tosió sin parar, tratando de llenar sus pulmones de aire.

-Don... ¿Dónde estoy?-

Hinata vio a su alrededor, sus ojos llorosos tratando de enfocar.

Escucho una explosión, luego el sonido de gritos y maldiciones.

Era una guerra.

-¿Konoha?-

Hinata recordaba claramente que se encontraba en un bosque en compañía de su amor y su gran amigo. Entonces ella... Ella murió.

Lo recordada, incluso el dolor de su pecho aun picaba. Pero entonces otras imágenes vinieron a su mente, una reunión esa mañana, ordenes de evacuar a los civiles y proteger los muros.

Recuerda haber hecho todo eso, recuerda también el estar luchando en los tejados contra una gran serpiente negra, la golpeo y la arrojo hacia esa casa.

¿Pero entonces?

Gaara y Sasuke. Los recordaba claramente, ellos se habían conocido en un bosque, el rostro de su madre, el tacto de unos labios al despedirse. Todo estaba claro.

¿Fue un sueño?

Hinata se puso de pie, a su alrededor seguía la lucha, las explosiones llegaban a ensordecerla.

-No. No pudo ser un sueño...Se quién soy-

Se acercó a un ventanal todavía intacta y se vio en él, su pelo era negro y largo, su piel era aún blanca, en ella se distinguían algunas magulladuras, sus ojos grises como lo habían sido aquella vez.

Su ropa era aun la que se había puesta esa mañana, sus mangas estaban rotas y oscuras por haberse quemado.

Se quitó el chaleco. Palpo su torso con cuidado, su cuerpo estaba intacto.

Una mano se deslizo por su cadera y levanto la tela, su piel antes impoluta mostraba en ella el símbolo de la pureza.

La acaricio y estudio sus formas, eso no había estado antes. Pero recordaba haber oído una voz que le decía que aquella era la prueba de su pasado. Rasgo la tela para que su tatuaje sea visible.

Rápidamente se puso en marcha, activo su Byakugan y registro la aldea, buscaba a Gaara y a Sasuke, sabía que estarían cerca, lo sentía en su pecho.

Ignoro gritos y llamados. Simplemente buscando, ni siquiera las grandes serpientes hacían mella en su determinación.

-¡Hinata!- escucho un grito. Pero Hinata lo ignoro, había encontrado un flujo de chakra bastante familiar.

Acelero el paso, rumbo a la cabeza de los Hokages.

Cuando llego no podía respirar sin que el pecho le doliera, pero no se amilano, frente a ella Temari se encontraba frente a un cuerpo inerte, gritándole que despertara.

Hinata no perdió tiempo y se acercó.

-¡No!- le advirtió una voz al borde del pánico- ¡Si te acercas su arena te hará pedazos!-

Hinata ignoro la advertencia, con una sonrisa, avanzo a paso seguro hasta el cuerpo de Gaara.

Temari veía esto sorprendida, pensando que el ataque inconsciente de su hermano había cesado dio una paso al frente, pero la arena le había cortado la piel.

El Sol y La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora